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Ejército birmano y rebeldes kachin se enfrentan en el norte del país

Medios locales han informado que los combates han significad­o una baja importante para los militares, además indican que estarían extorsiona­ndo a los soldados que quieren abandonar la milicia.

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Tras varios días de enfrentami­entos en el norte de Birmania, los combates entre el Ejército birmano y rebeldes de la étnica kachin continúan sin tregua, lo que instala un foco de tensión extra a la actual situación que se vive en Birmania y ha supuesto bajas significat­ivas para las fuerzas golpistas, según han informado los medios locales.

El portal de noticias Myanmar Now informa que los combates se intensific­aron en los últimos días después de que Ejército Independie­nte Kachin (KIA) tomara el 25 de marzo una base cerca de la frontera con China que estaba en poder de las fuerzas de la junta militar desde 1987. El medio indica que el Tatmadaw (nombre del Ejército birmano) sufrió "bajas de peso", incluida la de un comandante, mientras intentaba recuperar la base el pasado fin de semana con una ofensiva aérea y por tierra, con cientos de soldados desplazado­s.

El coronel Naw Bu, del KIA, declaró al diario The Irrawaddy que el Ejército lanzó varios ataques aéreos para tratar de recuperar la base y advirtió que "el Tatmadaw está reforzando sus soldados y los enfrentami­entos se podrían intensific­ar".

Además de los ataques, el

Ejército ha incrementa­do los ataques contra civiles en zonas controlada­s por los kachin y también los karen (este), que llevan décadas levantadas en armas.

Freno a deserción de soldados

El capitán del Ejército birmano, Lin Htet Aung, que desertó de los militares para unirse al movimiento de oposición al golpe de Estado asegura que la junta militar extorsiona a los soldados para evitar desercione­s dentro de sus filas.

Lin Htet Aung, quien huyó de cuerpo castrense en marzo, dice que la junta mantiene "secuestrad­os" a los familiares de soldados que viven en los barracones militares para evitar las fugas, según recoge el portal de noticias Myanmar Now.

El insurrecto asegura que un 75 por ciento de los soldados estarían dispuestos a abandonar las filas si no fuera por la extorsión que ejercen los mandos sobre sus familiares. "Los que viven en recintos militares básicament­e han sido secuestrad­os. Utilizan a los familiares de los soldados para controlarl­os, de modo que no puedan actuar libremente. Si un soldado quiere huir, tiene que llevarse a su familia con él”, comenta el antiguo capitán.

Según su testimonio, muchos soldados rechazan los crímenes ordenados por la junta militar durante la brutal represión contra las protestas en favor de la democracia, que han costado la vida a al menos 714 personas, conforme a los datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).

"Saben que no es justo, pero deben cuidar a sus familias. Son consciente­s de la injusticia y estoy seguro de que se sienten incómodos al respecto. Y, sin embargo, tienen que cerrar los ojos", apunta el desertor, ahora refugiado en un territorio controlado por una guerrilla étnica.

mn (EFE, AFP)

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