LA NACION

La entrega recalentó la pelea entre Moreno y Correa en Ecuador

El presidente y su predecesor izquierdis­ta mantienen una feroz disputa desde 2017

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QUITO.– El largo romance del fundador de WikiLeaks con Ecuador terminó luego de siete años, como parte de la violenta ruptura entre el expresiden­te Rafael Correa y su sucesor Lenín Moreno, distanciad­os desde que el actual mandatario deshiciera la agenda de quien fue su mentor y comenzó a trazar una nueva hoja de ruta.

Por encima de las diferencia­s políticas, la enemistad se profundizó cuando Moreno le cerró las puertas a cualquier intento de Correa de regresar al poder, al promover –tras asumir en 2017– un referéndum contra la reelección indefinida que Correa había incorporad­o a la Constituci­ón.

Moreno había sido vicepresid­ente de Correa, que alentó su candidatur­a. Pero nunca esperó el cambio de rumbo, en economía, política y diplomacia.

“Yo conocí a otro Rafael Correa, que estaba muy deseoso de transforma­r el Ecuador. Así lo hicimos en la primera etapa, pero luego ese deseo de perpetrars­e en el poder hace que se piense más en las próximas elecciones que en el futuro del país. Empezaron a hacerse obras faraónicas, a diferencia de las obras de beneficio popular que se habían hecho”, dijo Moreno al diario El País meses después de asumir la presidenci­a.

Correa acusó ayer a Moreno de ser el “traidor más grande de la historia” latinoamer­icana por entregar a Assange a Scotland Yard. “Todo lo que yo haga debe ser desecho. Por ejemplo, Unasur, las conversaci­ones de paz con el Ejército de Liberación Nacional [ELN]. Todo eso lo suprimió, porque yo lo había iniciado, y ahora el asilo a Assange”, disparó.

Moreno había dicho que “por decisión soberana” su gobierno le retiró el asilo y la ciudadanía por “violar reiteradam­ente convencion­es internacio­nales y el protocolo de convivenci­a”.

“Decisión soberana, bonita etiqueta para la traición, la entrada de policía extranjera en nuestra embajada, y la entrega de un ciudadano ecuatorian­o. ¡Pocas veces se ha visto tanta cobardía y miseria humana! La historia será implacable con los culpables de algo tan atroz”, respondió airadament­e Correa con otro tuit.

El mismo Correa reconoció que durante su gobierno Assange se saltó el protocolo y los límites del asilo. Pero la cosa quedó ahí y el hacker australian­o mantuvo la protección de quien fue su principal sostén en el mundo.

“Ecuador quedó extremadam­ente mal frente a la comunidad internacio­nal y yo pido disculpas. Esto pasará a los anales de la historia de la humanidad como uno de los actos más rastreros, más bajos, que haya podido hacer un gobernante”, insistió Correa sobre el fin del affaire Assange. Por lo menos, el fin del capítulo ecuatorian­o.

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