Salvataje
La capacidad de olvido es una característica de la que los argentinos no debemos enorgullecernos.
No hace tanto que estuvimos a punto de perder, y no por un hecho bélico ni por un accidente, a la Fragata Libertad, buque emblemático de nuestra Armada.
Los acreedores externos, alentados por la impericia culpable de nuestros negociadores financieros, estuvieron a punto de apoderarse de la fragata mientras estaba fondeada en Ghana.
Ese abuso casi sucedió por el manejo torpe del anterior gobierno, cuya titular llegó al extremo de decir, cuando estaba a punto de ser incautado, que no le importaba que el buque insignia se perdiese. La solución justa se pudo encaminar cuando se recurrió a la diplomacia profesional con formación en la tradicional Consejería Legal de la Cancillería, gracias a la pericia y sabiduría jurídica de la embajadora Elsa Kelly. Este salvataje, ejemplo de la preparación y empeño de nuestra diplomacia profesional, tan injustamente menospreciada en nuestra sociedad, merecería ser recordado con una muestra tangible, como sería bautizar a una de las embarcaciones salvavidas de la fragata con el nombre “embajadora Elsa Kelly”. Miguel Ángel Espeche Gil DNI 4.247.500 Los textos destinados a esta sección no deben exceder las 15 líneas o los 1100 caracteres. Debe constar el nombre del remitente, firma, domicilio, teléfono y número de documento. Por razones de espacio y de estilo, la naciOn podrá seleccionar el material y editarlo. Los mensajes deben enviarse a: cartas@lanacion.com.ar o a la dirección:
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