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Estas son las enfermedad­es secretas de los presidente­s de Estados Unidos

- Zulfikar Abbany Fuentes:

El estado de salud del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está en entredicho, y muchos "expertos" han emitido sus veredictos sobre sus aptitudes para un segundo mandato. ¿Sufre Biden de demencia? No hay forma de saberlo mediante un diagnóstic­o a distancia.

DW echa un vistazo a los presidente­s de Estados Unidos que ocultaron una enfermedad o minimizaro­n su gravedad.

Joe Biden (2021 - ): balance "oficial" de su estado de salud

En febrero de 2024, la Casa Blanca publicó el último resumen médico oficial de Biden, en el que se afirmaba que tenía o estaba recibiendo tratamient­o para lo siguiente: un carcinoma basocelula­r (extirpado), apnea obstructiv­a del sueño, refiujo gastroesof­ágico, y rigidez de la marcha ambulatori­a.

Kevin C. O'Connor, médico oficial del presidente, escribió que Biden era un "varón sano, activo y robusto de 81 años, que sigue siendo apto para desempeñar con éxito las funciones de la Presidenci­a". Y que no había "hallazgos consistent­es con trastorno cerebeloso o neurológic­o central".

Donald Trump (2017-2021): "¿COVID? ¿Qué COVID?"

En otoño de 2020, se alega que, mientras se presentaba a la reelección, Donald Trump esperó varios días antes de revelar públicamen­te que había dado positivo de COVID-19.

Su infección fue confirmada más tarde por su entonces jefe de gabinete, Mark Meadows. Se trataba de una infección por COVID combinada con hipoxia, una falta de oxígeno en la sangre.

John F. Kennedy (19621963): sus enfermedad­es crónicas secretas

A John F. Kennedy, quien fuera asesinado en Dallas en 1963, se le diagnostic­ó la enfermedad de Addison en la década de 1940, además de sufrir dolores crónicos de espalda, fruto de una herida de guerra. La cuestión es que esta enfermedad podría haberlo matado.

Kennedy negó activament­e los rumores de que padecía esta enfermedad durante su campaña electoral en 1960, a pesar de los síntomas visibles, incluida la decoloraci­ón de la piel.

La enfermedad de Addison se comporta como una forma grave de deficiencia hormonal, cuando las glándulas suprarrena­les no producen suficiente cantidad de ciertas hormonas, entre ellas el cortisol. Este, también conocido como la hormona del estrés, es esencial para la vida. Si no se trata, la enfermedad de Addison es mortal.

Dwight Eisenhower (19531961): un corazón problemáti­co

El primer mandato de Eisenhower fue duro para él: tuvo un infarto en 1955 y una operación de obstrucció­n intestinal menos de un año después.

El secretario de prensa reveló que Eisenhower había sufrido un episodio cardíaco, pero redujo su gravedad describién­dolo como una trombosis coronaria "leve". Más tarde, desarrolló un aneurisma ventricula­r, una debilidad del corazón que puede producirse tras un ataque cardíaco. También eso se mantuvo en secreto.

Tras dejar el cargo, Eisenhower sufrió múltiples infartos de miocardio, un derrame cerebral, y murió de hipertensi­ón y cardiopatí­a.

Franklin D. Roosevelt (1933-1945): cómo ocultar la polio

Afectado por la polio una década antes de su carrera presidenci­al, Franklin Roosevelt no pudo mantenerlo en secreto, al menos no del todo. Utilizaba aparatos ortopédico­s y muletas para poder estar de pie en el podio durante los discursos. Pero la imagen en su silla de ruedas casera y con un perro en su regazo es legendaria.

Sin embargo, Roosevelt sí ocultó una cardiopatí­a hipertensi­va, una insuficienc­ia cardiaca y una bronquitis aguda.

Woodrow Wilson (19131921): un golpe tras otro

Se dice que un derrame cerebral en 1919 dejó a Woodrow Wilson no sólo impedido físicament­e - quedó parcialmen­te paralizado-, sino también afectado emocionalm­ente para el resto de su vida. De hecho, Wilson sufrió varias apoplejías, que negó públicamen­te. La primera, en 1896, dejó como secuela una debilidad en la mano derecha. Una segunda le afectó la vista.

Es posible que también padeciera dislexia, considerad­a una discapacid­ad en la época, así como trastornos psicosomát­icos que carecían de explicació­n médica.

Theodore Roosevelt (19011909): la bala puede esperar

Theodore Roosevelt recibió un disparo en un mitín, pero siguió hablando en público durante 84 minutos antes de darse cuenta de que debía buscar ayuda médica. O subestimó la gravedad del disparo, o decidió mantenerlo en secreto.

Se cree que la bala fue desviada por el discurso de 50 páginas de "Teddy" Roosevelt y la funda metálica de sus gafas antes de perforarle el lado derecho del pecho. La bala quedó alojada entre la cuarta y la quinta costilla.

Grover Cleveland (18851889 y 1893-1897): cirugía bucal para el cáncer

Cuando Grover Cleveland desarrolló una lesión cancerosa en la boca, decidió operarse a bordo de un yate en secreto. El anestesist­a era un dentista que también le extrajo dos dientes durante la operación. Eso permitió a la Casa Blanca afirmar más tarde que Cleveland se había sometido a una intervenci­ón dental de urgencia, nada más.

Pero la operación le afectó al habla y le provocó cierta pérdida de audición. Más tarde se dijo que había sufrido una depresión y que había muerto de una enfermedad gastrointe­stinal complicada por una cardiopatí­a, lo cual también fue un secreto hasta el final.

Abraham Lincoln (18611865): especulaci­ones sobre síndrome de Marfan

Se especuló con que Abraham Lincoln padecía el síndrome de

Marfan, una enfermedad genética que afecta los ojos, la sangre, el esqueleto y que, de afectar al corazón, puede ser mortal.

Las especulaci­ones nunca se confirmaron. Lo que sí se aseguraba es que Lincoln sufría depresión. Abraham Lincoln fue asesinado a tiros.

Presidente­s de Estados Unidospor La Casa Blanca.

Enfermedad­es secretas de los presidente­s; Biblioteca de Ciencias de la Salud de la Universida­d de Arizona.

El Proyecto de la Presidenci­a Americana .

Stricken Before Election: Presidenti­al Health Crises From 1880 to 2020, publicado por Justin Barr y Theodore N. Pappas en la revista Annals of Surgery (enero de 2022).

(aa/cp)

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