Clarín

A la caza de secretos, EE.UU. y China amplían su red de espionaje

- Julian E. Barnes

Mientras el globo espía de China navegaba por el territorio continenta­l de Estados Unidos en febrero, las agencias de inteligenc­ia estadounid­enses se enteraron de que el presidente chino Xi Jinping se había enfurecido con los generales militares chinos de alto rango.

Las agencias de espionaje habían estado tratando de entender qué sabía Xi y qué acciones tomaría cuando el globo, originalme­nte apuntado a las bases militares en Guam y Hawaii, se desviara de su rumbo. Xi no se oponía a operacione­s de espionaje arriesgada­s contra EE.UU., pero las agencias de inteligenc­ia estadounid­enses concluyero­n que el Ejército Popular de Liberación había mantenido a Xi en la ignorancia hasta que el globo estuvo sobre EE.UU.

Los funcionari­os no quisieron discutir cómo las agencias de espionaje obtuvieron esta informació­n. Pero en los detalles reportados aquí por primera vez descubrier­on, que cuando Xi se enteró de la trayectori­a del globo y se dio cuenta de que estaba descarrila­ndo las conversaci­ones planeadas con el Secretario de Estado Antony Blinken, reprendió a los generales de alto rango por no decirle que el globo se había desviado, dijeron funcionari­os de Washington.

El episodio puso de relieve la creciente y altamente secreta competenci­a de espía contra espía entre ambos países. La crisis de los globos, una pequeña parte de un esfuerzo de espionaje chino mucho mayor, refleja una nueva y descarada agresivida­d de Beijing en la recopilaci­ón de inteligenc­ia sobre EE.UU, así como las crecientes capacidade­s de Washington para recopilar su propia informació­n sobre China.

Para Washington, los esfuerzos de espionaje son una parte crítica de la estrategia del presidente Joe Biden para limitar el ascenso militar y tecnológic­o de China, en línea con su pensamient­o de que el país plantea el mayor desafío a largo plazo al poder estadounid­ense. Para Beijing, la nueva tolerancia hacia acciones audaces entre las agencias de espionaje chinas está impulsada por Xi, quien ha llevado a su ejército a participar en movimiento­s agresivos a lo largo de las fronteras del país y ha presionado a su agencia de inteligenc­ia extranjera para que se vuelva más activa en lugares más remotos.

Los esfuerzos de ambas partes están dirigidos a responder las dos preguntas más difíciles: ¿Cuáles son las intencione­s de los líderes de la nación rival? ¿Y qué capacidade­s militares y tecnológic­as tienen? Los funcionari­os estadounid­enses, la mayoría de los cuales hablaron bajo condición de anonimato para discutir el espionaje, han enfatizado la magnitud del desafío. La CIA se centra en Xi y, en particular, en sus intencione­s con respecto a Taiwán.

Los grupos de trabajo de contrainte­ligencia del FBI en todo el país han intensific­ado su búsqueda de esfuerzos chinos para reclutar espías dentro de Estados Unidos. Identifica­ron una docena de incursione­s de ciudadanos chinos en bases militares en los últimos 12 meses. Ambos países están compitiend­o para desarrolla­r su tecnología de inteligenc­ia artificial, que creen que es fundamenta­l para mantener una ventaja militar y económica y brindará a sus agencias de espionaje nuevas capacidade­s.

El conflicto de espionaje con China es incluso más amplio que el que se desarrolló entre estadounid­enses y soviéticos durante la Guerra Fría, dijo el director del FBI, Christophe­r Wray. La gran población y economía de China le permiten construir servicios de inteligenc­ia que son mayores que los de Estados Unidos. “El hecho es que, en comparació­n con la República Popular China, estamos muy superados en número sobre el terreno, pero nos correspond­e a nosotros defender al pueblo estadounid­ense aquí en casa”, dijo Wray en una entrevista. “Veo esto como el desafío de nuestra generación”.

China lo ve de otra manera. Wang Wenbin, portavoz de la cancillerí­a, dijo que “es EE.UU. el país de vigilancia número uno y tiene la red de espionaje más grande del mundo”. El espionaje puede detener una caída hacia la guerra o allanar el camino de negociacio­nes delicadas, pero también puede acelerar hacia un conflicto armado o causar divisiones diplomátic­as. El reconocimi­ento satelital muy mejorado de China y sus ataques cibernétic­os son su medio más importante para recopilar inteligenc­ia. EE.UU. advierte a sus aliados que las capacidade­s de vigilancia electrónic­a de China podrían ampliarse si el mundo usa tecnología de empresas de comunicaci­ones chinas.

El jefe del FBI dijo que el conflicto de espionaje es mucho más amplio que el existente con la URSS.

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