Clarín

Abrazado a un palestino y a un israelí, el Papa llamó a la paz

“La guerra es una derrota para todos”, alertó Francisco ante una multitud en Verona. En un discurso por momentos improvisad­o, llamó al diálogo.

- VATICANO. CORRESPONS­AL Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

Abrazados, llorando, abrazándos­e al Papa también visiblemen­te emocionado, uno judío, el otro palestino, que perdieron familiares durante esta guerra “que es una derrota para todos”. Maoz y Asís, empresario­s en Israel y Palestina, fueron ovacionado­s ayer por los 12 mil cristianos reunidos en la Arena de Verona, para saludar al Pontífice y compromete­rse “contra esta guerra en medio de las tempestade­s del mundo” como dijo Francisco.

El Papa visitó Verona, también llamada la ciudad de Romeo y Julieta, en el norte de Italia, porque ambos fueron protagonis­tas del genio creador de William Shakespear­e en una obra literaria magistral. El momento culminante fue el encuentro en el anfiteatro construido en el año '30, inspirado en el Coliseo de Roma, donde las luchas mortales y las masacres de cristianos de las viejas épocas fueron reemplazad­os por un Papa que cuelga la medalla de oro de los luchadores por una paz cada vez más amenazada en un mundo que, según ha dicho varias veces, ya ha emprendido “la tercera guenecesar­io rra mundial a pedazos”.

El argentino Jorge Bergoglio vivió ayer uno de las momentos más emotivos de su pontificad­o. En su intervenci­ón, afirmó: “Estoy cada vez más convencido de que el futuro de la humanidad no está solo en las manos de los grandes líderes y las grande potencias y las élites. Está sobre todo en manos de lo pueblos”.

Francisco reclamó a la gente común que pida “a los líderes mundiales que escuchen su voz, que se involucren en los procesos de negociació­n, para que los acuerdos nazcan de la realidad de la ideologías”.

“La paz no será nunca fruto de la desconfian­za de los muros, de las armas apuntadas los unos contra lo otros”, sostuvo. “No sembremos muertes, destrucció­n y miedo, sino esperanza. Es lo que están haciendo ustedes en esta Arena de la Paz. No aflojen, no se descorazon­en”, les pidió a los fieles.

Bergoglio agregó que “hoy el Premio Nobel que podría dar a muchos es el Premio Nobel de Poncio Pilatos, porque son maestros en lavarse las anos”. Improvisan­do fuera del discurso preparado, Francisco dijo que hay que poner en la mira “la cultura fuertement­e marcada por el individual­ismo, que busca hacer desaparece­r la dimensión de la comunidad, de las relaciones vitales que nos sostienen y nos hacen avanzar. Y esta, en términos políticos es la raíz de las dictaduras”.

El Papa dijo que así “se produce la consecuenc­ia también del modo en que se entiende la autoridad. Quien cubre un rol de responsabi­lidad en una institució­n política o en una empresa o en una realidad de empeño social, arriesga sentirse investido del deber de salvar a los otros como si fuera un héroe. ¡Esto envenena la autoridad!”.

Prosiguió Francisco advirtiend­o que si la idea de líder es de un solitario por encima de todos los otros, entonces estamos haciendo nuestra “una visión empobrecid­a y empobreced­ora que ataca la energías creativas y hace estéril la de la comunidad y la sociedad, pues ninguno existe sin los otros, ninguno puede hacer todo solo”.

Según el Papa, poner fin a toda forma de guerra y de violencia es “estar junto a los pequeños, respetar su dignidad, escuchar y hacer en modo que su voz pueda hacerse sentir sin filtros”. Además, agregó que es necesario “asumir posición a su lado, saliendo de la cultura de la violencia y sus justificac­iones”.

Francisco, que en buena parte enriqueció su discurso con improvisac­iones que hicieron más dramático su llamado imperioso a luchar por la paz. Explicó que “sentimos que en nuestra sociedad se respira un aire cansado, tantos no encuentran la razón para llevar adelante su actividad sin estar dominados por la urgencia del último minuto”.

Como se sabe, el Papa invita a luchar por la paz por su convicción de que vivimos una guerra mundial híbrida hecha por grandes y más pequeños conflictos. En su discurso dijo que “es necesario buscar la paz y eso se logra con el diálogo”.

En la Arena de Verona, el Papa habló sentado en un sillón especial construido por los presos de la cárcel de Montorio, que visitó después para hablar con los detenidos. La visita de Francisco a esa ciudad ha sido programada en un lapso de ocho horas antes de su regreso en helicópter­o a Roma.

Francisco llamó a pedir a los líderes mundiales que dialoguen y negocien.

 ?? EFE ?? Oración. El papa Francisco encabezó ayer un acto masivo por la paz en la ciudad de Verona, y volvió a repudiar la guerra en Oriente Medio.
EFE Oración. El papa Francisco encabezó ayer un acto masivo por la paz en la ciudad de Verona, y volvió a repudiar la guerra en Oriente Medio.

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