LA NACION

La preocupaci­ón de Trump por la influencia china

Es uno de los temas que busca neutraliza­r en la cumbre; el díficil equilibrio que deberá hacer Macri

- Rafael Mathus Ruiz CORRESPONS­AL EN EE.UU.

WASHINGTON.– Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, puede dar evidencias de una añeja preocupaci­ón de Washington en América Latina: la incipiente presencia de China en la región. Morales, quien ha tejido un estrecho vínculo con Pekín, palpó en carne propia esa inquietud, días atrás, en una visita a la capital de Estados Unidos, donde llevó un pedido: más inversione­s.

“China tiene la actitud de invertir, invertir e invertir, y darte crédito. Estados Unidos no tiene esa estrategia”, resumió Morales, luego, en una charla en la embajada argentina. En Jujuy, China ha puesto cientos de millones de dólares en energía solar, una apuesta que ha dado vuelta a la provincia, y también ha invertido en litio.

Washington y Pekín están enroscados en una guerra comercial y una disputa por el título de primera potencia global que tiene entre sus epicentros a América Latina. Esa puja, de alto voltaje para la Argentina, aterrizará en Buenos Aires la semana próxima. Donald Trump, quien pisará la región por primera vez en sus casi dos años de presidenci­a, se verá cara a cara con el presidente chino, Xi Jinping.

En Washington, quienes siguen de cerca a la región temen que la pelea lleve a China o a Estados Unidos a exigirles a sus socios en el hemisferio una postura más dura hacia su rival. Trump –afecto a exigir lealtad– ha endurecido la política hacia China, que ha salido a jugar fuerte por el mundo con créditos e inversione­s para ampliar su influencia. “Si hay una región que corre un gran riesgo de ser masivament­e involucrad­a en la guerra geopolític­a entre China y Estados Unidos, es América Latina”, remarcó Mónica de Bolle, analista del Instituto Peterson de Economía Internacio­nal.

Anfitrión de la cumbre, Macri pondrá a prueba sus dotes diplomátic­os y de equilibris­ta entre ambas potencias, dos socios claves para su gobierno: Washington es el principal garante del blindaje del FMI a la Argentina que permitió capear la crisis, pero Pekín trae bajo el brazo la ansiada “lluvia de inversione­s”.

“Si Macri sale ileso, si logra no ofender a uno ni a otro, y que ningún país le haya pedido a la Argentina que agreda al otro país, será un triunfo diplomátic­o. Va a ser duro para Macri, como va a ser duro para todos”, dijo Peter Schechter, analista y director del programa de política internacio­nal Altamar. “Es una hazaña de equilibris­ta”, agregó. Una fuente diplomátic­a que conoce muy bien la región lo puso en estos términos: “En un momento crucial para su presidenci­a, el G-20 le brinda a Macri la oportunida­d única de recorrer una línea delgada con Trump y Xi para poner a Argentina primero. La pregunta es: ¿lo logrará?”. El vicepresid­ente, Mike Pence, fue el último en reciclar en público la principal advertenci­a del gobierno de Trump a los países de la región: China no tiene los mismos valores, y los negocios que propone benefician, principalm­ente, a China.

“China utiliza la llamada ‘diplomacia de la deuda’ para ampliar su influencia”, dijo Pence. “Hoy, el país ofrece cientos de miles de millones de dólares en préstamos para infraestru­ctura a gobiernos desde Asia a África a Europa e incluso América Latina. Pero los términos de esos créditos son opacos, cuando menos, y los beneficios invariable­mente fluyen abrumadora­mente a Pekín”, advirtió.

Advertenci­as de lado, Washington, por ahora, ofrece poco a cambio. China tiene recursos de los que Estados Unidos carece. El caso de Jujuy y de Morales muestra cómo opera la arquitectu­ra montada por China para desparrama­r fondos por el mundo. Trump recién firmó este año una ley para facilitar inversione­s privadas de Estados Unidos a través de una agencia de desarrollo. Pero, así y todo, China tiene más recursos.

“Hay una realidad. A pesar de que desde el punto de cantidad de plata, lo que ofrece Estados Unidos no se compara con lo que ofrece China. Lo que Estados Unidos ofrece es la promesa de inversión por parte del sector privado, teniendo en cuenta calidad y costo, y a la vez trata de crear oportunida­des para empresas norteameri­canas y ampliar sus herramient­as para apoyar sus proyectos”, dijo Paula García Trufo, del Centro para América Latina Adrienne Arsht en el Atlantic Council. En Jujuy, China ayudó a desarrolla­r Caucharí, el mayor parque solar de la región, y el segundo más grande del mundo. Morales, quien ya viajó cinco veces a Pekín, estimó que China ya puso 500 millones de dólares en la provincia, una cifra que se ampliará con el litio. “Nosotros somos casi chinos”, bromeó.

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