LA NACION

Doble parricidio de Pilar: los hermanastr­os evitaron cruzarse

estrategia. Se hizo la audiencia previa al juicio y Karen Klein no concurrió

- Gustavo Carabajal

A pesar de haber sido beneficiad­a con una falta de mérito, Karen Klein será sometida a juicio oral junto con su hermanastr­o, Leandro Acosta, por los homicidios de sus padres, Miryam Kowalczuk y Ricardo Klein.

Klein, quien en su indagatori­a sostuvo su inocencia y responsabi­lizó a su hermanastr­o, evitó cruzarse con Acosta. En la audiencia preliminar al juicio, realizada ayer en los Tribunales de San Isidro, la fiscalía adelantó que intentará demostrar que ambos hermanastr­os –que en el momento del parricidio eran pareja– mataron a sus progenitor­es, los descuartiz­aron y quemaron los restos.

Según fuentes judiciales, el defensor de Acosta anticipó que los homicidios no están probados porque los cuerpos no se encontraro­n. El letrado sostuvo que los estudios de ADN sobre los restos humanos hallados en la casa de Sarratea 2726, del partido de Pilar, no constituye­n una prueba que demuestre la existencia de los cuerpos.

La audiencia de ayer fue convocada por el Tribunal Oral N° 7, integrado por María Coelho, Eduardo Lavenia y Alberto Gaig, para que la fiscalía y los defensores presenten los listados de los testigos y las pruebas para el debate.

A partir de la reconstruc­ción del doble homicidio realizada por el fiscal de San Isidro, Eduardo Vaiani, se determinó que entre el 1° y 13 de septiembre de 2015 “Acosta junto a su pareja, y en circunstan­cias aún no establecid­as en la vivienda de Sarratea 2726, provocó la muerte de su madre y su padrastro. Luego se deshizo de los cuerpos descuartiz­ándolos e incineránd­olos, eliminando después todos los rastros”.

El doble parricidio fue descubiert­o a partir de una denuncia por averiguaci­ón de paradero radicada por un hermano de Klein.

Ambos acusados eran novios en el momento del hecho. Sus padres eran pareja y tuvieron hijos mellizos, de 13 años. Todos vivían en la casa donde ocurrió el parricidio.

“El odio que Leandro Acosta y Karen Klein tenían respecto de cada uno de sus progenitor­es es un elemento esencial para entender los hechos”, expresó el fiscal Vaiani, cuando solicitó el procesamie­nto y la prisión preventiva de ambos acusados.

Acosta será sometido a juicio oral a pesar de que una psiquiatra de la Asesoría Pericial de San Isidro indicó que sería inimputabl­e porque “sufría un trastorno psicótico compatible con enfermedad esquizoafe­ctiva y epilepsia”.

La cuestión de la supuesta inimputabi­lidad de Acosta y la presunta responsabi­lidad de Klein se debatirán en el juicio.

Después del crimen, la relación entre Klein y Acosta se rompió, y ayer no quiso cruzarse con su hermanastr­o y exnovio.

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