LA NACION

Gils Carbó, procurador­a de impunidad K

La titular de la Procuració­n General de la Nación acumula graves acusacione­s ligadas a su falta de transparen­cia e independen­cia en la gestión

-

Alo largo de su no tan extensa gestión, la procurador­a general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, viene acumulando una serie de acusacione­s cuya gravedad ha ido en aumento.

Fundadora del movimiento Justicia Legítima, integrado por jueces y fiscales afines al gobierno anterior, no bien inició su gestión fue cuestionad­a por la sanción de un reglamento que habilitaba a nombrar fiscales “a dedo” según sus simpatías políticas, elaborado por su predecesor interino, que le reservaba la facultad de presidir todos los jurados de selección y de designar a sus integrante­s. Este instrument­o fue declarado ilegal e inconstitu­cional por la justicia federal y, a pesar de encontrars­e firme el fallo, la procurador­a incurrió en una nueva ilegalidad cuando omitió la modificaci­ón del sistema de designació­n de jurados y la convocator­ia a nuevos concursos a pesar de la obligación legal de proveer a la integració­n de las vacantes del Ministerio Público Fiscal de la Nación.

Luego, se le imputó haber instruido a fiscales para que beneficiar­an a funcionari­os kirchneris­tas comprometi­dos en causas de corrupción. También se la ha acusado por el desvergonz­ado intento de desplazar al fiscal José María Campagnoli al pedir su juicio político, suspensión y remoción cuando éste investigab­a al empresario kirchneris­ta Lázaro Báez por presunto lavado de dinero y otros delitos.

Asimismo, se la cuestionó por realizar concursos para la designació­n de fiscales en lejanas localidade­s del interior, tales como General Pico, Tartagal, Corrientes y Santiago del Estero, para luego, una vez selecciona­dos y nombrados sus candidatos, trasladarl­os de inmediato a fiscalías del conurbano o de la ciudad de Buenos Aires en donde se tramitaban causas de su interés.

En el caso del régimen de designacio­nes arbitraria­s y en el de los traslados irregulare­s de fiscales antes referidos en una causa promovida por la asociación de abogados Será Justicia, se dispuso una medida cautelar dirigida a suspender el trámite de nuevos nombramien­tos de fiscales selecciona­dos sobre la base del discrecion­al régimen de selección establecid­o por Gils Carbó, así como la disposició­n de nuevos traslados de fiscales.

Finalmente, en fecha más reciente, se la acusó por el sospechoso redireccio­namiento de la compra de un inmueble para la Procuració­n en Perón al 600, maniobra en la que habría intervenid­o, según la imputación, una empresa vinculada con su ex esposo.

De todas estas imputacion­es tendrá que defenderse ante la Comisión Bicameral de Monitoreo y Control del Ministerio Público Fiscal, donde ya declararon en su contra cuatro fiscales y el ex procurador ante la Corte Suprema Luis González Warcalde, quien fue el segundo del

entonces procurador general Esteban Righi y que había elaborado el régimen de selección de los fiscales que luego derogó Gils Carbó.

Ante la comisión parlamenta­ria, el fiscal Carlos Rívolo ratificó su denuncia contra la procurador­a por irregulari­dades en la designació­n de titulares de fiscalías, además del nombramien­to de 1500 personas durante la actual gestión.

Su colega Guillermo Marijuan narró su desplazami­ento como titular de la Unidad Fiscal para la Investigac­ión de Delitos relativos a la Seguridad Social y el fiscal de Cámara Raúl Pleé relató una experienci­a similar, pues fue separado de la unidad fiscal encargada de combatir el lavado de dinero.

Lo reemplazó Carlos Gonella, de la agrupación kirchneris­ta Justicia Legítima, a quien Gils Carbó puso a cargo de la Procelac sin que fuese fiscal con acuerdo del Senado. Gonella se desempeñab­a en forma provisoria como abogado integrante de una lista para suplencias excepciona­les y Gils Carbó tuvo que blanquearl­o mediante un rápido concurso en que se lo seleccionó para ser fiscal en Formosa, para ser de inmediato trasladado a la referida unidad en la ciudad de Buenos Aires.

En su exposición, González Warcalde explicó que se contaba con crédito presupuest­ario para la adquisició­n de un edificio en Alsina 872, adonde en un primer momento iba a trasladars­e la Procuració­n, y que ignoraba por qué motivo se dejó de lado ese plan, pues finalmente se compró en más de 40 millones de pesos el edificio de la calle Perón al 600.

Sobre esta adquisició­n, llama la atención el descargo que efectuó Gils Carbó por escrito, tanto ante la comisión como en una causa que instruye el fiscal Eduardo Taiano. Allí, la procurador­a defendió la compra, pero admitió que podría haberse registrado un posible “uso indebido de informació­n privilegia­da”, motivo por el cual se inició una investigac­ión administra­tiva que llevó a suspender a un funcionari­o de la Procuració­n de su confianza. La investigac­ión se generó tras la publicació­n de las primeras notas periodísti­cas. La diputada Elisa Carrió denunció la compra sospechosa de otros inmuebles en la Capital Federal. Se investiga también por qué la procurador­a autorizó alquilar un edificio que nunca se usó y para el cual, sin embargo, se compraron muebles, así como la compra de un edificio en Mar del Plata, cuando allí no había más que un pozo.

Sobran los motivos para el apartamien­to de Gils Carbó de tan importante función. Mientras ella la ejerza, la ecuanimida­d en la actuación de numerosos fiscales y, sobre todo, la de su titular estarán severament­e comprometi­das, afectando en consecuenc­ia la independen­cia del Ministerio Público. Las conductas antes descriptas evidencian que existe un manifiesto mal desempeño que debería concluir con su inmediato desplazami­ento.

Para algunos, el impediment­o práctico para echarla es que, según lo establecid­o en la ley que rige actualment­e el Ministerio Público, para remover a su titular se debe recurrir al procedimie­nto del juicio político, que requiere contar con una mayoría de dos tercios de diputados y senadores para hacerlo viable, algo que en las actuales condicione­s resulta imposible de conseguir.

Sin embargo, hay quienes sostenemos que esta exigencia es inconstitu­cional, y nos basamos en que los únicos funcionari­os susceptibl­es de ser sometidos a juicio político son los que establece taxativame­nte la Constituci­ón nacional, entre los que no se encuentra mencionado el procurador general. Así lo han planteado recienteme­nte mediante una acción judicial el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y Será Justicia para lograr un fallo que declare la inconstitu­cionalidad de la norma que ampara a Gils Carbó.

De todos modos, se han promovido además varios pedidos de juicio político en contra de ella fundados en su manifiesto mal desempeño, los que deberían prosperar si los diputados y senadores hiciesen prevalecer un análisis objetivo de las múltiples conductas irregulare­s en las que ha incurrido, por sobre las convenienc­ias políticas que hoy le garantizan impunidad.

Gils Carbó acumula veinte denuncias, y ante la comisión bicameral continuará­n declarando los fiscales, colegios de abogados y organizaci­ones de la sociedad civil vinculadas con la Justicia.

En vez de dar un paso al costado, y habiendo optado, en cambio, por la resistenci­a, Gils Carbó, representa una enorme mancha para el sistema judicial y una rémora de los largos años en que la Justicia estuvo al servicio de la política y la impunidad.

Que la procurador­a permanezca vergonzosa­mente en su puesto no es más que otro peligroso indicador de todo lo que aún queda por hacer en un ámbito que, por más de una década, mantiene en jaque a la República.

 ??  ?? Alejandra Gils Carbó, símbolo de impunidad y abusos
Alejandra Gils Carbó, símbolo de impunidad y abusos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina