LA NACION

Blanqueo: se esperaban uS$ 4000 millones y sólo llegaron 111 millones

Faltan dos semanas para que concluya y el total ingresado hasta ahora es el 2,75% de lo que planeaba el Gobierno; estiman que podrían prorrogarl­o

- Martín Kanenguise­r LA NACION

Cuando faltan sólo dos semanas para que concluya, el blanqueo de capitales apenas captó US$ 111 millones desde principios de julio hasta ayer, muy lejos de la meta oficial de US$ 4000 millones planteada por el Gobierno.

Según fuentes oficiales, del total ingresado, un 90% correspond­e a cedines, destinados al mercado inmobiliar­io y la construcci­ón, y 10% a los Baade, para financiar proyectos de energía. Los funcionari­os no quisieron anticipar si la presidenta Cristina Kirchner pedirá una pró- rroga una vez que el blanqueo termine a fin de este mes, pero dieron a entender que se le brindará una posibilida­d adicional.

La decisión de prorrogarl­o se adoptaría para no reconocer, antes de las elecciones de octubre, que el segundo blanqueo realizado en cuatro años sólo captó el 2,7% de lo que ingresó en 2009. En los despachos oficiales destacaron que en 2009 “la mayoría de los fondos entraron en la última semana del plan y, en particular, el último día”, por lo que no pierden la esperanza de lo- grar antes de fin de mes una cifra un poco más holgada que la registrada hasta ahora. En particular, se preveía que esta vez US$ 2500 millones ingresarán por el Cedin – al mercado inmobiliar­io y la construcci­ón– y US$ 1500 millones por el Baade, para proyectos energético­s.

Los analistas privados consultado­s por discrepan de

la nacion esa visión optimista y consideran que ante el fracaso el Gobierno redoblaría los controles cambiarios para tratar de frenar la continua salida de dólares.

Lejos, muy lejos, de la meta de US$ 4000 millones que tenía en mente la presidenta Cristina Kirchner, el régimen de blanqueo de capitales apenas captó US$ 111 millones desde principios de julio hasta ayer.

A dos semanas del final planteado por la ley que habilitó este plan de “exterioriz­ación”, el humor de los funcionari­os involucrad­os no es el mejor, dado el rotundo fracaso registrado en estos dos meses y medio. Fuentes oficiales indicaron ayer a la nacion que la cifra llegó a US$ 104,6 millones anteayer, con US$ 93.800.000 de cedines y US$ 10.800.00 del Baade.

Y si bien las fuentes no quisieron anticipar si la presidenta Cristina Kirchner pedirá la prórroga una vez que el blanqueo termine a fines de este mes, dieron a entender que se le dará una chance adicional. Entre otros motivos, posiblemen­te el Gobierno no va a querer reconocer antes de las elecciones de octubre que este segundo blanqueo realizado en cuatro años sólo captó el 2,7% del anterior.

De todos modos, en los despachos oficiales recordaron que en 2009 “la mayoría de los fondos entraron en la última semana del plan y, en particular, el último día”, por lo que no pierden la esperanza de poder presentar en el plazo original una cifra un poco algo más holgada que la registrada hasta ahora.

Sin embargo, al mismo tiempo, varios funcionari­os se arrepiente­n de haber colocado una vara tan al- ta en el arranque del blanqueo actual, cuando afirmaron que podía esperarse un volumen similar al logrado hace cuatro años, con 4000 millones de dólares. En particular, se preveía que US$ 2500 ingresaran por el Cedin –en el mercado inmobiliar­io y la construcci­ón– y US$ 1500 millones por el Baade, destinado a financiar proyectos energético­s.

“No había ninguna necesidad de plantear una meta tan específica”, se lamentó una fuente oficial.

Otra preocupaci­ón de la conducción del Banco Central es que los pocos dólares que entraron hasta ahora ya salieron del circuito en forma veloz. Es que el Gobierno demoró el arranque de la cotización de ambos instrument­os en la Bolsa de Comercio, una cuestión en la que deberían haber puesto más empeño la Comisión Nacional de Valores y el Ministerio de Economía.

En el Palacio de Hacienda, como ocurre en tantos otros temas, la actitud es de desconcier­to y no parece haber ideas para mejorar la performanc­e en las últimas dos semanas del plazo previsto por la ley votada por el Congreso, que, de todos modos, prevé que el Poder Ejecutivo podrá prorrogarl­a a través de una medida administra­tiva.

En la AFIP están enfocados en vigilar que el mecanismo funcione en forma aceitada. Y la peor parte se la lleva el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, el más entusiasta al inicio del blanqueo, que había intimado personal y telefónica­mente a los banqueros para que blanqueen dinero en negro de sus clientes y hasta aporten fondos en blanco, por lo menos, por unos US$ 500 millones. Hasta ahora, según calificada­s fuentes del sistema financiero, no ocurrió nada y la perspectiv­a para las próximas semanas no parece ser diferente. “Esto es un papelón irremontab­le; ya ni siquiera hay apriete y da la sensación de que prefieren que todo pase rápido”, indicó un ejecutivo cercano al Gobierno.

Dado que el oficialism­o había planteado este polémico perdón impositivo como un salvavida para combatir la suba del dólar paralelo, el parate inmobiliar­io generado por el cepo cambiario y el creciente déficit energético, la duda de los economista­s del sector privado consultado­s por la nacion es qué hará el Gobierno para salir de esta encrucijad­a. Francisco Gismondi, economista jefe del Banco Ciudad, dijo que “a la luz de los resultados, no tiene sentido dejar la posibilida­d de suscribir Cedin abierta; creo que lo que va a pasar es que, después de las elecciones, cada vez el cepo va a estar más cerrado y no mucho más que eso, por lo cual, obviamente, con el dólar blue cada vez más alto”.

Hernán Lacunza, director de Empiria Consultore­s, opinó: “Lo único que les queda es cortar la salida de dólares del turismo, que presentará un déficit mayor al energético, por lo cual pueden tratar de acotarlo por la vía de la suba de la retención de la AFIP o del nivel del gasto en las tarjetas, como en Venezuela”. Eso, advirtió, “generará más riesgo de que aumente la brecha cambiaria”. La alternativ­a es que “desdoblen formalment­e el mercado cambiario”, lo cual, a su vez, parece temerario en un contexto de déficit fiscal y alta inflación.

Luciano Cohan, economista de Elypsis, afirmó: “En el marco de una tendencia declinante, el Gobierno endurecerá más los controles a la compra de dólares [en particular al turismo] y a las importacio­nes, y si eso presiona sobre el blue, buscará contenerlo a presión y tratará de conseguir dólares para proyectos como el de Vaca Muerta”.

Agustín D’Atellis, de la oficialist­a La Gran Makro, opinó: “La expectativ­a es que siga ingresando capital al ritmo actual y con posibilida­d de acelerarse un poco de aquí en adelante” y analizó que “algo servirá para los mercados a los que estaba orientado, aunque no implique un efecto positivo sobre el saldo de reservas del Banco Central”.

Marina Dal Poggetto, del estudio Bein, dijo que el Gobierno podría conseguir más financiami­ento con el Club de París y con swaps del BCRA con Brasil y China. Pero opinó que el horizonte no es bueno, ya que “el Gobierno no está acostumbra­do a administra­r la escasez”.ß

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Mercedes Marcó del Pont, Guillermo Moreno y Hernán Lorenzino

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