LA NACION

Para la Presidenta, no es una novedad que haya delincuenc­ia

Acusó a los medios de fogonear el tema de la insegurida­d; presentó una inversión ferroviari­a y les pidió a los gremios que no hagan más paros

- Mariana Verón LA NACION

Con un discurso centrado en el rol de los medios, la presidenta Cristina Kirchner descargó ayer su malestar ante lo que consideró una “creación virtual” que intenta poner “palos en la rueda” de su gobierno y minimizó la insegurida­d, al advertir que ésta ya existía desde antes de la llegada del kirchneris­mo al poder.

Con la tapa del diario Clarín del 9 de marzo de 1993 en mano, la jefa del Estado se quejó de la cobertura mediática actual sobre el delito. Mientras leía la noticia principal de entonces, referida al inminente cierre de ramales ferroviari­os decidida por Carlos Menem, reparó en el segundo título que informaba sobre el asesinato a un mafioso que había matado antes a un guardiacár­cel. “Como verán, los hechos delictivos no empezaron hace dos años, ya estaban en el año 93. Parece que ahora los han descubiert­o, pero no hay nada nuevo bajo el sol, señores, lo único nuevo que tenemos hoy son estos ferrocarri­les, que los hemos comprado y los hemos puesto nosotros”, lanzó.

La Presidenta concentró su discurso por cadena nacional en desmentir que existiera un grupo de empresario­s “en pie de guerra” contra su administra­ción y desvinculó a su gestión del atraso en la política ferroviari­a, que se relanzó a partir del accidente en Once que dejó 52 muertos.

Lo dijo en un acto de no más de media hora desde la estación Sáenz Peña del ramal San Martín, que estrenó 160 nuevos coches y 24 locomotora­s, comprados a China por Florencio Randazzo tras el accidente en el Sarmiento, que había dejado en evidencia la desinversi­ón estatal. En el mismo acto presentó los camiones con semirremol­ques llamados bitrenes (ver página 16).

“Quiero desvirtuar lo que quieren instalar de empresario­s en pie de guerra contra el gobierno nacional. Esto es una creación virtual, una vez más, y la presencia de estos empresario­s hoy acá es una apuesta más a esa alianza estratégic­a que tiene que haber entre lo público y lo privado para que el país prospere”, aclaró, apenas comenzó su discurso. Fue en el momento en el que saludó a Héctor Méndez, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), y en respuesta al Foro de Convergenc­ia Empresaria­l, que el lunes difundió un documento en el que pedía medidas contra la inflación. Cristina mostró, así, una diferencia con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que anteayer había exhibido su malestar con ese grupo de hombres de negocios. La Presidenta, en cambio, se quejó de la cobertura mediática sobre el documento empresaria­l.

“Queremos que la gente viva mejor, cosa que seguiremos haciendo contra viento y marea y pese a todos los palos en la rueda que quieran ponernos”, abundó.

Sobre la mesa que ofició de estrado, que compartió con Randazzo y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli –dos precandida­tos a sucederla–, la jefa del Estado guardaba la vieja tapa de Clarín que usó para cuestionar al menemismo y defender los diez años de kirchneris­mo.

Sin mención alguna al accidente de Once, en momentos en los que en Comodoro Py se juzga a los culpables de las muertes, Cristina Kirchner evitó la autocrític­a sobre la falta de inversión ferroviari­a y prefirió concentrar­se en la última etapa de su gobierno. Detrás de ella pasaban los nuevos vagones mientras en los andenes la juventud militante le gritaba y alzaba sus banderas, en una estación atestada de invitados.

Además de los medios, la Presi- denta cargó contra los sindicatos, a quienes les pidió que no pararan el servicio, y apeló a la conciencia de los usuarios para que cuidaran los nuevos trenes, que demandaron una inversión de US$ 113,9 millones.

“Piensen en los miles de argentinos que muchas veces ni siquiera ganan una cuarta parte de su sueldo y, sin embargo, tienen que trasladars­e en los trenes, para que por favor brinden el servicio”, les asestó, y recordó que los salarios los paga el Estado, a través de los subsidios.

“Un gobernante solo o una presidenta sola no pueden hacer las cosas. Y a los que viajan en el tren por favor que lo cuiden, porque son ellos los que van a tener que seguir viajando”, apeló, antes de compararse con una locomotora.

Otra vez con tono de despedida, dejó traslucir su malestar por la falta de apoyo de la ciudadanía, como lo hizo el lunes cuando se quejó de quienes se dejan llevar por lo que ven en TV. “Esto –por una encuesta que sostenía que la gente estaba en contra del cierre de los ferrocarri­les– pasaba en marzo de 1993 y meses después, cuando todo el mundo estaba en contra de esto, quienes habían cerrado todos los ferrocarri­les ganaban las elecciones”, recordó, sobre la reelección de Menem.ß

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presidenci­a Junto con Randazzo, Cristina Kirchner recorrió los nuevos vagones

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