LA NACION

Un recuerdo escrito con el corazón

Tras la histórica tarea en la Catedral, se volvió a viralizar una emotiva carta que la mamá de Pella escribió en 2018

- Sebastián Torok

LONDRES.– Cada deportista, en general, atesora una historia de superación. De una u otra manera, detrás de cada éxito o derrota, hay mucho más que lo que se ve. Hay atletas sin recursos económicos que hacen todo lo posible para vivir de lo que les gusta, hay jugadores talentosos de clase media y sin hambre que son débiles psicológic­amente y les cuesta asumir las exigencias, hay otros sumamente hábiles que no logran progresar por las dificultad­es físicas. Los ejemplos son muy variados. Guido Pella (29 años, 26º del mundo) se marcha de Wimbledon habiéndose ganado un lugar de elite, entre las mejores ocho raquetas. Sin embargo es, durante estas horas de risa y emoción, cuando más presente tiene desde dónde llegó. Una carta escrita por Charo Fernández, mamá del bahiense, en 2018, después del triunfo de su hijo frente a Marin Cilic (por entonces, 5 del mundo), se volvió a viralizar en las redes sociales. Entre todos los esfuerzos que apunta sobre el desarrollo de Guido, destaca un momento cruel para ella y para su esposo, Carlos, como padres: “Sigo llorando a ese nenito que hace 14 años se fue en el colectivo más barato de la terminal de Bahía Blanca con rumbo a Buenos Aires y destino incierto a perseguir su sueño, que hoy, se hace realidad”.

“Me acuerdo de todo porque fue el peor momento de mi vida. Mi vieja se enoja cuando le digo eso, pero es la realidad. Yo me fui a Buenos Aires solo, vivía en una pensión en Caballito y me entrenaba en Núñez. Entonces, imaginate un pibe de 14 años tomando el colectivo solo alas 7 de la mañana para ir a entrenar sin ningún adulto que te corrija los errores. ¿Qué hacés a los 14 años? Cuando tengo mis peleas con mi vieja por esos temas, le digo: ‘Mirá lo bien que salí con todo lo mal que podría haber salido por todas las decisiones que tomé solo’. Ella lo sabe, pero es muy chispita y no me lo va a aceptar nunca”, le contó Pella a la nacion, en el All England, luego de caer en los cuartos de final con Roberto Bautista Agut. Yañ adió :“Me gusta cómo escribe y que otras personas sufren, porque no me pasa solo a mí. Generalmen­te en la Argentina los tenistas son todos del interior y para jugar bien tienen que tomarse el micro, ir a Buenos Aires, ir a la pensión, porque no conozco a haya sido bueno que fueran millonario­s de antes. Entonces, todos la tuvieron que pelear y hacer mucho sacrificio. Por eso también, estar acá siendo argentino, tiene un doble mérito porque estamos lejos de todo, no tenemos apoyo de nada, cada vez que salimos de casa son 14 horas de vuelo. Las tenemos todas en contra”.

“No son games, set, es mucho más que un partido. Es la vida, la que va pasando dentro de un club, en un aeropuerto en la soledad de una habitación de hoteles en lugares recónditos. No es Wimbledon, son los torneos los que ya ni recuerdo su nombre, las horas interminab­les arriba de un auto o esperando el colectivo más barato. No es la marca que hoy lo viste, son las veces que lavamos la misma remera y la secamos con un secador de pelo y muchas veces húmeda servía para jugar el próximo partido (…) No son los aplausos, la gente que hoy te rodea, la luz de la cámara encendida hablando de la hazaña que acabas de hacer. Son los años en soledad, son las críticas recibidas, es la desesperan­za frente a cada fracaso. No es el dinero que ganás hoy. Es todo el que pedimos, el que debemos, el que aún no alcanza para poder acompañart­e”, es un fragmento de la carta de la mamá de Pella.

“Sé que a la semana de estar en Buenos Aires los llamé a mis viejos y les dije: ‘Sáquenme de acá, quiero volver’ –rememoró Pella–. Pregunté: ¿Qué hago acá?’. No porque no me gustara Buenos Aires, sino porque tenía que tomarme todos los días dos horas de colectivo, la señora de la pensión donde vivía tenía más chicos y era difícil hasta para comer. Venía de una ciudad chica como Bahía, mi vieja me cocinaba todos los días, casi que me vestía y fue un cambio grande. Después de un mes empecé a sentirme un poco mejor, me ayudó que tuviera resultados rápido y dije: ‘Voy a darle una chance’. Y la chance se prolongó en el tiempo…”. •

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina