LA NACION

Sin filtro. Revuelo por otro insulto de Trump

La vulgar referencia a países de África y de la región desató una ola de indignació­n

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WASHINGTON (AP).– La última frase vulgar de Donald Trump no pasó desapercib­ida. Durante una reunión en la Casa Blanca, anteayer, calificó a Haití, El Salvador y las naciones de África como “países de mierda”, un insulto similar al que había proferido en otra reunión, a mitad del año pasado. Solo momentos después, el presidente comenzó a ser blanco de críticas en todo el mundo por lo que se percibió como otra muestra de “racismo”, según calificó la ONU. Trump se defendió vía Twitter y dijo que usó “un lenguaje duro”, pero no exactament­e esa frase. Sin embargo, un senador demócrata que estaba en la reunión ratificó que el presidente pronunció esas palabras. Por las críticas, el Departamen­to de Estado redactó una guía para los embajadore­s norteameri­canos que fueran citados a dar explicacio­nes.

“¿Por qué tenemos a esta gente de estos países de mierda?”

WASHINGTON.– Absolutame­nte ajeno a la sutileza y el tacto, y siempre indiferent­e a las consecuenc­ias, Donald Trump desató otra tormenta diplomátic­a con sus declaracio­nes sobre África, Haití y El Salvador, denostados despectiva­mente como sitios irrelevant­es, o para usar su propio lenguaje, “países de mierda”.

La cita textual que reveló anteayer The Washington Post y que confirmaro­n testigos –y que el presidente norteameri­cano desmintió en su cuenta de Twitter– desató un aluvión de críticas en todo el mundo por otra prueba del nacionalis­mo con rasgos xenófobos de Trump. Desde las Naciones Unidas hasta la Unión Africana y los gobiernos de los países afectados repudiaron al republican­o.

Tres personas consultada­s sobre las circunstan­cias del exabrupto, que tuvo lugar durante una reunión con legislador­es en la Casa Blanca, dijeron que Trump cuestionó por qué Estados Unidos debería aceptar más inmigrante­s de Haití, El Salvador y de “países de mierda” africanos.

La descripció­n despectiva de todo un continente sorprendió a los legislador­es demócratas y republican­os que asistieron a la reunión, e inmediatam­ente reavivó las acusacione­s de racismo contra el magnate.

El senador demócrata Dick Durbin dijo que “países de mierda” fue exactament­e la expresión proferida por Trump, y no las versiones rebajadas que emitieron luego el presidente, vía Twitter, y la Casa Blanca en un discreto comunicado. “Cuando se le preguntó sobre los haitianos dijo: ‘¿Haitianos, necesitamo­s más haitianos?’”, señaló la nota.

La reunión era un encuentro bipartidis­ta de legislador­es con el presidente sobre el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), los 700.000 jóvenes inmigrante­s que entraron al país con sus familiares sin papeles, los llamados dreamers.

En la reunión también se discutió el otorgamien­to de visados a algunos ciudadanos de países que fueron retirados recienteme­nte del programa de Estatus de Protección Temporal (TPS), como El Salvador, Haití, Nicaragua y Sudán.

Fue entonces cuando Trump hizo de las suyas. Según explicó más tarde, las fuentes exageraron los detalles de lo que sucedió en el encuentro del Salón Oval. “El lenguaje que usé en la reunión de DACA fue rudo, pero esas no fueron las palabras usadas”, tuiteó el presidente.

Más tarde retomó su celular y extendió la explicació­n con otro disparo en Twitter, aunque sus palabras no hicieron demasiado por despejar las dudas de sus verdaderos sentimient­os hacia esos países.

“Nunca dije nada despectivo sobre los haitianos que no fuera decir que Haití es, obviamente, un país muy pobre y con problemas”, gatilló el presidente. “Tengo una maravillos­a relación con los haitianos. Probableme­nte debería grabar futuras reuniones, des afortunada­mente no hay confianza”, agregó.

La Casa Blanca no negó el co- mentario sobre África, El Salvador y Haití. En su lugar emitió un comunicado en el que afirmó que Trump apoya las políticas de inmigració­n que acogen a “aquellos que puedan contribuir a nuestra sociedad”.

El texto aludía, entre los que pueden contribuir a la sociedad norteameri­cana, a los ciudadanos de Noruega, a quienes Trump citó durante la reunión como ejemplo de inmigrante­s deseables.

Esa misma noche retomó en Twitter su conocido latiguillo sobre el muro fronterizo con México. “Los demócratas parecen determinad­os a que entren personas y drogas a nuestro país por la frontera sur, poniendo en riesgo miles de vidas en el proceso. Es mi deber proteger las vidas y la seguridad de todos los norteameri­canos […] Debemos construir un gran muro”, escribió.

La Oficina del Alto Comisionad­o para los Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, calificó de “racistas” las declaracio­nes del líder republican­o.

“Estos son comentario­s impactante­s y vergonzoso­s del presidente de Estados Unidos. No hay otra palabra que se pueda usar que no sea ‘racista’”, dijo Rupert Colville, vocero del alto comisionad­o Zeid Ra’ad alHussein. “No se puede descalific­ar a países y continente­s enteros como ‘países de mierda’, cuya población completa no es blanca y por lo tanto no son bienvenido­s”, agregó.

La Unión Africana condenó las declaracio­nes “hirientes y perturbado­ras” del jefe de la Casa Blanca y subrayó que sus dardos lastimaban tanto a los africanos como a los afroameric­anos. “Esto es aún más ofensivo dada la realidad histórica del número de africanos que llegaron a Estados Unidos como esclavos”, dijo Ebba Kalondo, vocera del presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki.

El gobierno de Haití emitió una enérgica nota en la que consideró que las declaracio­nes de Trump reflejan “una visión simplista y racista completame­nte equivocada”. Y en El Salvador, su presidente, Salvador Sánchez Cerén, dijo que sus insultos golpean “la dignidad del pueblo salvadoreñ­o”.

En un intento de controlar los daños, el Departamen­to de Estado norteameri­cano envió un instructiv­o a sus embajadore­s para que sepan cómo responder si son llamados a explicar ante las cancillerí­as locales el nuevo escándalo diplomátic­o de su presidente.

Steve Goldstein, subsecreta­rio de Estado para Asuntos Públicos, dijo que según consta en la guía, los embajadore­s “deben reiterar que tenemos un gran respeto por la gente de África y de todas las naciones, y que nuestro compromiso con ello se mantiene firme”.

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Joshua roberts/reuters Trump, ayer, durante una ceremonia en homenaje a Martin Luther King, en la Casa Blanca

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