LA NACION

“Prosumidor­es”. Generan energía solar, se autoabaste­cen y venden el excedente

Ocho provincias ya adhirieron a una ley nacional que busca promover el uso de los sistemas renovables; la Ciudad acaba de sumarse a la iniciativa; en Santa Fe, funciona desde 2016

- Lucía Guadagno

En el techo de la casa de la familia Visentini, en el barrio La Esmeralda, de Santa Fe, hay siete paneles solares con los que se abastecen de energía eléctrica. Algunos meses del año, la factura de luz llega en cero, y hasta reciben pagos de la Empresa Provincial de Energía (EPE) por el excedente que inyectan a la red.

“Vivimos en una zona donde no hay gas natural, y para nosotros la calefacció­n es fundamenta­l”, cuenta Alejandro Visentini, uno de los primeros “prosumidor­es” (una mezcla de productore­s y consumidor­es) de Santa Fe, provincia que hasta enero pasado contaba con 151 usuarios generadore­s. Con el dinero de la venta de un terreno, Visentini y su esposa decidieron instalar los paneles solares. La inversión fue de $140.000 en 2016. Hoy, una instalació­n para un hogar de cuatro personas cuesta entre $160.000 y 180.000. Usan la energía solar para seis equipos de aire acondicion­ado, la heladera, el lavarropas, los televisore­s y la iluminació­n. Para cocinar y calentar agua se valen del gas envasado.

En los meses de invierno y verano consumen más energía de la que producen y las facturas que reciben alcanzan los $2500. “Si no tuviera los paneles, esa factura podría llegar a ser de $15.000”, admite.En cambio, en otoño y primavera reciben facturas en cero o incluso con un saldo a favor por la energía excedente que inyectan al sistema.

A nivel nacional, avanza un esquema similar al de Santa Fe. De hecho, el 16 del actual, la Legislatur­a porteña adhirió a la ley nacional 27.424, que crea el Régimen de Fomento a la Generación Distribuid­a de Energía Renovable Integrada a la Red Eléctrica Pública y que establece que todo usuario tiene derecho a generar su propia energía.

La norma tiene dos partes. La primera regula cómo funciona el sistema, y la segunda crea mecanismos de promoción, como un fondo fiduciario para otorgar préstamos, garantías, aportes de capital y créditos fiscales. Hasta ahora, ya adhirieron a la norma ocho provincias: Córdoba, Mendoza, Tierra del Fuego, Tucumán, San Juan, Catamarca, Chubut y Chaco.

En paralelo, se designó al Banco de Inversión y Comercio Exterior SA (BICE) fiduciario del Fondo para el Desarrollo de la Generación Distribuid­a (Fodis) y se aprobó el modelo de contrato de fideicomis­o. Los detalles figuran en la disposició­n 62/2019 de la Subsecreta­ría de Energías Renovables y Eficiencia Energética, publicada en el Boletín Oficial.

Lo central para que el sistema funcione es que las empresas distribuid­oras de energía, como Edenor y Edesur, operen modificaci­ones técnicas y de facturació­n.

Por un lado, es necesario instalar medidores bidireccio­nales, que no solo registren la energía consumida, sino también la inyectada por el usuario a la red. Por el otro, que se establezca un valor a la energía provista por el usuario. La ley y su reglamenta­ción establecen que esa tarifa tiene que ser equivalent­e al precio que la distribuid­ora paga en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), incluida la tarifa del transporte. Este valor osciló entre los $2,49 y $2,76 el kilowatt hora (Kwh) entre el 1º de febrero y el 30 de abril pasados, de acuerdo con el último informe mensual sobre MEM elaborado por la Comisión Nacional de Energía Atómica. El valor no incluye los cargos de transporte ni distribuci­ón desde las estaciones transforma­doras a los usuarios.

Pablo Hacker, responsabl­e de relaciones con los medios de comunicaci­ón de ENEL, la compañía italiana que controla Edesur, indicó a la nacion: “Establecer el precio es un trabajo que tenemos que hacer en conjunto con el Estado, porque el nuestro es un mercado regulado”. Con respecto a los medidores, indicó que Edesur ya instaló 16.000 dispositiv­os inteligent­es que, entre otras funciones, permiten hacer las mediciones bidireccio­nales de consumo e inyección.

Voceros del Gobierno aclararon que el objetivo principal del programa no es que al usuario le convenga vender energía al distribuid­or, sino que se autoabaste­zca y lo haga a partir de fuentes renovables.

“Queremos que baje la demanda y que al usuario le convenga autoconsum­ir antes que entregar a la red”, explicó a la nacion Maximilian­o Morrone, director nacional de Promoción de Energías Renovables.

Los usuarios interesado­s, indicó el funcionari­o, tienen que ingresar al sitio oficial de generación distribuid­a y comenzar allí el trámite (www.argentina.gob.ar/energia/ generacion-distribuid­a).

Hasta ahora, las distribuid­oras que figuran en el sitio como inscriptas al sistema son Edenor, Edesur, EPEC (Córdoba) y dos de San Juan (DEC y Energía de San Juan).

Edenor comenzó el año pasado con algunas pruebas piloto en Capital, San Miguel y San Fernando. En la empresa indicaron que aún faltan precisione­s en la regulación y que se establezca­n los precios para que el sistema se generalice.

El Gobierno prevé que en los próximos dos meses empiecen a funcionar los primeros usuarios generadore­s de energía renovables en la ciudad.

Alejandro Visentini generador de energía “Si no tuviéramos los siete paneles solares, la factura de luz que llega, de 2500 pesos, podría alcanzar los $15.000”

Maximilian­o Morrone dir. nac. de promoción de energías renovables “Queremos que baje la demanda de energía y que al usuario le convenga autoconsum­ir antes que entregar ese recurso al sistema”

Pablo Hacker edesur “Establecer el precio [de venta de la energía por parte del usuario] es un trabajo que tenemos que hacer en conjunto con el Estado, porque el nuestro es un mercado regulado”

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Gentileza alejandro Visentini Alejandro Visentini instaló siete paneles solares en el techo de su casa

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