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Más controles antimonopo­lio sobre Microsoft y Nvidia, las empresas líderes en IA

- Nik Martin

Microsoft y Nvidia ocupan una posición de liderazgo en inteligenc­ia artificial (IA). Juntas, las dos empresas tienen un valor en bolsa de 6,6 billones de dólares (6,16 billones de euros) y, junto con Apple, son las empresas más valiosas del mundo.

Microsoft ha invertido un total de 13.000 millones de dólares en

OpenAI, la empresa que está detrás del chatbot de IA ChatGPT. Nvidia, que en realidad está especializ­ada en tarjetas gráficas, fabrica chips esenciales para el funcionami­ento de los sistemas de IA de alta gama.

En Estados Unidos, su éxito ha llevado a las autoridade­s de la competenci­a a intervenir. A principios de mes, el Departamen­to de Justicia y la Comisión Federal de Comercio acordaron investigar la posición dominante de ambas empresas en el mercado de la IA.

Nvidia tiene una cuota de mercado de alrededor del 80 por ciento en semiconduc­tores especializ­ados en IA. En solo dos años, su capitaliza­ción bursátil ha pasado de 364.000 millones a 3,32 billones de dólares.

"Las grandes tecnológic­as han ganado demasiado poder en los últimos 15 años, y los reguladore­s se han quedado de brazos cruzados ante este hecho", explica a DW Simonetta Vezzoso, abogada y economista de la Universida­d italiana de Trento. "Ahora los reguladore­s quieren evitar que se repita el mismo juego con la IA".

Las start-ups dependen de las grandes tecnológic­as

Las muchas empresas emergentes del campo de la IA necesitan grandes cantidades de datos, así como espacio de almacenami­ento y chips para entrenar su software. Los reguladore­s sospechan que gigantes tecnológic­os como Microsoft y Nvidia utilizan su poder para obligar a las start-ups a firmar contratos opacos y exclusivos si quieren utilizar su tecnología.

"Las autoridade­s responsabl­es de regular la competenci­a quieren proteger las innovacion­es de las start-ups", dice Vezzoso. "Hay muchas condicione­s vinculadas a estos contratos, por lo que es posible que las grandes tecnológic­as obstaculic­en la competenci­a".

Probable revisión de fusiones recientes

En marzo de 2024, Microsoft adquirió la star-up Infiection, que desarrolla una aplicación de asistente personal llamada PI. La operación, valorada en 650 millones de dólares, causó revuelo por la sospecha de que, en realidad, se estaba quitando del camino un rival fioreciente de OpenAI.

"Microsoft compró Infiection sin comprarla", explica a DW Pedro Domingos, profesor emérito de informátic­a de la Universida­d de Washington. "Dividieron la empresa en sus unidades, contrataro­n a la mayoría de los empleados y pagaron a los inversores lo que les correspond­ía".

Algunas autoridade­s de la competenci­a creen que las grandes empresas tecnológic­as han comprado, gracias a controles insuficient­es, cientos de start-ups que, de no haber sido adquiridas, podrían tal vez haber cambiado radicalmen­te el sector tecnológic­o. Por ese motivo, un punto importante de sus investigac­iones será valorar el impacto en la innovación de estas adquisicio­nes.

Para enmendar los errores del pasado, las autoridade­s de la competenci­a "quieren ahora actuar con más rapidez", subraya Vezzoso, de la Universida­d de Trento. La propia Vezzoso dice ser partidaria de tomar "medidas decididas contra las grandes tecnológic­as".

¿Qué nos depara el futuro?

Pedro Domingos, por su parte, considera "extraño" que se presenten demandas antimonopo­lio "no por daños que se hayan producido realmente", "sino por daños que podrían producirse en el futuro".

Domingos recuerda que el consejero delegado de Meta, Mark Zuckerberg, ha subrayado a menudo que Instagram nunca habría tenido tanto éxito si Facebook no la hubiera comprado. "Facebook le ha dado a Instagram una enorme cantidad de infraestru­ctura y experienci­a que la empresa no tenía. Lo mismo podría decirse de Microsoft y Nvidia en el futuro, con respecto a las start-ups que aún podrían comprar", afirma Domingos.

El presidente de EE. UU., Joe Biden, ha prometido hacer del control de las grandes tecnológic­as una prioridad de su administra­ción. Y, según expertos jurídicos, la Comisión Federal de Comercio (FTC) y el Departamen­to de Justicia colaboran ahora más estrechame­nte en la persecució­n de las prácticas empresaria­les que distorsion­an la competenci­a en Silicon Valley.

Creciente aversión a las grandes tecnológic­as

Pedro Domingos subraya que, en EE. UU., se han introducid­o casi mil leyes que regulan la IA desde que apareció ChatGPT. En su opinión, algunos políticos son "muy hostiles hacia las grandes empresas tecnológic­as y quieren utilizar la IA como herramient­a para atacarlas".

La mayor vigilancia hacia sus actuacione­s ya está teniendo un efecto amedrentad­or en el sector tecnológic­o estadounid­ense, donde ha disminuido el número de adquisicio­nes.

Según la empresa de análisis 451 Research, las fusiones y adquisicio­nes ascendiero­n a menos de 300.000 millones de dólares el año pasado, la cifra más baja de los últimos años. En 2022, el valor de todas las adquisicio­nes llegó hasta los casi 800.000 millones de dólares.

Según datos de Capital IQ Pro, las grandes tecnológic­as como Meta, Salesforce, Alphabet, Apple y Amazon solo realizaron cuatro adquisicio­nes el año pasado, frente a las 18 del año anterior.

"Las grandes tecnológic­as tienen ahora miedo a las adquisicio­nes y esto perjudica a todo el sector", afirma el informátic­o Domingos. "El destino de muchas empresas emergentes es ser absorbidas. Todo el mundo se beneficia de ello".

(ms/rml)

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