Un reto por el torneo local, pero con foco internacional
El objetivo parece un premio consuelo. Con Boca encaminándose al título, las plazas que entrega la Superliga para jugar la Copa Libertadores 2019 es el programa de mayor interés de las seis jornadas que restan del campeonato. Independiente y San Lorenzo disputarán, desde las 20, el partido postergado de la 15ª fecha, un pedido que los
Rojos elevaron a la AFA por la disputa de la final de la Recopa Sudamericana. Los altibajos de los dos equipos en el recorrido determinan que el juego se ofrezca como un capítulo destacado dentro de un certamen en el que los xeneizes, más allá del paladar futbolístico, lucen cómodos en la cima.
A Independiente lo apura volver al triunfo, porque la caída 2-0 con Atlético Tucumán lo desplazó del último puesto que clasifica a la Copa Libertadores; esa posición recayó en Racing. El Ciclón aparece con un mínimo de oxígeno: de ganar alimentaría la ilusión de aún pelear por el título: a falta de 18 puntos, la brecha sería de 8; un tropiezo, en cambio, reavivará los temores.
La lesión de Meza (desgarro en el isquiotibial derecho) es una ausencia notoria en Independiente. El DT Holan dispondrá de Fabricio Bustos –pese al entorsis del tobillo izquierdo– y Alan Franco, recuperado de un traumatismo en el cuádriceps izquierdo; Martín Benítez, curado de una distensión en el bíceps femoral derecho, quedó a las órdenes. Entre él y el ecuatoriano Gaibor completarán la formación.
Las dolencias físicas repercuten en San Lorenzo: Barrios podría dejarle el puesto a Botta; Romagnoli será suplente y Belluschi (tendinitis rotuliana en la rodilla derecha) y Angeleri (sobrecarga muscular) no aparece en la nómina. La vuelta de Díaz( participó con Chile en la doble fecha FIFA), y el ingreso de Gudiño son los movimientos que ejecutará el Pampa.