El desafío de un clown
buena. de: Martín Joab y Marcelo Katz. dirección: Martín Joab. intérprete: Marcelo Katz. dirección musical: Javier Estrin. escenografía: I. Gual, G. Porión. vestuario: Florencia Dawoser. iluminación: Fernando Berreta. sala: La Carpintería, Jean Jaures 858. funciones: viernes, a las 22.30. duración: 90 minutos.
¿ Adónde van a parar los personajes de ficción cuando quien los porta e inventa decide no mostrarlos más en escena? esta pregunta parece ser el punto de partida de marcelo Katz y martín Joab –una dupla creativa que viene trabajando en conjunto desde hace más de veinte años– para la composición de Eskoff, el nuevo espectáculo de clown que encuentra a marcelo Katz al frente como único intérprete de la pieza.
Hacia eskoff viajará sensato (Katz), un viaje largo e incierto en el que se cruzará con personajes que lo ayudarán en la odisea. el pasado también se hará presente: su padre y su abuelo, ejemplos para él de artistas ambulantes, serán evocados y recordados con melancolía, pero con respeto. en aquel lugar parece estar la respuesta de los problemas que aquejan a sensato, un hombre que trata de mantener los impulsos de un personaje de su creación a resguardo. es que irineo (el clown que a veces lo habita) parece habérsele escapado de su control y arrebatado como payaso desbocado. irineo se hace presente cuando quiere y hace peligrar todos sus espectáculos.
el planteo es interesante: un artista y un clown, dos alteridades que se funden en un solo cuerpo, una especie de Jekyll y Hyde o incluso de superhéroe, un hombre centrado, sensato y prolijo, y otro desenfrenado y desbocado, dos caras de una misma moneda que tienen la tarea de encontrar la forma de poder convivir sin llegar al desastre. Por momentos, un solo actor al frente de semejante despliegue parece un desafío excesivo, así como también resulta la duración de la obra.
el espacio generoso y profundo de La Carpintería le permite a Katz un gran desplazamiento. Llega solo, y el espacio vacío se abre para que suceda de todo. La escenografía se irá haciendo, armando a medida que avance la obra: es que sensato es un artista ambulante, un poco músico, un poco payaso, un poco comediante, un poco malabarista, un artista que viaja de pueblo en pueblo mostrando todas sus habilidades. Lleva un carro y allí contiene su mundo. ese pequeño carro que lleva a cuestas se irá desplegando y entonces armará escenografías según lo necesite el relato: a la noche se convierte en carpa, de día ofrece una mesa para comer, de allí salen vestuarios y objetos para que sensato ejecute su magia e incluso ese carro se convierte en mar para darle forma a uno de los cuadros más lindos, cerca del final. Pero, además de todo esto, en el carro también viaja esa pequeña y misteriosa cajita que contiene nada más y nada menos que a irineo.
Para un espectáculo que puede ser para toda la familia, como es costumbre de Katz, es probable que este horario no le haga justicia. a esto se le suman algunos gags, tal vez innecesarios (de payaso irreverente y desbocado, es cierto), que le sacan una cuota de dulzura que la obra tiene desde el vamos.