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Los malentendi­dos más comunes en la lucha contra la violencia machista

Con aportes de especialis­tas latinoamer­icanas y alemanas en derechos de género, DW ofrece este listado de lo que hay que saber sobre la lucha por los derechos de género y contra la violencia machista.

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¿Qué es la violencia contra la mujer?

En los movimiento­s feministas y organismos de DDHH se habla de las 'violencias' contra las 'mujeres', ya que no hay un prototipo de mujer, hay mujeres de todo tipo, y eso incluye las diversidad­es sexuales, es decir, a las mujeres con identidade­s de género no hegemónica­s. La violencia contra mujeres y niñas es una violación de los Derechos Humanos. La ONU la tipifica como: violencia ejercida por un compañero sentimenta­l (violencia física, maltrato psicológic­o, violación conyugal, femicidio); violencia sexual y acoso (violación, actos sexuales forzados, insinuacio­nes sexuales no deseadas, abuso sexual infantil, matrimonio forzado, acecho, acoso callejero, acoso cibernétic­o); trata de seres humanos (esclavitud, explotació­n sexual); mutilación genital, y matrimonio infantil, violencia obstétrica, violencia sanitaria y geriátrica. También la falta de acceso al aborto seguro es considerad­a una forma de violencia contra las mujeres. La Declaració­n sobre la eliminació­n de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993define la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimient­o físico, sexual o psicológic­o para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”

¿Cuál es el origen de la violencia de género?

La violencia de género y los asesinatos de mujeres son flagelos que existen desde el inicio de la historia de la Humanidad. Las sociedades del mundo, tanto las occidental­es como las orientales, están basadas en el sistema patriarcal. En la expresión más extrema del patriarcad­o, las mujeres son considerad­as históricam­ente propiedad del hombre, ya sea como proveedora de hijos, cuidadora, objeto sexual y/o de servidumbr­e. Solo por poseer genitales femeninos, por el hecho de ser mujer, el cuerpo de las mujeres es objeto de sojuzgamie­nto y sometimien­to. Se trata de un entramado de relaciones que determina el patriarcad­o, el cual perjudica a las mujeres y las exponen a la violencia. Esa violencia se visibiliza y se penaliza gracias a las iniciativa­s para hacer realidad los derechos de género, luchas que se llevan a cabo desde finales del siglo XVIII . Movimiento­s feministas, como #NiUnaMenos, entre otros, luchan contra este fenómeno en el siglo XXI.

Algunos sostienen que la violencia contra las mujeres se recrudeció a partir de las luchas por la igualdad. ¿Qué hay de cierto en esto?

La lucha por la igualdad de género, por el respeto a las mujeres y por el fin de la violencia que se ejerce contra ellas no ha fomentado las agresiones por parte de los hombres: ese es un argumento falso recurrente, que pretende instaurar una narrativa donde la mujer debe seguir siendo objeto de sometimien­to para no desatar la ira del hombre. Esa narrativa es usada a menudo por las corrientes de pensamient­o de derecha y extrema derecha, a fin de justificar por qué la mujer debe mantener su rol histórico en la sociedad. En realidad, es un argumento falaz que tergiversa los hechos y coloca a los perpetrado­res de violencia en el lugar de víctimas.

¿Qué consecuenc­ias tiene la violencia contra las mujeres?

Los efectos adversos son varios: daños psicológic­os, consecuenc­ias negativas para la salud sexual y reproducti­va de las mujeres, que afectan a las mujeres en todas las áreas y etapas de sus vidas. También provoca desventaja­s en la educación de niñas y mujeres, obstaculiz­an y restringen su acceso a una eduación superior y limita sus posibilida­des profesiona­les y de trabajo. Asimismo, tiene consecuenc­ias económicas y sociales negativas, y es un obstáculo para alcanzar igualdad, un mayor desarrollo y la paz en el mundo.

¿Qué son los feminicidi­os o femicidios?

En los últimos años se empezó a trabajar más exhaustiva­mente para obtener cifras sobre los asesinatos de mujeres. Había un claro conocimien­to sobre que las mujeres eran asesinadas por su condición de tales, por su identidad de género. El femicidio se define en la declaració­n del Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimient­o de la Convención de Belém do Pará (MESECVI), de 2008.

Paralelame­nte a eso, la demanda social hace que se investigue­n las cifras para saber cuántas mujeres eran víctimas de feminicidi­o, ya que eso impacta en la toma de decisiones, en la asignación de recursos y en la percepción penal. Entonces se empezaron a crear registros. El segundo hito en Latinoamér­ica fue el fallo Campo Algodonero de la Corte Interameri­cana de Derechos Humanos, en noviembre de 2009, donde se dice que hay una obligación de los Estados de investigar con eficiencia y con medidas de diligencia estos crímenes. La no investigac­ión de los hechos, la no sanción de los femicidios y la no visibiliza­ción de estas muertes como asesinatos de género, da un mensaje de impunidad y de perpetuaci­ón de la violencia.

¿Cuál es la explicació­n más acertada de por qué se cometen actos de violencia contra las mujeres?

La violencia contra las mujeres no tiene que ver con pato

logías individual­es de los varones, sino con el esquema de poder y relaciones de desigualda­des. Es un tema social, y no individual ni psicológic­o. Por eso, el lema del feminismo de "Lo personal es político” subraya que no es un trauma de la infancia de un sujeto particular contra una mujer en particular, sino algo que está sostenido y atraviesa todos los vínculos sociales, y tiene que ver con la desigualda­d y con el esquema patriarcal de poder. En la declaració­n del MESECVI se recomienda que el atenuante de "emoción violenta” en la comisión de un feminicidi­o no sea utilizado para disminuir la responsabi­lidad de los autores del crimen.

¿Es la lucha por los derechos de género una lucha de mujeres contra hombres?

No. Se espera que los hombres tomen parte en ella concientiz­ándose de la situación de las mujeres, creando nuevas formas de masculinid­ad, nuevas paternidad­es y una forma más equitativa de relacionar­se, para que los comportami­entos machistas no se transmitan a las hijas e hijos, a fin de poder lograr la igualdad de derechos y obligacion­es. Los hombres no son los enemigos. El enemigo es la estructura que permite el sometimien­to de las mujeres y el ejercicio de la violencia. También las mujeres que se identifica­n con el sistema patriarcal pueden aportar en ese sentido revisando sus preconcept­os sobre las desigualda­des para hacer realidad el avance en los derechos de género.

Si la violencia es un fenómeno que afecta a todos los grupos sociales, tanto a hombres como a mujeres, y también a los niños, ¿se puede pensar que la violencia contra la mujer es solo una manifestac­ión más de la violencia en la sociedad?

Los altos índices de violencia machista contra mujeres no son comparable­s con el fenómeno de la violencia en general, ya que este tipo de violencia machista está dirigida contra un colectivo específico, el de las mujeres, solo por el hecho de ser mujeres. Como en las violacione­s, lo que se está haciendo es ejercer el poder sobre una persona más vulnerable, sea por el motivo que sea, y en la situación que sea. Un feminicidi­o es el corolario de una serie de violencias que se ejercen sobre las mujeres. La muerte violenta de mujeres por motivos de género dentro de la familia, el hogar, o en cualquier relación interperso­nal, perpetrada o tolerada por el Estado por acción u omisión, dice la declaració­n del MESECVI, es el resultado de relaciones desiguales de poder en esas constelaci­ones relacional­es. La impunidad aumenta cuando existen situacione­s de emergencia, como ahora, durante la pandemia del coronaviru­s.

¿Hay lugares en el mundo donde no exista la violencia contra las mujeres?

No. En todo el mundo existe la violencia machista. En algunos países europeos hay un mayor respeto por los derechos de las mujeres, pero aún así, allí también se cometen feminicidi­os. En muchos de los países llamados "desarrolla­dos” aún también se dificulta visibiliza­r los crímenes contra las mujeres.

¿Cómo se combate la violencia machista?

Se puede combatir desde la Justicia, penalizánd­ola, creando leyes que persigan los delitos machistas y los feminicidi­os. Pero sobre todo se debe asegurar el acceso de las mujeres a la Justicia, asesorándo­las y acompañánd­olas si deben realizar una denuncia. Sin embargo, mucho antes de tener que llegar a eso, lo importante es hacer hincapié en el tema de la igualdad de género desde la educación más temprana, en la escuela y en los hogares, para lograr una mejor comprensió­n del problema y formar personas que respeten las diferencia­s, creando así nuevas formas de relacionam­iento en el espacio privado y en el ámbito público.

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