LA NACION

El Arco de Triunfo, en París, donde ganar no tiene precio

El caballo japonés quedó segundo hace un año y ahora es el favorito, con el apoyo de miles de aficionado­s de su país

- Julio Guimaraes LA NACION

PARÍS.– Un café en Champs Elysees, en la misma cuadra del Lido de París, puede costar 5 euros. Una cartera en Louis Vuitton, del otro lado de la avenida más famosa del mundo, se consigue en 1500. Varias joyas expuestas en la vidriera Cartier cotizan en 29.000. Ganar el Arco de Triunfo no tiene precio. Porque la gloria no lo tiene.

Le jour de gloire est arrivé. Hoy, en Longchamp, definitiva­mente el hipódromo más chic del mundo, se hará la carrera que todos quieren. Codearse con la historia. Y la historia es tremenda.

En este Longchamp ganó dos veces Ribot, para alegría del conde Incisa Della Rochetta. Aquí se lucieron Sea Bird, Zarkava y Sea the Star. Siete veces André Fabre, quien el mes próximo podrá viajar a Buenos Aires para ver polo; lo ganó el Aga Kahn con sus yeguas cuatro veces; Olivier Peslier en los tiempos modernos, una más que el mítico Lester Piggot, que ayer se cruzó con La NacioN en la carpa de prensa para pedir prestada una notebook y mirar carreras de Newmarket. Piggot cumplirá 85 años el mes que viene y tiene mil arrugas en su rostro. Tal vez, una por cada carrera importante de su palmarés. Verlo es estar delante del turf británico.

Al Arco vienen de todo el mundo. Ayer llegó Fernando Savater, quien le anticipó a Antonio Bullrich en el paddock que apostará por el brasileño Going Somewhere. Si los binoculare­s de Savater hablaran podrían contar mil historias de carreras ganadas y perdidas por su dueño. El filósofo seguro que no faltará a San Isidro para el próximo Carlos Pellegrini, en diciembre. A Going Somewhere seguro también le juega Héctor Del Piano y quizá por consejo de su amigo David Smaga. Smaga le entrenaba a Cagnotte.

Cuatro de cada cinco fanáticos extranjero­s son japoneses. Vinieron a alentar a Orfevre, como el año pasado, cuando el crack del sol naciente perdió por nada contra Solemia.

Los nipones ya pegaron un par de veces en el palo, con El Condor Pasa, Nakayama Festa y el mencionado Orfevre. Ayer, París Turf tituló: El Imperio Contrataca. Original. Y es verdad, porque para la carrera que nuevamente auspicia Qatar también trajeron a Kizuna, ganadora del Derby japonés ante los machos.

Ruler of the Word, primero en el Derby de Epsom; Intello, ganador como invicto de la Polla de Potrillos y en cuya línea materna hay sangre que hoy esta en La Pasión; Treve, la reciente adquisició­n del jeque Joahn Al Thani, dispuesto a convertirs­e en el nuevo gran jugador; son algunos que irán por los 2,4 millones de euros del premio. Mucha plata, aunque ganar no tiene precio.

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