LA NACION

EL CALOR BATE RÉCORDS EN TODO EL PLANETA

En el hemisferio norte ya es el verano más caliente del que se tenga registro durante el fenómeno de enfriamien­to conocido como La Niña; en el Círculo Polar Ártico la temperatur­a llegó a 32,4°C

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GINEBRA.– Este debería haber sido un verano fresco en el hemisferio norte, pero el cambio climático lo convirtió en el más caluroso del que se tenga registro durante este periódico cambio cíclico conocido como La Niña, según la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM).

Los diferentes eventos presentado­s en distintos puntos del planeta están creando desconcier­to entre los científico­s. Argelia experiment­ó la temperatur­a más alta jamás registrada de manera confiable en África. En el Círculo Polar Ártico se alcanzaron temperatur­as de 32,4°C. Y el mes pasado colapsó la provisión de energía eléctrica en el estado de California, debido al calor récord que forzó un aumento en la demanda de aire acondicion­ado. Gran Bretaña, mientras tanto, vivió la tercera ola de calor entre las más largas de la historia, y llegó a derretirse el techo de un edificio de ciencias en Glasgow, según reportó el diario británico The Guardian.

“Los primeros seis meses convirtier­on este año en el más caluroso de La Niña registrado hasta la fecha”, dijo Clare Nullis, de la OMM.

Estos registros son sorprenden­tes porque no concuerdan con lo que se suele presentar durante el fenómeno de La Niña, que generalmen­te está asociado con el enfriamien­to. El 5 de julio pasado, una estación meteorológ­ica en Ouargla, en el desierto del Sahara, en Argelia, informó una temperatur­a máxima de 51,3°C, la temperatur­a más alta registrada de manera confiable en África.

Además, incluso cuando el sol se pone, la noche no proporcion­a el alivio refrescant­e que solía tener en muchas partes del mundo. En Quriyat, en la costa de Omán, las temperatur­as nocturnas se mantuviero­n por encima de 42,6°C, considerad­a la temperatur­a “baja” más alta jamás registrada en el mundo. El centro de Los Ángeles también vio un nuevo récord mensual mínimo de julio, de 26,1°C el 7 del actual.

Las altas temperatur­as golpean también a Escandinav­ia. Una intensa masa de calor se expandió sobre toda la región, empujando las temperatur­as más de 20°C por encima de lo normal y generando una de las temporadas más calurosas de la historia, con muchos incendios forestales.

A nivel mundial, el año más cálido había sido 2016, impulsado por el ciclo climático natural de El Niño. Pero el año pasado, las temperatur­as alcanzaron el nivel más alto sin ese fenómeno de amplificac­ión de las temperatur­as. Y este año, en el extremo de enfriamien­to del ciclo, lo que se conoce como La Niña, continúa la tendencia general al alza.

Presión

El hemisferio norte padece un calor inusualmen­te persistent­e debido a los fuertes sistemas de alta presión que crearon lo que se llamó una “cúpula de calor” en gran parte de Eurasia.

“Lo que es inusual es la escala hemisféric­a de la ola de calor”, precisó Michael Mann, director del Earth System Science Center de la Pennsylvan­ia State University. “No se trata solo de la magnitud en un solo lugar, sino de que se ven altas temperatur­as en un área tan grande”.

El clima excepciona­lmente soleado del norte de Rusia fue visto en la televisión por miles de millones de personas durante la Copa del Mundo, cuando se podía observar a los visitantes vestidos con ropa más propia de los trópicos. En ese país los incendios forestales afectaron 80.000 hectáreas de bosque cerca de la región de Krasnoyars­k, que informaron anomalías diarias de 7°C por encima del promedio. El Western Siberian Hydromet Center emitió advertenci­as de tormenta después de temperatur­as de más de 30°C durante cinco días. Los observador­es del clima temen también que esto acelerará en la región de Siberia el derretimie­nto del permafrost, liberando metano, un gas de efecto invernader­o mucho más potente que el CO2.

Se pronostica que la cúpula de calor responsabl­e de las temperatur­as sofocantes se desplazará muy lentamente hacia el este durante los próximos días.

La preocupaci­ón central de los meteorólog­os en esta cuestión es que los frentes climáticos, tanto fríos como calientes, se alternan cada vez con mayor frecuencia debido al cambio climático. Y esto provoca que las sequías y las tormentas se prolonguen, lo que amplifica el daño que causan.

La cuestión del cambio climático volvió a ocupar uno de los primeros lugares en la agenda política mundial luego de la decisión del presidente norteameri­cano, Donald Trump, de retirarse del Acuerdo Climático de París. Ese compromiso establecía objetivos concretos para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernader­o.

Pero Trump consideró que ese acuerdo afectará gravemente el empleo en la industria pesada norteameri­cana, como la metalúrgic­a, la química, la petrolera e incluso la automovilí­stica.

La salida de Estados Unidos, el segundo emisor de gases de CO2 en el mundo (el primero es China), hace mucho más difícil el esfuerzo de las 193 naciones que apoyan el acuerdo para que el aumento de la temperatur­a media del planeta no sea más de 2°C.

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En Nueva Delhi, los equipos de aire acondicion­ado contribuye­n a la ola de calor

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