Homenaje de un hincha de Racing a un ídolo de todo el fútbol
Hacen once días se fue alguien llamado Amadeo. No necesitamos saber el apellido. Se fue a jugar de titular al equipo del cielo. No soy hincha de River, soy de Racing. Mis primeros conocimientos sobre él son de la década del cincuenta, cuando dijo de la Academia: “Son un equipo de potrero” y desató la bronca de todos los racinguistas. Pasaron los años y Amadeo comenzó a ser leyenda. También para los hinchas de la Academia. Mi admiración por él fue creciendo pese a que frustró varios posibles triunfos nuestros. Un día, mientras veíamos un Huracán-River, un amigo me dijo: “Da la sensación de que a este tipo no se le puede hacer un gol”. Cuatro son los recuerdos más salientes que tengo de las actuaciones de Amadeo. Tres de ellas las vi y la otra fue por medio de la radio. En aquel Huracán-River del comentario Orlando Peloso, un defensor de Huracán especialista en tiros libres, pateó al ángulo derecho de Amadeo. El arquero pareció vencido. Pero no, no hubo estirada, sólo cuatro pasos, llegar al palo derecho y apretar la pelota contra él. Silencio y luego la ovación. En un River-Racing de 1966 el partido iba 0 a 0. El Chango Cárdenas queda solo frente Amadeo y patea. El arquero, saca con una mano la pelota sobre el travesaño. Racing, que salió campeón ese año, perdió en el torneo sólo ese partido por 2 a 0. En un Racing-River el delantero de la Academia Pedro Mansilla se iba solo hacia el arco. Amadeo salió caminando desde su área y señaló al línea y al referí como indicándole a Mansilla que estaba adelantado. Mansilla, con bronca, pateó la pelota afuera. No estaba adelantado y ni el línea ni el referí habían marcado nada. En el Argentina-Brasil de la Copa de las Naciones de 1964 la radio nos informó de un penal para el local. Gerson patea y Amadeo ataja. Argentina ganó 3 a 0. Amadeo fue una leyenda. A los sub 45 les digo: su apellido es Carrizo. Abel Nicolás Clemente a.n.clemente@hotmail.com