LA NACION

Por el niño, el verano será más frío y lluvioso

Las últimas precipitac­iones anticipan los efectos del fenómeno en el Pacífico

- Laura Rocha

CLIMA. Se prevé que el fenómeno tendrá su máxima intensidad en diciembre; enero y febrero llegarían con más precipitac­iones; la inestabili­dad podría extenderse al otoño de 2016

Los efectos de El Niño, la corriente que calienta las aguas del Pacífico, comenzaron a sentirse en la Argentina. El aumento en la cantidad y la intensidad en las precipitac­iones, especialme­nte en el Nordeste y en el área central del país, es una muestra. Sin embargo, el pico máximo de fenómeno se produciría el mes próximo, estiman en el Servicio Meteorológ­ico Nacional.

“Según los modelos climáticos, se espera que la máxima intensidad del fenómeno se produzca durante diciembre. Así lo informó ayer la Organizaci­ón Meteorológ­ica Mundial (OMM), que indicó que durante el trimestre noviembre, diciembre y enero se notarán los efectos del calentamie­nto de esta corriente oceánica”, indicó José Luis Stella, del servicio de Climatolog­ía del SMN.

Entre las consecuenc­ias, también se espera que nuestro verano sea menos caluroso y más lluvioso. Incluso los pronostica­dores indican que, como se trata de un Niño fuerte, pueda tener lo que se denomina “rebote” y los efectos se prolonguen hasta el otoño de 2016.

“Observamos un Niño entre los tres más fuertes de los que se tenga registro. Se espera que en algunas zonas los veranos puedan ser más fríos. Por la mayor entrada de perturbaci­ones en la atmósfera y precipitac­iones, el calentamie­nto por radiación se amortigua. En buena parte del centro del país, no se espera un verano caluroso”, agregó el experto.

El Niño se origina de manera cíclica por la variación de las corrientes de agua y aire cerca del Ecuador y sobre el Pacífico. Los vientos no llevan el aire húmedo hacia Australia y el sudeste asiático, como es habitual, sino hacia el Este, en dirección a la costa occidental americana. Al mismo tiempo, se desplaza agua fría desde la región polar sur.

Las estimacion­es de la OMM apuntan a que en lo que queda del año la temperatur­a de la superficie del agua en las zonas central y oriental del Pacífico tropical superará la temperatur­a normal en 2ºC, por lo que el actual episodio de El Niño “se situará entre los tres más fuertes registrado­s desde 1950 (1972/1973, 1982/1983 y 1997/1998)”.

“Que las temperatur­as de la superficie del océano estén por encima de la media tiene un impacto en la circulació­n de la atmósfera; en la región sudeste de América del Sur, por ejemplo, se observarán mayores precipitac­iones durante lo que resta de la primavera y el verano”, indicaron en el SMN.

En la Argentina, las precipitac­iones superarán la media en la región de la Mesopotami­a, que abarca las provincias de Misiones, Corrientes y Entre Ríos; en el nordeste de la Patagonia, y en el centro del país.

Por otra parte, el SMN pronostica que “en las regiones central y norte de la Patagonia las temperatur­as serán levemente inferiores a las normales en los próximos tres meses y en el nordeste argentino serán superiores a las normales, lo que se debe a la falta de lluvia y a los cielos despejados”.

Según la OMM, las condicione­s meteorológ­icas a nivel global se han alterado debido al cambio climático, que tiene entre sus consecuenc­ias una “tendencia general hacia el aumento de la temperatur­a oceánica, pérdida de hielo marino en el Ártico y merma de más de un millón de kilómetros cuadrados de nieve en el hemisferio norte”.

En tanto, en la conferenci­a de la OMM realizada en Nueva York se dieron a conocer los pronóstico­s para este año: “Este Niño es el más fuerte desde hace más de 15 años –dijo el director general, Michel Jarraud–. Las zonas tropicales y subtropica­les están viviendo ya graves períodos de sequías e inundacion­es destructiv­as que llevan el sello de El Niño. Las temperatur­as medias globales han marcado nuevos valores récord y El Niño las aviva aún más”.

Cambio climático

Las emisiones de gases de efecto invernader­o que generan el calentamie­nto global también pueden afectar la aparición de este tipo de fenómenos.

“Lo que se espera es que el aumento en las temperatur­as del mar provoque una mayor recurrenci­a del fenómenos de El Niño. Desde 1998 hasta el año pasado, hubo un período prolongado en que el Pacífico se mantuvo más frío, razón por la cual se generaron más corrientes La Niña, que en nuestro país provocaron sequías. Hay que ver si este Niño es un fenómeno aislado”, indicó Pablo Canziani, investigad­or de la UCA y el Conicet, especialis­ta en cambio climático.

“Lo que sabemos es que la combinació­n del aumento de la emisión de gases de efecto invernader­o y el agujero en la capa de ozono ha causado que la pampa húmeda y el sur de Brasil sean las zonas del mundo dónde se registra el mayor aumento de precipitac­iones desde 1980”, agregó.

Hasta el momento, el fenómeno de El Niño más fuerte en la Argentina provocó grandes inundacion­es en la zona del Litoral y alcanzó a sectores de la provincia de Buenos Aires. En total, aquel fenómeno afectó a nueve provincias y los anegamient­os dejaron un saldo de 17 muertos y 120.000 evacuados.

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