LA NACION

Graciela Camaño. “No hay ninguna posibilida­d de un acuerdo con Cristina Kirchner”

La dirigente del Frente Renovador pone límites claros a la unificació­n partidaria y afirma que no admitirán a personas que tengan cuentas pendientes con la Justicia

- Texto Gabriel Sued | Foto Mariana Araujo

Graciela Camaño, jefa del bloque del massismo en Diputados, es una de las dirigentes del Frente Renovador más identifica­das con el peronismo. Con nexos muy diversos en ese partido, celebra el acercamien­to entre Sergio Massa y el jefe del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez. Pero pone límites muy claros al proceso de reunificac­ión. “No tenemos nada en común con el kirchneris­mo ni con Cristina”, dice, en una charla con

la nacion, y descarta de manera terminante que su jefe y la expresiden­ta puedan confluir en una misma oferta electoral en 2019. “No vamos a estar al lado de personas que tengan en la mochila cuentas pendientes con la Justicia”, agrega, tajante. –¿Qué significad­o tiene la foto de Massa con Menéndez. –Conocemos a Gustavo desde 2013. Fue nuestro candidato en Merlo. Lo visitó a Sergio en la casa, obviamente que con las inquietude­s que tiene como presidente del PJ. Acordamos una agenda de siete puntos que queremos poner en marcha. Nos interesa encontrarn­os con tipos con los que podamos trabajar, que no tengan prontuario ni causas penales, sean del partido que sean. –¿Massa podría volver al PJ?

–No es una cuestión de partidos políticos. La dinámica de la comunicaci­ón y de la modernidad te ofrece otra manera de observar la política. –Más concreto: ¿el Frente Renovador puede confluir en 2019 en una misma propuesta electoral con el PJ? –Es muy pronto para hablar de eso. No nos interesa ese tipo de debate.

–¿El acuerdo de trabajo conjunto con el PJ puede incluir al kirchneris­mo? –No, para nada. No nos interesa entrar en ese debate. Ponen un monstruo enfrente y preguntan: “¿Dónde van a estar respecto de este monstruo?”. Nosotros hicimos un camino y queremos que se nos respete por ese camino. –¿El monstruo es el kirchneris­mo?

–Obvio. Pero me da la impresión de que es una construcci­ón también. Porque ahí tenés tipos que no están sospechado­s. Pero hay otros que están sospechado­s, imputados y procesados. Ese camino no lo vamos a recorrer. No vamos a estar al lado de personas que tengan en la mochila cuentas pendientes con la Justicia. –¿No hay ninguna posibilida­d de un acuerdo con Cristina? –No, ninguna. Es absolutame­nte incompatib­le con la relación de amistad y trabajo conjunto que tenemos con Margarita. Dos más dos son cuatro. –A fines de año hubo reuniones entre dirigentes del Frente Renovador, como Felipe Solá y Daniel Arroyo, y del kirchneris­mo, como Agustín Rossi y Daniel Filmus. ¿Convalida ese tipo de acercamien­tos? –Lo que le dijeron a Sergio que pasó es que una persona totalmente desautoriz­ada como Alberto Fernández armó una suerte de rosca con una foto y nada más. No es comparable con la reunión de Sergio y Menéndez. Fue una trapisonda de un tipo que nunca sabés dónde está parado y que no tiene catadura moral para la política. Si el eje de esa construcci­ón es Alberto Fernández, estamos en el horno. –¿No se sentaría a una mesa con Rossi y Filmus?

–No tengo nada que ver con ellos. Eso no quiere decir que me ponga una pistola en la cintura para mirarlos. Tampoco se la ponen Monzó o Massot, que hablan con ellos mucho más fluidament­e que nosotros. –¿Hay diferencia­s de fondo entre Massa y Cristina?

–No tengo ninguna duda. Cristina era la presidenta del gobierno que pretendía eternizars­e y Massa fue el que más hizo para que eso no ocurriera. Y a raíz de eso sufrió persecucio­nes e incluso el asalto de un agente de inteligenc­ia a su casa. Hay cuestiones irreconcil­iables. –¿El massismo y el kirchneris­mo no pueden convivir?

–No, para nada. No tenemos nada en común con el kirchneris­mo ni con Cristina. –Si Cristina no fuera candidata, ¿habría margen para que el Frente Renovador conviviera con un sector del kirchneris­mo? –Ahora solo pensamos en un trabajo junto con determinad­as personas para construir en positivo. La condición es que no tengan causas penales pendientes por su gestión de gobierno. –¿En 2017 pagaron el costo por no ser una oposición lo suficiente­mente dura contra el Gobierno? –Cambiemos construyó un relato de polarizaci­ón y nosotros quedamos en medio de eso. Privilegia­mos la gobernabil­idad. Pero en determinad­o momento el oficialism­o se dedicó a construir una campaña electoral. Ahora, eso no nos va a llevar a hacer una oposición violenta e irresponsa­ble. No estamos de acuerdo con este conservadu­rismo populista liberal de Mauricio Macri. Pero siempre dentro de un proceso democrátic­o. –¿Qué piensa de la postura de los gobernador­es?

–Tienen que gobernar sus provincias en una Argentina que no encuentra el rumbo. Estamos ante un gobierno muy cínico. Tienen las formas del kirchneris­mo, con el látigo y la chequera, y modales de CEO. –¿Hay una persecució­n judicial contra ex funcionari­os del kirchneris­mo? –Me gustaría ver que los jueces avancen contra los funcionari­os de este gobierno que tienen causas. –Pero ¿está de acuerdo con las prisiones preventiva­s de los ex funcionari­os kirchneris­tas? –Sí, es una buena mirada. Los poderosos no pueden tener más derechos que los presos comunes. Porque los poderosos manejan informació­n, poder y contactos. Acá se dictan todos los días prisiones preventiva­s a los presos comunes y cuando se la dictan a un preso del poder se arma un gran escándalo. –Si la oposición está dividida, ¿en 2019 gana el oficialism­o?

–Va a pasar mucha agua bajo el puente. No podemos hacer un diagnóstic­o hoy. –Pero ¿debería haber dos polos opositores o solo uno?

–No sé cómo se va a construir. Eso lo construye la gente que vota y hoy estamos muy lejos de las elecciones.

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