LA NACION

¿Caras afeitadas? Sólo en Wall Street

- Rafael Mathus Ruiz

No hay una sola cuadra de Brooklyn, el territorio hipster por excelencia de Nueva York, donde no se vea una barba. Basta con caminar un rato para darse cuenta de que no sólo abundan las barbas, sino que ha despuntado un culto a la barba: copiosas y desordenad­as, peinadas, bien delineadas con una hoja de afeitar, ralas, de esas que aparecen tras un par de días sin afeitarse o de un par de años.

En Brooklyn, la barba es un símbolo de un estilo de vida: para ver caras afeitadas, mejor ir a Wall Street.

Ese símbolo se ha convertido, para algunos, en una obsesión. La fascinació­n que generan los hipsters, la tribu urbana que se ha expandido como un virus a todo el mundo desde las esquinas de Williamsbu­rg y Greenpoint o Park Slope ha generado un nuevo hito: un aumento en los implantes de barba.

Los cirujanos plásticos de Nueva York, que hasta hace unos años sólo realizaban un puñado de implantes de barba por año, ahora realizan hasta dos o tres por semana, y cobran entre 3000 y 8000 dólares, de acuerdo con la cantidad de barba a implantar, según informaron medios locales. El precio varía según se cubran “huecos” o se construya una barba entera.

“Ya sea que usted está hablando del hipster de Brooklyn o el ejecutivo de publicidad, el look es tener vello facial”, dijo el doctor Jeffrey Epstein, un cirujano plástico que ha realizado el procedimie­nto durante 12 años, según el sitio DNAinfo. Otro médico consultado por el sitio dijo que la moda atrae sobre todo a jóvenes profesiona­les de entre 20 y 40 años, habitantes de Williamsbu­rg, Bushcwick y Park Slope.

La barba se ha convertido también en una señal de virilidad y una tendencia cool que se impuso desde Brooklyn. Y es también un rasgo que se ajusta de manera perfecta a la cultura que rodea a esta tribu, alejada de tradicione­s tan convencion­ales como una prolija afeitada.

Algunos pacientes sólo quieren rellenar los rincones sin barba, mientras que otros, más lampiños, se someten a un implante más profundo. El procedimie­nto es el mismo que para los implantes de pelo en la cabeza.

Uno de los médicos que realizan el procedimie­nto, Glenn Charles, de Florida, dijo que un tercio de sus pacientes son de Nueva York, y que algunos incluso llevan fotos de actores, como George Clooney o Ryan Gosling, cuyas barbas, al parecer, llevan la delantera como modelos.

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