Los mejores de Europa, en el Arco
En el hipódromo de París sobran los postulantes para la gran carrera
PARÍS.– Estuvo lloviendo ayer aquí. No mucho durante el día y a cántaros al caer la noche. Tanto como para que en Galerías Lafayette vendieran más paraguas que de costumbre. En las tiendas del boulevard Haussmann, el lugar turístico más visitado después del Louvre, además tenían grandes demandas de capelinas. Típico para esta fecha. Se corre el Arco de Triunfo y todas, madames o mademoiselles, quieren lucir la suya en Longchamp.
Puede ser un Arco pasado por agua el de hoy, pero a los franceses, británicos, irlandeses y japoneses que colmarán tribunas y palcos les importa poco y nada. El Arco es soberbio en cualquier tiempo. Lo ha sido desde el comienzo de los tiem- pos hípicos, inclusive cuando no corría, valga la exageración.
También hay argentinos por aquí. Está Palermo, representado por Antonio Bullrich, quien tras pasar por Irlanda participó ayer de la reunión de Irpac, donde se obtuvieron importantes logros para el turf regional que será motivo de otra nota .
Llegó Ricardo Benedicto, tras ir de compras a Goffs, y el siempre atento Diego Zavaleta. Diego juega casi de local. El hombre que trabaja con André Fabre desde hace años avisa que su jefe tiene dos caballos buenos con lo que intentar por su octavo éxito. De paso orienta al cronista sobre Shareta, la yegua del Aga Khan; ilustra sobre Camelot, conducido ahora por Lanfranco Dettori, y subraya a Saonois, el ganador del Jockey Club al que disfruta un propietario modesto, si es que ser panadero de oficio significa ser un propietario chico. De todas maneras, Diego nunca jugaría un boleto en contra de los de Fabre.
Camelot es el potrillo estrella. No pudo ganar la Triple Corona. Dicen que J P O’Brien falló en la silla cuando lo montó en el St. Leger. Eso es lo que todos dicen con el resultado puesto. Para asegurarla, los de Coolmore buscaron a Dettori, justo cuando el italiano dejó de ser primera monta de Godolphin. Y se sabe: Coolmore y Godolphin son el BocaRiver del mundo hípico.
Los japoneses vinieron en masa a ver ganar a Orfevre, que sí fue triple coronado en su tierra. Llegaron para jugarle montañas de boletos de 2 euros mientras sueñan con verlo hacer lo de Victoire Pisa en Dubai.
Orfevre es un nieto de Sunday Silence, más claro que decir que es hijo de Stay Gold, aunque el semental ya se hizo conocido en la Argentina porque este año dejó preñada a Ollagua en Shadai Farm. Si gana, los hombres de ojos rasgados tendrán una sonrisa de oreja a oreja. Y esta vez hasta La Gioconda podría imitarlos.ß