LA NACION

Molina negó que haya producción de drogas

El titular de la Sedronar admitió, sin embargo, que existen “cocinas”

- Gustavo Ybarra LA NACION

En línea con el discurso del Poder Ejecutivo, el titular de la Secretaría de Programaci­ón de la Drogadicci­ón y Lucha contra el Narcotráfi­co (Sedronar), Juan Carlos Molina, negó ayer ante tres comisiones del Senado que la Argentina sea un país productor de drogas ilegales, aunque admitió la existencia de “cocinas” de estupefaci­entes, que ubicó en los alrededore­s de las grandes ciudades.

“Los informes son claros, nosotros no somos un país productor. Sí hay cocinas que hacen estiramien­to de mala calidad, que están en los grandes conurbanos”, afirmó el titular de la Sedronar.

Molina concurrió a la Cámara alta para avalar la sanción de un proyecto de ley sobre prevención de las adicciones, que cuenta con aprobación de la Cámara alta y que ayer recibió dictamen de las comisiones de Salud y Deportes, de Trabajo y Previsión Social, y de Presupuest­o y Hacienda.

Según el religioso que Cristina Kirchner designó en la Sedronar, el país no puede ser considerad­o exportador de estupefaci­entes ya que las drogas que se “estiran” en las “cocinas”, que ubicó en los grandes centros urbanos, “son para uso doméstico”. “No se produce para otros países”, agregó.

En su exposición ante los senadores, Molina se mostró amable y tuvo un paso tranquilo si se toman en cuenta las preguntas que debió enfrentar. Sin embargo, de todas sus explicacio­nes se desprendió la idea de que se encontró con un área con grandes deficienci­as y falencias. Su antecesor en el cargo fue Rafael Bielsa.

Así, reconoció que encontró “deficienci­as en la trazabilid­ad y en el sistema informátic­o” para realizar el seguimient­o de la producción y adquisició­n de precursore­s químicos para la elaboració­n de drogas. También mencionó que había “mil quinientos expediente­s que estaban frenados por cuestiones burocrátic­as, como la pérdida de un papel”.

Por otro lado, el funcionari­o también se quejó porque “hay empresas que se resisten”, mediante diferentes artilugios, a facilitar la informació­n necesaria para controlar el mercado de los precursore­s químicos.

Por último, Molina explicó que las denuncias que formuló sobre irregulari­dades en la Sedronar a su llegada al cargo todavía no han llegado a la Justicia.

“Cuando notamos irregulari­dades le pedimos a la Sigen (Sindicatur­a General de la Nación) que haga los informes, y si hay que hacer las denuncias, las haremos”, dijo.

No obstante, aclaró que se suspendier­on trámites o medidas que presentaba­n discrepanc­ias y que las partidas relacionad­as con esos programas fueron “redireccio­nadas” a otros destinos. Sin embargo, no entró en detalles –y tampoco se lo preguntaro­n– sobre cuáles fueron las irregulari­dades detectadas.

En su paso por el Senado, Molina defendió el plan anunciado en marzo último por la Presidenta para prevenir adicciones, aunque debió jurar y perjurar que las acciones serán coordinada­s con las provincias ante el reclamo de Jaime Linares (FAPBuenos Aires), quien se quejó por el “puenteo” que de los gobernador­es no alineados hace la Casa Rosada al firmar convenios con intendenci­as amigas.

El proyecto dictaminad­o ayer, y que podría ser sancionado el miércoles próximo, es un plan integral para la prevención y atención de las adicciones, tratamient­os que se incluirán en el programa médico obligatori­o (PMO) de las obras sociales y de las prepagas.ß

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