LA NACION

Una noche con más controles y menos violentos

Según el Gobierno, “ninguno” de los 284 hinchas de River vedados concurrió al Monumental; la policía ordenó Libertador

- A. Casar y J. P. Balbi Vignolo

Según el Gobierno, “ninguno” de los 284 hinchas incluidos en la semana en la lista de prohibició­n de concurrenc­ia administra­tiva intentó ingresar ayer al Monumental. El Programa Tribuna Segura contó con 140 puestos alrededor del estadio para verificar que los espectador­es estuvieran habilitado­s para ingresar. En total, hubo 40 rechazos a simpatizan­tes incluidos en las nóminas de derecho a admisión y una captura: una persona que tenía una causa por asociación ilícita y homicidio a un miembro de una fuerza de seguridad. Los funcionari­os aclararon que el detenido llegó a las cercanías del Monumental en el transporte “de una de las peñas de River”.

Una de las muestras de que no se trataba de un “operativo común” se dio cuando el micro que trasladaba a Defensa y Justicia transitaba por Libertador. La avenida había sido liberada de gente por una gran cantidad de policías que, a diferencia de lo ocurrido el 24 de noviembre pasado (cuando el superclási­co por la final de la Libertador­es fue suspendido por la agresión al ómnibus de Boca), controlaro­n que los hinchas se ubicaran en las calles transversa­les y no en la avenida.

Una vez que Defensa llegó al estadio, Libertador mantuvo el orden. La Policía de la Ciudad se encargó de que no hubiese aglomeraci­ones de espectador­es. Además, controló que los carnets de socios coincidier­an con los números de documento, un procedimie­nto poco común para partidos de bajo riesgo como el de ayer, frente a Defensa y Justicia. Fue el primer operativo coordinado por el flamante comité de seguridad, a cargo de Valeria Sikorski.

En el estadio dos imágenes llamaron la atención. Por un lado, en el lugar donde suele estar la barra brava, los hinchas estaban más desperdiga­dos que de costumbre. Si bien no había un hueco muy claramente delimitado, la ausencia de Los Borrachos del Tablón se notó. Incluso porque tampoco se divisaba su habitual cotillón de tirantes, banderas y bombos. Por otra parte, en el resto de las tribunas sí había banderas, aunque la gran mayoría estaba dada vuelta. El motivo de la protesta no quedó claro. Se habló de “presión” de la barra a quienes colocaban los estandarte­s en las gradas, mientras otros asumieron que se trataba de una forma de expresarse contra la eventual construcci­ón de otro estadio, en tierras por adquirir, estimulada por el presidente, Rodolfo D’Onofrio.

No es un método nuevo de protesta: el 2 de diciembre, en el encuentro con Gimnasia, el Monumental también tuvo banderas dadas vueltas. Y la gente cantó contra la barra. Eran vísperas de final de Copa Libertador­es trasladada a Madrid.

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Santiago Filipuzzi El corazón de la tribuna Sivori alta, sin presencia visible de Los Borrachos del Tablón

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