Tres interrogantes y un cruce de lenguajes para hallar respuestas
propuEsta. Silvia Goldstein y Telma Satz presentan La paloma cabaret en IMPA/La Fábrica
La violencia que asuela al mundo contemporáneo, la secuela de conflictos armados que en los últimos años han dejado miles de personas desprotegidas, son sólo algunas dolorosas cuestiones que están conduciendo a muchos artistas a reflexionar acerca de cómo contar ciertos hechos que se suceden, casi sin tregua, mientras buena parte de la sociedad mundial pareciera continuar desarrollando sus vidas con total normalidad, mostrando un gran interés por consumir bienes, a veces superfluos.
dos artistas locales, especialistas en artes visuales, teatro y performance, silvia Goldstein y telma satz, decidieron buscar algunas posibles respuestas a las preguntas ¿qué es la memoria?, ¿qué es el consumo?, ¿cómo se gesta la guerra? y dieron forma a un trabajo que cruza las tres disciplinas en las que trabajan habitualmente. se trata de
La paloma cabaret, una experiencia que demandó casi dos años de investigación y que se presenta en IMPa/La Fábrica.
el punto de partida fue la lectura de textos del narrador y guionista español José semprún. aquellos en los que el autor da cuenta de su detención en París y su posterior confinamiento en el campo de concentración de Buchenwald, en 1943, cuando las fuerzas nazis invadieron Francia. telma satz quedó muy conmovida por el relato y comenzó a pensar a través de qué lenguaje podía expresar su emoción. al poco tiempo conoció a Goldstein e inmediatamente ambas iniciaron un proceso de trabajo que las llevó, casi indefectiblemente, a revisar la historia del siglo XX. en esa recorrida encontraron que el genocidio del pueblo armenio resulta un hecho que inaugura una etapa en la que el crimen organizado aparecerá repitiendo su mecanismo de exterminio al cabo de las décadas.
“en el espectáculo hay una historia que se cuenta –explica satz–. está relacionada con el testimonio de un sobreviviente. Por otro lado aparece el mundo del cabaret con sus números, sus luces, que van generando diversas capas de sentido. eso también expresa, de cierto modo, los errores del siglo XX. ese modelo de entretenimiento expone cierto velo ominoso. es como decir «me lo están contando de esta manera, pero es algo terrible». esa situación siniestra que se va dando expone una forma y un sentimiento de dar cuenta qué es la memoria, el consumo, de qué nos hablan cuando nos quieren vender algo.”
a partir del trabajo de investigación, las autoras fueron desarrollando un texto. “después empezamos a pensar cómo traducirlo en escena –aclara Goldstein–. así fue que elegimos el espacio de la fábrica IMPa porque nos permitía trabajar en la idea de que la acción se desarrolla en un barracón, y también por todo lo que ese lugar expresa como huella edilicia y humana. armamos un cabaret dentro de un barracón. algo que nos posibilita analizar cómo, a través de la historia, la cultura sirve como reflejo o metáfora de la realidad y a veces es utilizada como pantalla, como mero entretenimiento que banaliza ciertos temas. ese doble juego y esa cuestión paradójica se da entre realidad, historia, cultura y memoria.”
en escena dos ámbitos estarán en diálogo permanente, precisamente el de la memoria, donde el recuerdo de los dolorosos momentos vividos por un hombre se harán carne, y por el otro el del show. y ahí asoma una cuestión que traerá algo de aire fresco dentro de la puesta. La canción “La paloma”, que el español sebastián de Iradier y salaverri creara en 1863, que tuvo múltiples versiones y que fue interpretada por destacados cantantes de ópera, jazz, pop y rock, se apoderará del imaginario del espectador. ese tema resulta un símbolo a la hora de hablar de la esperanza, el amor y la muerte.
silvia Goldstein y telma satz recuerdan una frase de andré Malraux: “del horror solo se regresa a la belleza”. es la mejor expresión para sintetizar esta búsqueda artística.
la paloma cabaret Dirección, Silvia Goldstein y Telma Satz impa/la fábrica, Querandíes 4290 funciones, sábados a las 21.30