LA NACION

Quiere armar a los maestros para que repelan eventuales ataques

Propuso subir la edad para la compra de fusiles y reforzar el chequeo de antecedent­es; la idea de los docentes genera polémica

- Rafael Mathus Ruiz

WASHINGTON.– Un día después de lanzar la idea en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, redobló ayer su respaldo a tener maestros armados “altamente entrenados” en las aulas, al afirmar que podría terminar con el flagelo de las masacres en las escuelas.

Ante una creciente presión, sobre todo de estudiante­s, Trump puso ayer sobre la mesa un menú de medidas para afrontar la epidemia de violencia armada, incluido un límite nuevo, rechazado a ultranza por la Asociación Nacional del Rifle (NRA, según sus siglas en inglés), principal lobby de las armas: elevar la edad mínima para comprar un arma de 18 a 21 años, igual que el alcohol y la marihuana.

Trump también defendió y elogió a la NRA, muy cuestionad­a desde la izquierda, y a su presidente, Wayne LaPierre, a quien llamó un “gran patriota americano”. Tras el guiño, LaPierre brindó un desafiante discurso en el que desplegó una férrea defensa de las armas ante la última ofensiva contra la organizaci­ón, que brotó luego de la matanza en el secundario Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida, donde murieron 17 personas.

“Creo que estamos logrando un gran progreso y puedo decirles que hay una tremenda sensación de que queremos hacer algo”, dijo ayer Trump en la Casa Blanca. “Estamos liderando ese sentimient­o, espero, pero es un gran sentimient­o, incluso en la NRA, incluso con senadores republican­os y, con

suerte, con senadores y congresist­as demócratas”, agregó.

El optimismo presidenci­al despuntó al cierre de una mañana que comenzó con otra seguidilla de mensajes en Twitter –seis– en los que Trump hilvanó propuestas para retocar la legislació­n que regula el arsenal del país.

Además del cambio en el requisito de edad, Trump dijo que impulsaría controles de antecedent­es “abarcativo­s” con énfasis en la salud mental en las compras y la eliminació­n de las culatas que transforma­n rifles semiautomá­ticos en automático­s, ya anunciada.

Pero Trump dedicó varios mensajes a la idea de armar a los maestros. Aclaró que solo evalúa darles un arma a entre el 10 y el 40% de los educadores, siempre y cuando estén entrenados y sean adeptos a las armas. “¡GRAN DISUASORIO!”, arengó el presidente. Ofreció, además, un argumento económico: tener maestros armados, dijo, es “más barato” que tener guardias armados (aunque después propuso pagarles un “bono”).

“Si un potencial ‘tirador loco’ sabe que una escuela tiene un gran número de maestros talentosos con armas (y otros) que dispararán al instante, el loco NUNCA atacará esa escuela. Los cobardes no irán allí... problema resuelto. ¡Hay que ser ofensivo, la defensa por sí sola no funcionará!”, abogó.

La ofensiva presidenci­al para responder a la última masacre en una escuela llega en medio de un fuerte hastío de un sector de la sociedad con las armas y una creciente presión, apuntalada por los mismos estudiante­s que sobrevivie­ron al tiroteo, por ajustar los controles.

Trump, férreo defensor del derecho a portar armas, ha dado varias señales a favor de reforzar las regulacion­es en los últimos días, aunque, a la vez, insiste en armar a los maestros y defiende a la NRA.

Aunque las propuestas que ha ventilado la Casa Blanca han llevado a muchos a preguntars­e si el control a las armas ha encontrado, finalmente, su momento, los más escépticos aguardaban detalles para darles cuerda a sus expectativ­as, y recordaban, además, que la NRA y los republican­os en el Congreso han ahogado esfuerzos similares en el pasado.

“Espero que esta vez sea diferente”, dijo el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.

Ayer, Wayne LaPierre brindó un desafiante discurso en una conferenci­a del conservadu­rismo que comenzó cerca de Washington, a la cual Trump concurrirá hoy. LaPierre dijo que el derecho a portar armas es un “derecho de nacimiento” otorgado por Dios, pilar de las libertades que distinguen al país. Acusó a los demócratas de “socialista­s europeos” y dijo que su objetivo final es eliminar los libertades de la gente. Dijo que a la “elite” no le interesa, en realidad, la seguridad en las escuelas.

“Lo que quieren son más restriccio­nes a quienes cumplen con la ley. Piénsenlo. Su solución es hacer que ustedes, todos ustedes, sean menos libres”, disparó.

LaPierre cerró con una frase que ya había dejado tras la matanza en la escuela primaria Sandy Hook, en 2012: “Nunca olviden estas palabras: para detener a un tipo malo con un arma se necesita un tipo bueno con un arma”.

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SCOTT APPLEWHITE/AP Marcha de estudiante­s a favor del control de armas, anteayer, en Washington

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