Infraestructura al servicio de la seguridad vial
La instalación y mantenimiento de los guard rails en el país
El 23 de diciembre de 2017 se advertía desde este suplemento sobre los puntos favorables y las contras de los guard rails. “Su principal misión es reducir las consecuencias para los ocupantes de los vehículos en caso de sufrir un accidente, función que cumple absorbiendo la energía del rodado mediante su deformación”, escribía Agustín Lafforgue en “Anverso y reverso de los guard rails”. Y remarcaba: “Pero hay un punto crítico que se genera cuando estos elementos son instalados de manera incorrecta o no tienen un mantenimiento adecuado, ya que dejan de cumplir su función y automáticamente se convierten en un elemento peligroso (y muchas veces letal) para los ocupantes del vehículo que, sin control, colisiona contra él”. Es vastamente conocido el espectacular accidente del viernes 27 de julio, en el que un VW Voyage conducido por un joven de 19 años, salió volando de la bajada de la Avenida Gral. Paz y Avda. Libertador para impactar sobre la vereda de la mano a provincia de esta última. Más allá del tremendo exceso de velocidad, de unos 160 km/h del auto (que debería ser considerado un delito, tal como propugna la asociación Luchemos por la Vida sin que los legisladores se den por enterados) y de que la bajada se debe realizar a 40 km/h: ¿Debió ceder el guard rail ante el impacto y servir casi como una rampa de despegue del vehículo? ¿Sirven los guard rails que se utilizan en nuestras autopistas y rutas para absorber la energía cinética de impactos severos? ¿Están bien colocados y tienen un mantenimiento correcto? Un accidente así era inverosímil, pero sucedió. No basta solo con los carteles de velocidad, la infraestructura debe ser muy bien proyectada y construida para brindar la máxima seguridad vial.