La esperanza copera, como nunca sucedió durante el año
El triunfo por 1 a 0 contra Gremio provocó un shock de confianza, un estímulo desconocido desde que empezó la acción
Se sabe: San Lorenzo y la Copa Libertadores llevan desde largos años una relación traumática. El deseo del club se contrapone con el rechazo del trofeo. Así transcurren los años. El regreso del Ciclón al torneo generó ansiedad y expectativa: más aún, con el arribo de Edgardo Bauza, campeón en 2008 con la Liga Deportiva Universitaria. Rápidamente, el desempeño en el Grupo 2 cambió el contexto: el sufrimiento se abrió el 11 de febrero, con la derrota por 2 a 0 contra Botafogo, en el Maracaná y se extendió hasta el capítulo final, con la angustiosa clasificación para los octavos de final.
Ni el aura del entrenador en definiciones coperas, ni el último título local, ni siquiera algunas incorporaciones, como Blandi o Matos, provocaron un estímulo mayor: San Lorenzo convive con el fantasma del pasado en la Libertadores. Hasta el miércoles por la noche. El triunfo por 1 a 0 ante Gremio, en el Nuevo Gasómetro, transformó el escenario: por el aceptable desempeño, por no haber sufrido goles, porque el rival no había perdido en la copa, porque un gol en Porto Alegre –el miércoles venidero, desde las 22–, generaría un revuelo en el adversario. Hoy, ahora, hay esperanza en el Ciclón. Como nunca antes.
Lo certifican varias firmas. La de Edgardo Bauza, por ejemplo: “Ahora tiene que ganar Gremio. Sabíamos que no iba a ser fácil. Jugamos con uno de los mejores equipos de la etapa de grupos. Gremio no había recibido goles, se defiende muy bien y es muy peligroso en la contra. Ahora Gremio tiene la presión y nosotros vamos a ir a Brasil con la ilusión de clasificarnos”. El Pichi Mercier lo ve parecido: “Se ganó un partido muy importante. Gremio es uno de los favoritos. Tienen buenos jugadores y de buen pie. Fue importante para nosotros que no nos convirtieran y se ganó, que era lo fundamental”. También aporta su óptica Mauro Matos, el acompañante del pibe Correa, la figura: “San Lorenzo quería ganar y que no le hicieran goles y lo conseguimos. Podríamos haber marcado uno más. Igual, estamos tranquilos”. Sin embargo, pisa el freno. No quiere exagera- ciones. “Habíamos entrado por la puerta de atrás en los octavos y queremos irnos por la puerta grande. La serie está abierta, no podemos relajarnos”, advierte.
A Bauza, un cronista le preguntó si estaba conforme con la mínima diferencia, si iba a “viajar tranquilo” a Porto Alegre. El entrenador resumió el pensamiento general: “Muy tranquilo”. Mientras, claro, el Ciclón debe pensar en otras cuestiones. El torneo Final, por ejemplo. El próximo partido será mañana, en Córdoba, contra Belgrano. Para ese encuentro, el equipo estará íntegramente conformado por suplentes y juveniles. La posible formación: Álvarez; Prósperi, Fontanini, Kannemann y Voboril; Cavallaro, Kalinski, Quignon y Esparza; Emanuel Torres y Elizari.
Además, Leandro Romagnoli, mientras sigue suspendido en la Libertadores, se recupera de una dolencia en la rodilla derecha.ß