Jacques Lacan, a puertas cerradas
estreno. La primera obra escrita y dirigida por el periodista Pablo Zunino
Una escena de la vida de Jacques Lacan inspiró al periodista y psicoanalista Pablo Zunino para escribir una entretenida comedia “apta para psicólogos, pacientes y civiles”. El doctor Lacan, que se estrena hoy, a las 19, se presentará todos los domingos de octubre en La Casona Iluminada, Corrientes 1979.
Con Mario Mahler y Silvia Armoza, la obra (primera experiencia de Zunino como dramaturgo, director y productor) tuvo un curioso camino desde su origen hasta el estreno. Mientras investigaba y reunía material sobre Lacan para un artículo publicado en adn, el periodista descubrió una anécdota que le pareció completamente teatral. “Lacan y su secretaria, la asturiana Gloria González, llegan como todas las semanas a la Escuela Normal Superior de París, donde el psicoanalista brindaba sus célebres seminarios y se encuentran con el salón vacío. Era el Mayo Francés del 68, los estatales estaban en huelga y los jóvenes tomaban las calles parisinas”, cuenta el autor. A partir de esa historia, que no se sabe si es real o si se trata de una leyenda, Zunino imaginó una obra que transcurre a puertas cerradas durante cincuenta minutos, la misma duración de una sesión psicoanalítica.
El periodista escribió la pieza en nueve semanas, durante el verano pasado, en un ejercicio de autogestión típico del teatro independiente. A través de Facebook, Zunino se contactó con Silvia Armoza, una actriz que integró el mítico grupo teatral Gambas al Ajillo y trabajó en programas de Antonio Gasalla y Jorge Guinzburg. Ella quedó encantada con el texto y le propuso interpretar a Gloria. Juntos convocaron a Mario Mahler, discípulo de Miguel Guerberoff. Cuando Zunino lo vio, quedó impactado. Mahler tiene un parecido impresionante con Lacan. “Es él”, pensó el director y lo invitó a sumarse al proyecto. A través del actor encontraron el espacio indicado: La Casona Iluminada, una antigua casa con imponentes escaleras de madera que se usaba para clases y ensayos. La sala del segundo piso, tiene capacidad para cincuenta espectadores.
Zunino y equipo trabajaron en la puesta durante dos meses. Los primeros ensayos fueron sólo para amigos. Después de algunos ajustes, se animó a invitar a psicoanalistas y pacientes. Así, la obra tuvo varias funciones “secretas”, exclusivas para aquellos que se enteraron por el boca en boca y por Facebook. Ese sistema le sirvió al director para testear el texto y comprobar que es apto para todo público.
“Los psicoanalistas se ríen al escuchar a Lacan hablar como lo haría cuando no estaba frente al público y los pacientes se divierten al ver al famoso psicoanalista entre bambalinas”, aclara Zunino. El autor hizo un relevamiento entre los espectadores iniciales para confirmar que todos entendían la trama, centrada en la peculiar relación entre Lacan y su secretaria, una española que dejó su país a los quince años para escapar de la Guerra Civil y fue desde su ama de compañía hasta su cable a tierra. Por momentos, Gloria parece ser su analista porque lo ayuda a pensar algunos hechos desde otro punto de vista.
Aunque en el escenario sólo están Gloria y Jacques, en sus entretenidos y picantes diálogos aparecen el analista de Lacan (Rudolph Loewestein, un polaco que había huido del nazismo) y otras figuras clave de la época como la estrafalaria princesa Bonaparte. A través de la proyección de imágenes reales, que fueron intervenidas por el artista plástico Pablo Bolaños, el público se convierte en testigo de los sueños y las pesadillas del gran psicoanalista francés, una de las figuras relevantes del siglo XX.ß