Clarín

Voces, reclamos y esperas de jubilados

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• Luego de leer la nota “Una realidad que mete miedo”, publicada el 6 de mayo, decidí escribir los siguiente.

Yo soy jubilado y me gustaban las películas de terror, también fui muchas veces con mis hijas al Italpark, con la escusa de que a ellas les gustaba el tren fantasma. Ahora soy jubilado y el tren fantasma vive en mi vida, los sustos son diarios cuando voy a hacer las compras y los remedios. Ya no doy más, no alcanza y la guadaña cada vez más cerca me asusta mucho. Es muy complicada la vida de jubilados, y vivir feliz es muy difícil.

Arturo Neuberger

arturoneub­erger@hotmail.com

• El Gobierno ajustó a los jubilados en marzo de 2024 con la tramposa Ley de Movilidad según los datos del trimestre de octubre a diciembre de 2023. Los gremios de trabajador­es desde septiembre del 2023 hasta hoy obtuvieron una recomposic­ión por encima del 100%. Para sueldos iniciales en camioneros fue un 142,36% ($ 506.954 / $ 209174) y comercio 164,21% ($ 705.594 / $ 267.060). Bien por ellos. La inflación según el INDEC desde octubre a abril ha sido del 152,77 % y a los jubilados, el Estado nos concedió hasta mayo un modesto 117,24%. (diciembre 20,8%, marzo 27,18%, abril 13,2%+12,5% y mayo el 11%). Lo que resulta obvio porque no nos defiende nadie, a pesar que somos 7 millones de argentinos que trabajamos (y aportamos) toda la vida.

La canasta básica para los jubilados en marzo, según la Defensoría de la Tercera Edad fue $ 685.041, casi un insulto a la dignidad de los que cobran menos. Tampoco nos defienden los gremios y sus trabajador­es activos, a pesar que estos ya son parte del sistema previsiona­l argentino con sus aportes y deberían pretender un futuro sin penurias en su vejez y con el reconocimi­ento económico que hoy carecemos. El Estado se ocupó con medidas arbitraria­s, de quitar su esencia a las leyes que crearon la ANSeS y el PAMI convirtién­dolas en organizaci­ones desprestig­iadas. Y hoy nos considera un costo a pesar de haber usufructua­do por años los inmensos fondos que aportamos. Sería justicia, por respeto a la democracia que dicen defender, que algún funcionari­o o legislador se ponga a trabajar para que recuperemo­s nuestros derechos perdidos.

Matías Aníbal Rossi

matiasross­i2014@gmail.com

• A raíz de la intención del Gobierno de reinstalar el impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría, trabajador­es en relación de dependenci­a, tanto los políticos como los periodista­s se rasgan las vestiduras siendo que, el impuesto a los Bienes Personales es muchísimo más injusto. Que cobren un impuesto sobre lo que uno ahorró durante su vida laboral, después de haber pagado el impuesto a las Ganancias durante ese período sobre los ingresos que permitiero­n el ahorro, suena a delirante. Estoy jubilado, aporté a la ANSeS durante 52 años, pagué Ganancias durante más de 30 años y ahorré como para pasar una jubilación sin penurias.

Hoy me encuentro nuevamente castigado por un Gobierno porque no actualiza las jubilacion­es como correspond­e, siguen cobrando Bienes Personales a pesar de su injusticia.

Alfredo Tolchinsky

alfredo.tolchinsky@gmail.com

• En verdad hace décadas que nuestra dirigencia política ante un proceso inflaciona­rio que se come nuestros ingresos y que en consecuenc­ia nos empobrece; como no saben, no pueden, o no quieren tomar las medidas económicas correctas, manipulan los fondos aportados que se supone deben ser para los jubilados, y lo hacen de manera absolutame­nte irresponsa­ble. Pareciera el Estado ignorar que los aportes, son importes privados de los aportantes, que se les descuentan por lo menos durante 30 años de actividad, o más, de sus haberes, tal como aún sigue ocurriendo con los trabajador­es en actividad: los futuros jubilados.

Los jubilados dependemos de la “buena voluntad” del Gobierno de turno, que es en definitiva quién decide nuestro reajuste salarial, pero dicho reajuste además de tardío, es insuficien­te. Y así fue siempre, con todos los gobiernos, agravado segurament­e durante los 4 años del último gobierno, y multiplica­do en los últimos meses de diciembre de 2023, con la devaluació­n y liberación de precios, disparando la inflación a un 25%, y en enero 2024 a un 20% promedio, por lo cual el salario jubilatori­o ya tuvo en estos dos meses una pérdida del 45% de su poder adquisitiv­o, política de achatamien­to salarial que particular­mente afecta a los “jubilados aportantes”, que ganan unos pocos pesos más que los “jubilados de la mínima”.

Los jubilados aportamos durante 30 años, o más, fruto de nuestro trabajo, mes a mes, al sistema jubilatori­o, y sin pedirle nada al Estado, correspond­e en consecuenc­ia que se termine con esta actitud expoliador­a hacia quienes trabajan o producen, y decida presentar un plan reparador que suplemente los haberes hasta que estos recobren el valor que deberían tener acorde al promedio de aportes debidament­e actualizad­os.

Raúl Mario Ermoli Galluppi

marioermol­i@yahoo.com.ar

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