Los pasajeros de los trenes, sorprendidos por controles más duros que los de marzo
En la línea Sarmiento, sólo dejaron pasar a los que tenían el permiso y la reserva. En colectivos no hubo tanta revisión.
En el primer día de regreso a una cuarentena dura por el nuevo coronavirus, el Conurbano cambió su foto de perfil. Fue así, al menos, en el transporte público y, en particular, en el tren Sarmiento. En una recorrida, Clarín comprobó que las segundas vías bonaerenses más concurridas (detrás de las del ferrocarril Roca), estuvieron ayer más vigiladas que en el arranque de la primera etapa del aislamiento social.
Nunca antes, desde el comienzo de las restricciones para moverse, se controló así a quienes viajan en tren.
La estación de Morón es un punto caliente de la línea. En relevamientos anteriores, allí no se habían visto controles y los molinetes estaban liberados. Ahora, todo cambió. Cinco gendarmes estaban parados ayer frente a los molinetes. Pedían los permisos, el DNI y la constancia de reserva de lugar en el tren.
Se respetaba además el distanciamiento social, y las únicas demoras se producían si los efectivos debían asesorar a quienes no habían renovado su permiso y por eso no podían reservar un lugar.
“Sólo el personal esencial puede usar el transporte público y reservar su asiento. La app es sencilla. Pero muchos se quedan frenados en el medio y no pueden seguir. Se acercan igual acá y en tres minutos los tenés viajando. Es el primer día y acá estamos para que se vayan acostumbrando”, dijo a este diario un inspector de Transporte que venía de Merlo y también había estado en Ramos Mejía chequeando que sólo viajaran quienes debían hacerlo.
“Te pido mil disculpas pero no hay manera de que pueda viajar. No me dejan”, se excusaba un hombre por celular. “Tengo que acompañar a mi hija a un estudio”, le había dicho antes a uno de los gendarmes.
Hubiera alcanzado con que tramitara el permiso especial que dura 24 horas y se puede solicitar dos veces por semana. No lo había hecho y no pudo hacerlo en el momento por no tener encima su DNI. Además, la autorización llega de dos a cuatro horas después. Según información del Ministerio de Transporte de Nación, hasta anteayer a la noche se habían renovado 1.400.000 permisos.
En la estación de Ramos Mejía del Sarmiento estaban cerrados algunos accesos a los andenes y personal de Gendarmería también controlaba permisos y reservas, tanto a quienes se acercaban a los molinetes de los accesos elevados como a quienes descendían de las formaciones.
"A los vagones nosotros no podemos subir. Nuestra jurisdicción termina en los andenes. Pero vemos que en los trenes sólo viajan sentados, como hace días. La diferencia es que muchas menos personas pasan por acá (por los molinetes). Seguramente nos ven y no pasan", le contó a Clarín uno de los gendarmes.
Controles de la misma intensidad no se vieron en los colectivos del Conurbano. Ni en la estación de Morón ni en la de Ramos Mejía, ambas flanqueadas por muchas paradas de colectivos, no había verificación de permisos en las filas —algo que sí se vio en Constitución y en Once cuando se decretó que sólo los trabajadores esenciales podían tomar colectivos— ni se veía a agentes de transporte subiendo a las unidades para escanear certificados.
En Liniers, sí pudo observarse en la mañana de ayer a personal de la Policía Federal subiendo a colectivos. Fue a la altura de la avenida General Paz, en el límite entre la Capital y el GBA.
En total, en la etapa que acaba de comenzar y regirá hasta el 17 de julio, habrá 30 actividades esenciales por las que las personas podrán circular con su correspondiente permiso.
En ese marco, el secretario de Transporte de la Ciudad, Juan José Méndez, apeló a "la responsabilidad individual" y reiteró el pedido de "quedarse en casa lo más que se pueda". Además, explicó que quien tenga permiso de circulación por una razón de fuerza mayor “va a poder utilizar el transporte público". En esa línea advirtió que, "si se detecta que una persona utilizó a diario la SUBE sin tener el permiso, se le va a suspender la tarjeta".
Con la cuarentena estricta, el Gobierno nacional apunta a reducir la circulación en el AMBA en 200 mil a 300 mil personas diarias. ■
Aparecieron gendarmes en estaciones que hasta hace poco solían tener los molinetes liberados.