Marcas que salen en defensa del sueño
Hay vida más allá de Starbucks. A fuerza de aperturas y una llamativa capacidad para seducir a los millennials, la cadena de cafeterías se convirtió en un sinónimo de éxito en prácticamente todo el mundo, incluyendo el mercado argentino. El lado B del éxito cafetero es el crecimiento de las categorías que a contramano de los energizantes, apuntan a tranquilizar a sus consumidores.
Frente a una sociedad que nunca descansa, ahora la tendencia pasa por desarrollar alimentos y bebidas que ayuden a bajar un cambio y que terminen funcionando como aliados en la batalla contra el insomnio. La industria apuesta a encontrar productos naturales que se conviertan en una alternativa a los psicofármacos, como jugos enriquecidos con melatonina o cereales que favorecen la digestión nocturna.
Afuera se trata de un negocio que vive un inédito crecimiento. Sólo en los Estados Unidos el mercado de las bebidas relajantes ya mueve 150 millones de dólares y los analistas en consumo masivo aseguran que el terreno potencial de crecimiento es enorme, ya que el target de potenciales clientes no para de expandirse. Hoy más de 70 millones de estadounidenses –es decir, casi uno de cada cuatro habitantes– asegura que tiene problemas para dormir.
La lucha contra el insomnio también repotenció el papel del té en su histórica pelea contra el café. De la mano de los tés fríos listos para tomar y apostando a una mayor variedad de sabores, el negocio del té busca recuperar el terreno perdido contra su hermano más activo y apuntando a los consumidores más jóvenes. Los atributos que ofrece el té no escaparon al radar de Coca-Cola, que a medida que busca alternativas a las críticas que reciben las gaseosas, apuesta al desarrollo de este negocio con marcas como Fuze Tea (presente en el país hace cuatro años) o la marca brasileña Matte Leao que pasó a manos de la multinacional hace diez años.
Los defensores de la noche como el momento ideal para bajar un cambio y apostar a alternativas saludables además destacan que se trata del horario ideal para el consumo de alimentos funcionales –que no siempre tienen que estar relacionados con la salud sino que también pueden perseguir objetivos cosméticos– porque sus propiedades actúan durante varias horas.
A nivel local, todo es mucho más incipiente, pero en los supermercados argentinos ya es posible encontrar una línea de té bautizada con el nombre de Ensueño, y una yerba mate con melisa (una hierba de efecto relajante). Hace un tiempo, además, se lanzó, sin demasiada repercusión, la primera bebida relajante, Stress Down, que combina extractos de arándanos, ansiolíticos, relajantes musculares y digestivos naturales, como valeriana, manzanilla, tilo y flor de pasión.
Todo indica que la defensa del sueño se convertirá en la última barrera en un mundo en el que la idea de lograr un equilibrio entre vida y trabajo cotiza en baja y cada vez son más las empresas y organizaciones que prefieren postular que el éxito pasa por la capacidad de integrar el trabajo y la vida, aún a costa de un buen descanso.
La tendencia pasa por desarrollar alimentos y bebidas que ayuden a bajar un cambio