Swiatek es todo lo que está bien
“Amaría jugar dobles mixto con Rafa. Pienso que sería realmente una gran experiencia. Pero ¿cuándo fue la última vez que jugó dobles mixto?”. Quien formuló ese deseo de armar una pareja con Nadal y les hizo la pregunta a los aproximadamente 100 periodistas que fueron a escucharla en la sala principal de prensa de Roland Garros no es una tenista más. Esas palabras partieron de la boca de la polaca Iga Swiatek, la N° 1 del mundo y la justa heredera del trono que dejó vacante la australiana Ashleigh Barty cuando en marzo anunció su retiro a los 25 años.
Y eso es Swiatek, en realidad. Es decir, una chica de apenas 20 años (el lunes cumplirá los 21) que si un día de la semana al mediodía se parara frente al Obelisco con jeans y remera nadie podría reconocerla. Porque ella es eso: una cultora al extremo del perfil bajo. Ahora bien, cuando se pone la gorrita y empuña la raqueta, agarrate...
Swiatek pasó ayer a la tercera ronda de Roland Garros. Lo hizo cediendo apenas dos games (otros dos había perdido en su debut) frente a Alison Riske, 43° del ranking mundial, ganadora de tres títulos y quien hace tres años llegó a los cuartos de final en Wimbledon. Es decir, no aplastó a una jugadora sin jerarquía. Pero Swiatek está ratificando en el polvo de ladrillo de Bois de Boulogne que su tenis está en un nivel muy superior al del resto de todas sus colegas. Contra Riske logró su 30° triunfo consecutivo, desde su llegada al número 1 suma 13 victorias seguidas (la racha más larga desde la que consiguió Serena Williams en 2015) y, con menos de la primera mitad de la temporada consumida, el 6-0 del primer set contra la estadounidense es el 15° que logra en el año y está a diez de la mejor marca en el rubro que ostenta la propia Williams en 2013.
En un momento de muy buenas jugadoras en el circuito, Swiatek se destaca muy nítidamente por encima de todas ellas. Le sobra tenis, por supuesto, pero además cuenta con algo que ni siquiera la famosa tarjeta de crédito puede comprar: tiene un enorme carisma. Y cara de piba común y corriente...