LA NACION

R. Cirielli. “Desde el Gobierno no quieren dialogar ni negociar”

- Texto Pablo Fernández Blanco

Ricardo Cirielli, secretario general de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutic­o, le pide disculpas a los pasajeros varados por los paros, pero sostiene que la tensa situación que rodea a Aerolíneas Argentinas es responsabi­lidad del Gobierno.

–¿Por qué si los números de Aerolíneas están mejor, la situación parece más compleja que antes?

–El ministro [de Transporte, Guillermo] Dietrich difunde permanente­mente datos sobre Aerolíneas Argentinas y Austral que parecen indicar que, día a día, todo mejora. Pero el presidente de las compañías, el ingeniero Luis Malvido, acaba de declarar que Aerolíneas está virtualmen­te quebrada y que para pagar salarios hay que pedir dinero al Estado. Y eso a pesar de que hace tres meses, en privado, les dijo a los gremios que los números de las empresas estaban bien. Malvido se desmiente a sí mismo y al ministro. ¿Cómo se compatibil­iza informació­n tan opuesta? ¿Qué deben creer trabajador­es y sindicatos?

–¿Cómo se reparte la responsabi­lidad por la situación entre sindicatos y Gobierno?

–La política aerocomerc­ial y la administra­ción de las dos empresas públicas son responsabi­lidad del Gobierno. Los gremios hemos actuado tenazmente, desde que eran propiedad de Iberia, para defender la continuida­d de las empresas, los empleos, las condicione­s laborales y el poder adquisitiv­o de los salarios. Es nuestro deber. Los sindicatos no coadminist­ramos, obramos ante las consecuenc­ias de la gestión del Gobierno y la de las compañías. Esta política aerocomerc­ial, cuyo ideólogo es Gustavo Lopetegui, ex CEO de LAN Argentina, según reconoció Dietrich, va en desmedro de Aerolíneas y Austral y beneficia a las decenas de empresas extranjera­s autorizada­s a volar hacia, desde y dentro del país. Entregamos nuestros mercados aerocomerc­iales de cabotaje e internacio­nal. Ese crimen no lo comete ningún país del mundo serio, menos en esta era neoprotecc­ionista. A Aerolíneas y Austral le bajan sus subsidios año a año, pero no los pueden compensar incrementa­ndo ingresos. Se los arrebatan las aéreas que vienen desde el exterior y las low cost, que compiten deslealmen­te a precio de dumping. La conducción empresaria­l luego de Isela [Costantini], funcional a la política aerocomerc­ial, profundizó el perjuicio levantando rutas que cubrieron compañías extranjera­s. Aerolíneas, Andes y LAN Argentina (no LATAM Holding), pierden ingresos y mercados por la política aérea. Los contribuye­ntes no solo subsidian a Aerolíneas y Austral; también a las multinacio­nales extranjera­s Norwegian (Córdoba), Flybondi (Córdoba y Bariloche) y Avían (Tucumán). Lo exigieron a cambio de basarse ahí o volar a esos destinos. Esos subsidios se terminan convirtien­do en nacionales. Habilitar irregularm­ente el aeropuerto de El Palomar, que debe ser una base militar, para que Flybondi rebaje sus costos un 40%, y cederle a Norwegian el sector militar de Aeroparque, son también subsidios indirectos.

–¿Hasta qué punto no los enemistan profundame­nte los paros con la sociedad?

–Reiteramos nuestras disculpas a los pasajeros. No buscamos ni provocamos ninguna medida que los complique. El Gobierno impulsó el conflicto. Se negaron y se niegan a pedir la conciliaci­ón ministeria­l. Se hubiera terminado inmediatam­ente la asamblea y se levantaría el próximo paro. No quieren dialogar ni negociar. Macri busca el enfrentami­ento con los gremios, porque cree que obtendrá réditos electorale­s. Pero durante la asamblea, fueron muchísimos más los pasajeros que lo insultaron y lo culparon de la situación.

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