ALTA COSTURA
Lo mejor de la gran semana de la haute couture, que hasta hoy presenta sus colecciones otoño-invierno 2015/16, esas que hacen soñar a mujeres de todo el mundo. Su única ley, el lujo
Después de una semana de pausa luego de las colecciones masculinas, los proyectores iluminaron nuevamente las pasarelas parisienses durante cinco días, hasta hoy, con los shows de alta costura para la temporada otoño-invierno 2015-2016, y en espacios variados, como el Palais de Tokio, el Grand Palais y la Opera Garnier. Si bien esta fecha convoca a menos estilistas, fotógrafos y compradores que el prêt-à-porter, porque este es un universo más exclusivo, se los detecta por las calles porque el look es inconfundible: negro absoluto, con el toque blanco sólo en las zapatillas o en remeras y camisas. Para las estrellas que asisten, en cambio, es la posibilidad de lucirse con modelos atípicos, aunque las altas temperaturas de los últimos días simplificaron las elecciones. Otra diferencia con el prêt, que en cada nuevo show busca diversificar los sitios de encuentro, el universo de la alta costura no suele modificar sus costumbres. En cada visita a París, el triángulo dorado –entre la avenida Montaigne, el faubourg Saint Honoré y Madeleine– es la zona preferida de directores creativos, divas de los medios, estrellas, dueños de los conglomerados del lujo y clientes de elite. Los hoteles más recientes, como el Shangri La y el Península, no logran imponerse en las agendas de estos visitantes que, con el Crillon y el Ritz cerrados por refacciones, optan por el Bristol y el Plaza.
En un invernadero semitransparente construido en los jardines del museo Rodin, el belga Raf Simons presentó el lunes una nueva colección para Dior inspirada esta vez en los maestros de la pintura flamenca. Una vuelta a los orígenes para este diseñador de Amberes, que imaginó princesas medievales que mezclan pureza y opulencia. En este Jardín de las delicias recreado por Dior, la allure medieval es por momentos interrumpida por pantalones anchos y tapados oversize y asimétricos con el corte puesto en la cintura para conservar la femineidad. Demostración del savoir-faire francés, la alta costura también cuenta historias y hace soñar.
Otro de los desfiles más esperados era el de Schiaparelli, con la primera colección del francés Bertrand Guyon, que llega de Valentino y toma las riendas de esta casa italiana fundada en 1927, y que volvió al pódium en 2014 después de un paréntesis de 60 años. Con personalidades como Inés de la Fressange, que acaba de inaugurar su propia boutique; la heredera Daphne Guinness; la bruja de Game of Thrones Carice van Houten, y Meg Ryan instaladas en el front row, Guyon presentó una colección caracterizada por el contraste, con colores que van del rubí al rosa intenso, pasando por matices cítricos y azules subacuáticos. Otro de los esperados era John Galliano, que presentó su segunda colección para Martin Margiela, casa en la que ingresó luego de su polémica salida de Dior, ya se sabe por comentarios antisemitas en un bar del Marais. Y en el desfile de Atelier Versace dieron el presente Naomi Campbell, la despampanante ex novia rusa de Cristiano Ronaldo, Irina Shayk, Michelle Rodriguez, y la actriz de Mad Max Rosie Huntington-Whiteley que, claramente en campaña para atraer la atención y los flashes, no se perdió un solo desfile.
Pero quien sin dudas atrae todas las miradas es Karl Lagerfeld, no sólo por la historia que representa Chanel sino también porque cada puesta en escena es un statement del kaiser, además de una inversión millonaria. Después del super mercado, el jardín tropical y las manifestaciones, el museo Grand Palais se convirtió en un gran casino. La top model Kendall Jenner, encarnó a la novia imaginada por Lagerfeld, en saco y pantalón blancos y con un velo largo que nacía de uno de los hombros, mientras la actriz Kristen Stewart y las cantantes Rita Ora y Vanessa Paradis jugaban black jack. Lagerfeld festeja, además, 50 años de colaboración con Fendi, la casa en la que entró a trabajar en 1965 y de la que sigue siendo hoy director artístico. Con la colección haute fourrure (alta piel), Fendi participó, por primera vez, en la semana. La iniciativa despertó críticas en el campo de los militantes de los derechos de los animales, como Brigitte Bardot, que le escribió una carta a la gata de Karl, Choupette, pidiéndole que disuada a su dueño de poner pieles en sus colecciones.
Los grandes ausentes fueron Valentino, que presentará su colección en Roma en el marco de la apertura de su boutique más grande del mundo, en la Piazza di Spagna; Azzedine Alaïa y Givenchy, que hace dos años optó por dejar de mostrar esta colección y dedicar mayor tiempo al desarrollo de otras actividades de la marca. Si bien los desfiles de haute couture son más prestigiosos que el prêt-à-porter, porque es la ocasión para la extravagancia y la investigación profunda, estas colecciones representan menos del 1% de los ingresos de las grandes casas como Chanel o Dior, que las mantienen como herramienta para la proyección planetaria. Los sueños siempre suman nuevos adeptos.