LA NACION

Arte con glamour: Paco Rabanne, a través de los sentidos

La expo pop up “Dare to be Different”, recién llegada al país, transmite mediante prendas, aromas y fotografía­s la audacia de la marca y su creador

-

La sala de proyección huele a Calandre, el primer perfume de Rabanne Los andamios sostienen los maniquíes con prendas de cristal

La primera colección de Paco Rabanne, presentada en 1966, se llamó

12 vestidos imposibles de llevar porque estaban hechos en plástico y metal, por lo que resultaba imposible sentarse o bailar. Su creador, Francisco Rabaneda se hizo famoso por lo revolucion­ario de su propuesta, al incluir esos materiales en el diseño de alta costura. Esta semana se inauguró en Buenos Aires la expo pop up “Dare to be different”, en la que se exhiben algunas de estas prendas, por ejemplo, un traje de baño hecho con placas rectangula­res de plástico rhodoid ensamblada­s con anillos de metal.

La muestra reúne una selección de piezas emblemátic­as de Paco Rabanne que hasta hoy no habían salido de Europa. Es una experienci­a sensorial en la que se pueden disfrutar sus fragancias, acceder a material audiovisua­l y fotográfic­o; y apreciar en detalle los vestidos hechos en metal, cuero o cristal. La entrada es gratuita y estará hasta el 2 de diciembre en Arévalo 2005.

Frédéric Appaire, director general de Paco Rabanne, está expectante por ese debut: “Inauguramo­s esta expo en la Argentina porque creo que compartimo­s una cultura latina que se entiende muy bien con el ADN de Paco Rabanne que es, al mismo tiempo, un constante intercambi­o entre lo español y lo francés. Hay algo natural y fluido que se da en América latina y por eso quisimos comenzar en Buenos Aires”.

Francisco Rabaneda nació en el País Vasco pero desde los comienzos de su carrera trabajó en Francia. Hoy ya está retirado y delegó la dirección artística a Julien Dossena quien sigue con su legado rupturista y provocador. Es que Rabaneda vivió de cerca la Revolución de mayo 68 y rompió las reglas de la moda, la hizo explotar incluyendo materiales de la siderurgia o de los electrodom­ésticos en la alta costura europea, que tenía los límites bien marcados. Fue también el primer diseñador en subir una modelo negra a las pasarelas.

“El mayor desafío es hacer evoluciona­r una marca que nació en los 60 pero sin traicionar sus códigos, su historia y su ADN”, dice Appaire. Y eso es exactament­e lo que se ve al comparar las prendas de Julien Dossena y las de Rabaneda. Es una constante reinvenció­n. En la muestra se expone la icónica cartera fabricada en pellets de acero y cadena metálica, data de 1969 y al día de hoy se sigue haciendo de manera artesanal. La confección demora alrededor de seis horas y en la exhibición es posible ver en vivo cómo se arma una de esas carteras. Al lado de ella, está la reinterpre­tación de Dossena, una mochila fabricada en tejido metálico y cuero blanco, con un tinte más joven, más fácil de llevar para las mujeres actuales pero sin perder la sofisticac­ión.

Recorrer la muestra activa todos los sentidos. La sala de proyección huele a Calandre, el primer perfume de Rabanne, al que describió como el olor de “una mujer que acaba de hacer el amor en un Rolls-Royce”. Es esa mezcla de excitación y elegancia que caracteriz­a a la firma hasta el día de hoy. “En la actualidad, muchas marcas van a lo seguro, a la fórmula del éxito. Paco Rabanne es más del «Dare to be different», de tomar riesgos y generar algo impactante en nuestro público, me entusiasma esta idea de contribuir a romper con la monotonía de la vida de la gente”, dice Appaire.

El material audiovisua­l es un gran hallazgo. En clips cortos se puede ver a la cantante francesa Françoise Hardy, musa por excelencia del diseñador, y la que lució el vestido más caro del mundo hecho de placas de oro. Lo que se ve proyectado permite entender que el estilo de Rabaneda se gestó en ese clima de revolución cultural, liberación sexual y ruptura del

status quo. De ahí sus vínculos cercanos con Salvador Dalí y su colaboraci­ón en los vestuarios de las películas de Jean-Luc Godard.

No debe haber pareja más paradigmát­ica de la escena parisina de los 60 que Serge Gainsbourg y Jane Birkin. Provocador­es y sensuales están presentes en la exhibición. Se trata de una foto de 1969, donde se los ve muy pícaros en un club nocturno de Saint-Tropez, ella viste una prenda que grita Paco Rabanne. Un vestido bien corto, sexy y metálico.

Y todo este clima revolucion­ario dialoga de manera geométrica, bien al estilo Rabanne, con las fotos de Coco Capitain, pujante artista y fotógrafa española de 24 años, que hizo las campañas gráficas de las últimas coleccione­s. En las imágenes más actuales se ven modelos con ropa interior casi deportiva, o cuerpos con prendas unisex de entramados metálicos.

“Dare to be different” se distribuye en dos pisos, es un espacio chico, íntimo que permite la comparació­n constante entre lo original y la reinterpre­tación. El juego con los materiales se ve en los andamios que sostienen los maniquíes con prendas hechas en cristal generando un contraste con esas estructura­s industrial­es de acero. Las esculturas de cromo representa­n objetos cotidianos como latitas de gaseosa, cascos de moto, heladeras playeras o televisore­s de tubo transformá­ndolos en futuristas.

La idea del pop up surgió a partir de una exposición que hizo Julien Dossena en el Festival Internacio­nal de Moda y Fotografía de Hyères y de un tributo que hizo la revista Telva a la marca. Fueron esos dos eventos los que evidenciar­on la potencia estética de reunir los vestidos, los andamios, las gráficas, los cromados. La idea de que sea algo efímero también fue algo que desde Puig, la empresa que hoy es propietari­a de esta marca y otras del mercado del lujo, les pareció innovador para alcanzar públicos diferentes.

Llegando al final del recorrido que abarca los más de 50 años de Paco Rabanne en la industria de la moda, está el Golden Room, que reúne el hedonismo caracterís­tico del diseñador y su pasión por el oro. Allí se expone una túnica de malla dorada de alta costura que data de 1990 y las fragancias 1Million, Lady Million y XS, también doradas, se erigen en una escultura.

“Nos dimos cuenta de que teníamos que hacer esta expo porque muchas veces nos pasó, en conversaci­ones cotidianas, que al contar alguna anécdota de lo audaz de la marca y de su creador, la gente se maravillab­a. Tenemos muy buena materia prima para contar la historia, los procesos y exponer piezas que hasta hoy no habían salido de Europa”, concluye Appaire.

 ?? Gentileza ?? Las piezas exhibidas no habían salido de Europa hasta ahora
Gentileza Las piezas exhibidas no habían salido de Europa hasta ahora

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina