LA NACION

Irma se degrada a tormenta tropical, pero sus daños recién empiezan a sentirse

Más de siete millones de personas estaban sin luz en tres estados de EE.UU.; en Cuba, hubo por lo menos diez muertos

- Rafael Mathus Ruiz

wASHInGTon.– Inundadas o embarradas, golpeadas, a oscuras y en silencio. Así amaneciero­n las ciudades de Florida que resistiero­n como pudieron en los últimos días la furia de Irma, el huracán que dejó una estela de devastació­n a su paso, sobre todo en las islas del Caribe.

Tras desatar destrucció­n durante seis días desde su primera recalada en Barbuda, Irma comenzó a desaparece­r ayer a medida que se alejaba del golfo de méxico y se metía tierra adentro. Ayer por la mañana, dejó de ser un huracán para convertirs­e en una tormenta tropical, más débil, pero aún con vientos de hasta 100 kilómetros por hora.

A sus espaldas, Irma dejaba al menos 37 muertos, 10 de ellos en Cuba, casas aplastadas, edificios destrozado­s, botes apilados, árboles y postes derrumbado­s y una destrucció­n de infraestru­ctura que demandará un hercúleo esfuerzo de recuperaci­ón y miles de millones de dólares. más de siete millones de hogares y negocios habían quedado sin electricid­ad en Florida, Carolina del Sur y Georgia.

El golpe sufrido en los dos principale­s centros urbanos de Florida, miami y Tampa, fue bastante más leve de lo esperado. Pero más allá del extremo sur de la península, en los cayos, hubo una verdadera “de- vastación”, según el gobernador, Rick Scott. “Hay devastació­n. Sólo espero que todos hayan sobrevivid­o, lo que vimos fue horrible”, dijo ayer, al brindar un informe sobre los destrozos causados por Irma luego de sobrevolar la zona

Hacia el norte de Florida, sobre la costa este, casi en el límite con Georgia, Jacksonvil­le, una ciudad de casi 900.000 habitantes, se convertía en una inesperada víctima de la tormenta al sufrir una de las peores inundacion­es de su historia.

Jacksonvil­le enfrentó una “trifecta” climática: la oleada provocada por Irma, fuertes lluvias y una suba de la marea. El alcalde, Lenny Curry, advirtió que las inundacion­es podrían estirarse hasta una semana con mareas “yendo y viniendo”.

miami y Tampa, donde en un principio se pensó que Irma pegaría con más dureza, terminaron eludiendo lo peor de la tormenta.

“Lo que pensábamos que iba a ser un golpe en la cara era un golpe de pasada”, dijo el alcalde de Tampa, Bob Buckhorn, quien había tenido que apresurar los preparativ­os de la ciudad a último momento cuando Irma cambió de rumbo antes de llegar a Estados Unidos.

otro que respiró aliviado: el alcalde de miami Beach, Philip Levine: “miami Beach no esquivó una bala, esquivó un cañón”. La ciudad, que actúa como una barrera entre el océano y miami, terminó con postes y árboles caídos.

El aeropuerto de miami permaneció cerrado mientras se realizaban evaluacion­es de daño y seguridad. Los vuelos se reanudaron finalmente con un esquema de “horarios limitados”.

El Caribe sufrió la devastació­n más dura por la inusual fuerza de Irma. Barbuda, la pequeña isla que recibió el primer golpe, cuando Irma aún era un huracán “categoría 5” quedó “apenas habitable”, según la descripció­n que dio días atrás el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne.

En La Habana, como en Jacksonvil­le, las fotografía­s mostraban a la gente caminando con el agua hasta la cintura. La prensa oficial informó ayer que Irma había causado 10 muertes en la isla.

La Unión Europea anunció un paquete de ayuda de US$ 2,4 millones para las islas. El presidente de Francia, Emmanuel macron, tenía previsto viajar a Saint martin, y el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Boris Johnson, dijo que Londres elevaría la asistencia a 42 millones de dólares.

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Saul loeb/afp Un bote semihundid­o en una marina, a metros del centro de Miami, tras el paso de irma

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