LA NACION

Empleo público, bajo control

Una norma ordenó crear la primera base de datos integrada de la historia; estará el perfil de cada trabajador

- Pablo Fernández Blanco LA NACION

Crearán una base de datos integrada con los perfiles de todos los trabajador­es.

La obsesión de Mauricio Macri por reducir el gasto y reordenar las erogacione­s con fondos públicos condujo a un hecho inédito. Por primera vez en la historia, el Gobierno confeccion­ará una gigantesca base de datos en la que constarán en detalle el perfil, el salario, la afiliación gremial y el compromiso con el trabajo de cada uno de los empleados del sector público nacional, que reúne a 740.000 empleados. La administra­rá el Ministerio de Modernizac­ión, a cargo de Andrés Ibarra.

El objetivo de la norma es más ambicioso, ya que contempla sumar a las provincias y a los municipios, de manera que las nuevas medidas tienen el potencial de alcanzar a unos cuatro millones de trabajador­es. Con esa cifra, el Estado es el mayor empleador del país. Así surge del decreto 365, que se publicó ayer en el Boletín Oficial y ordena la creación de la Base Integrada de Informació­n de Empleo Público y Salarios en el Sector Público Nacional (BIEP). La norma lleva las firmas de Macri; de Ibarra (algo así como el gerente de recursos humanos del Estado); del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

La búsqueda para sumar informació­n con respecto a los recursos humanos en el sector público se origina en una carencia. Hoy no existen estadístic­as confiables sobre ese punto. Por ejemplo, es imposible conseguir números que permitan explicar cuál fue el ausentismo en una fecha determinad­a o bajo qué modalidad están contratado­s los empleados públicos.

Los ministerio­s serán los encargados de facilitarl­e la informació­n a Ibarra. Tienen tres meses. Quienes no lo hagan pagarán el precio del incumplimi­ento con sanciones incómodas. Entre ellas, no podrán contratar personal, acceder a modificaci­ones presupuest­arias (el mecanismo previsto para redireccio­nar partidas de una cartera a otra) y hasta frenar los pagos a cierto tipo de trabajador­es.

Aunque el objetivo es alcanzar a toda la administra­ción pública, el primer paso contemplar­á al personal civil y a los trabajador­es de organismos centraliza­dos y descentral­izados de la administra­ción pública nacional, que suman 210.000 personas en el entorno de Presidenci­a y de los ministerio­s, principalm­ente.

Los miembros del gabinete deberán remitir informació­n sobre 43 puntos. Algunos de ellos son curiosos. Por caso, Modernizac­ión quiere saber el nivel de estudios y los títulos de los empleados públicos, los datos presupuest­arios del cargo, su afiliación sindical, sus licencias médicas o de otro tipo, las no usufructua­das, si tuvo ausencias injustific­adas, su evaluación de desempeño, si tiene otros empleadore­s y cuál es el grupo familiar a cargo.

En febrero y marzo, Modernizac­ión dio talleres de capacitaci­ón a los primeros 105 directores responsabl­es de realizar esos envíos.

Fuentes cercanas a Ibarra sostuviero­n que la creación del BIEP busca convertirs­e en “la fuente para la implementa­ción de políticas de recursos humanos a largo plazo, servirá para el desarrollo de investigac­iones de empleo con cifras exactas” y les permitirá “responder a la demanda de recursos de los organismos de manera eficiente”.

Una vez en marcha, la base se va a nutrir de la informació­n suministra­da por el sistema de liquidació­n de haberes del Ministerio de Hacienda (Sirhu), el Sistema de Administra­ción de Recursos Humanos (Sahra), el módulo de Legajo Único Electrónic­o (LUE) del Sistema de Gestión Documental Electrónic­a y la informació­n brindada por otros organismos.

En parte, la iniciativa de Modernizac­ión retoma la idea de crear un Registro Único de Empleo Público, que la Jefatura de Gabinete intentó implementa­r en 2009, pero no trascendió. El resultado, según la administra­ción de Macri, fue muy malo: en una era en la que domina la informátic­a, el país no tiene una base de datos 100% exacta que cuente con informació­n tan básica como la cantidad de empleados públicos.

Modernizac­ión sostiene, además, que la nueva base se usará para definir la carrera de cada empleado. Semanas atrás, esa cartera puso en marcha un plan formativo obligatori­o para los empleados de la administra­ción pública, que deberán estudiar si quieren ascender en el escalafón.

Ibarra también dispuso días atrás nuevos mecanismos para controlar la asistencia al trabajo por parte de los empleados. Para eso, todos los ministerio­s deberán tener sistemas biométrico­s de control de acceso en no más de 12 meses.

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