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Científicos hallan bacterias que son capaces de sobrevivir dentro del cemento
Los investigadores descubrieron que estos microorganismos son tan resistentes que son capaces de vivir en el hormigón. Su estudio podría servir para reparar posibles daños en las construcciones con este material.
Un grupo de investigadores estadounidenses halló una especie de bacteria que tiene no solo la capacidad de habitar dentro del cemento, sino que también puede sobrevivir obstinadamente en este seco, duro, salado y casi inhóspito material, según un estudio publicado en la revista científica mSystems.
Las bacterias tienen la capacidad de sobrevivir en condiciones totalmente adversas - como la que habita en el hielo ártico-. Sin ir más lejos, otros estudios ya habían establecido que estos microorganismos tenían la capacidad de vivir al interior del cemento.
Sin embargo, el estudio dirigido por la microbióloga Julie Maresca de la Universidad de
Psychrobacter
Delaware busca determinar qué tipo de bacterias viven en el hormigón, cómo se van adaptando al clima y cómo sobreviven con el paso del tiempo.
"Realmente no se sabía nada sobre los microbios en el hormigón. Es el material de construcción más usado en el mundo, pero simplemente no sabemos nada sobre lo que vive allí", dijo Maresca.
Para realizar el experimento, los científicos tomaron 40 muestras cilíndricas de cemento. Luego de dos años de seguimiento, los análisis de ADN mostraron que las bacterias
y
bacteria, Firmicutes ProteoActinobac
teriafueron las más comunes.
Ante estos resultados, Maresca se preguntó: "¿Qué están comiendo? Es posible que se coman los cadáveres de otros microbios. Si no hay comida, algunos de ellos pueden formar esporas o un tipo de célula inactiva y no hacer nada hasta que llueva, entonces comen todo lo que pueden y vuelven a estar inactivos".
Los investigadores estadounidenses no creen que las bacterias puedan generar un daño al hormigón. De hecho, ellos esperan que las bacterias tengan la opción de contribuir con lo que ellos llaman "reparación biológica" del material.
Algunos microorganismos tienen la capacidad de producir carbonato de calcio, elemento utilizado para rellenar grietas u orificios en el concreto, por lo que existe la esperanza de que puedan ser utilizados para ayudar a arreglar edificios y otras construcciones.
"Hasta donde sabemos, los microbios no están dañando el cemento. Los microbios no se están comiendo los cimientos. Esperamos usarlos para obtener información y potencialmente para ayudar con la reparación", concluyó Maresca.
Editado por José Ignacio Urrejola
el lugareño Len Shaw en tierras del pueblo Wanamara, en una zona septentrional remota del estado de Queensland, en el este de Australia.
Los científicos calculan que este dinosaurio tenía un cráneo de alrededor de un metro y estaba armado de un juego de 40 molares que le permitieron alimentarse de peces de gran tamaño que habitaron el antiguo mar de Eromanga durante el Cretácico, período que comenzó hace 145 millones de años y terminó hace 66 millones de años.
Los Thapunngaka shawi, que se cree fueron los primeros animales con huesos en la espalda que volaron y estaban perfectamente adaptados al vuelo a propulsión, tenían piezas óseas relativamente huecas y con paredes delgadas, según apuntan los científicos.
Steve Salisbury, coautor del artículo, destacó el enorme tamaño de la cresta ósea de la mandíbula inferior, que presumiblemente era similar a la mandíbula superior de este pletosaurio, el más grande descrito en Australia hasta la fecha.
Según el científico "estas crestas probablemente desempeñaban un papel en la dinámica de vuelo de estas criaturas".
El nombre de este dinosaurio volador proviene de ngaka (ngaga) y thapun (ta-boon), que en lengua del pueblo aborigen de Wanamara significan "boca" y "lanza", respectivamente, mientras que shawy deriva del apellido de su descubridor.
JU ( efe, uq. edu. au, news.com, tandfonline.com) sci