Clarín

Cómo ser el hijo de Borg y poder manejar una fama no buscada

Tiene 16 años y debutó con una derrota en su primer partido en un challenger, en Bérgamo. Es el segundo de los herederos del ganador de 11 Grand Slams de tenis.

- Sabrina Faija sfaija@clarin.com

-Mamá, sentate. Te tengo que decir algo. Quiero ser tenista.

Leo Borg tenía 10 años cuando decidió su futuro. Hasta ese día Patricia Östfeldt, la tercera esposa de Björn Borg, tenía esperanzas de que su único hijo con el ex tenista tomara otro rumbo. No fue así. Por el contrario, con 16 su largo pelo rubio y su revés a dos manos lo asemejan más a su padre, el ganador de 11 Grand Slams. Borg acaba de debutar en el circuito challenger de tenis.

“Me puse a llorar. Intentamos que hiciera otro deporte para que no lo compararan con su padre. Tenía miedo”, confesó Östfeldt hace un tiempo en una entrevista con el diario estadounid­ense The New York Times. Incluso se había ilusionado con la posibilida­d de que la actuación pudiera ser un hobby más fuerte que el tenis cuando su hijo probó su veta actoral en la película “Borg vs. McEnroe”. Sí, allí, interpretó al joven Borg y el papel se lo ganó sin saber que se trataba de un film sobre su padre.

“En el anuncio de Facebook no dijimos sobre qué película era. Y recibimos una carta del hijo de Björn Borg, que su madre le había ayudado a hacer, diciendo que le gustaría mucho hacer una audición y que su nombre era Leo Borg”, le contó Janus Metz, director de la película, al diario estadounid­ense USA Today.

Pero Borg tenía sus metas claras. Y lejos de entusiasma­rse por su actuación, no quiso ni verse. Tanto es así que su madre se ríe cuando recuerda un viaje que hizo con él a Chipre para participar de un torneo. En el vuelo charter de ida les dijeron que pasarían la película “Borg vs. McEnroe” durante el vuelo de regreso. Por pedido de su hijo viajaron un día más tarde de lo previsto.

Pese a ese coqueteo con la actuación, el hijo menor de Borg -que también es padre de Robin, de 35 años, fruto de su relación con la modelo Jannike Björling- siguió entrenándo­se dos veces por día en el prestigios­o Royal Lawn Tennis Club de Estocolmo.

La presión por ser el hijo de uno de los mejores tenistas de la historia tampoco lo frenó. “No me molesta tanto. Siempre supe quién es mi padre”, dijo quien debutó profesiona­lmente en el challenger de Bérgamo.

Allí recibió una invitación de los organizado­res a raíz de su 98° puesto en el ranking mundial juniors y de su título en un toreno en Tel Aviv de fines de 2019, además de las recientes semifinale­s en San José, en enero.

Pero esa presentaci­ón no fue la soñada: Tseng Chun-Hsin, de 18 años, de China Taipei y 301° del mundo, le ganó por un contundent­e 6-3 y 6-1.

Si bien fue su primera experienci­a profesiona­l, Borg había irrumpido en los medios en julio cuando jugó en el All England Lawn Tennis y Croquet Club por primera vez. Lo hizo 46 años después del debut de su padre en Wimbledon, cuando apenas tenía 17 años.

“Este año es el primero en el que juego sobre césped y me ha gustado. Es diferente; sé que me llevará tiempo acostumbra­rme, pero creo que puedo jugar bien en todas las superficie­s”, dijo en su primera aparición en un Grand Slam junior.

Entrenado en la academia de Patrick Mouratoglo­u en Niza, el joven que el 15 de mayo cumplirá 17 años cuenta: “Tengo el revés a dos manos como mi padre, pero quiero buscar mi propio estilo. No he visto muchos partidos de él. Ahora busco disfrutar de los torneos e ir aprendiend­o”.

Intenta manejar una fama que no buscó cuando a los 6 años empezó a pelotear en el sótano de la casa de su abuela paterna, en la misma casa en la que su padre practicaba contra la puerta del garage. La tarea, claro, es difícil. En 2017, en Les Petits As, un prestigios­o torneo junior en Tarbes, Borg tuvo que dar una conferenci­a de prensa que no estaba programada y fue seguido por un grupo de fotógrafos que se habían dado cuenta quién era.

Según contó su madre, que siempre lo acompaña en los torneos pese a que ya tiene representa­nte (Nina Wennerstro­m), en un momento tuvieron que salir corriendo para escapar de una multitud que los seguía. En el segundo partido se dejó perder: estaba conmociona­do y quería volver a su casa.

“No estaba preparado para eso. Me sentí muy mal porque él se sintió terrible”, reveló Björn Borg sobre un episodio que él no presenció, pero que golpeó a la estructura familiar.

“A cada paso que da le recuerdan de quién es hijo y ciertament­e eso es una carga. Pero Patricia y yo, como sus padres, buscamos asegurar que su vida transcurra lo más tranquilam­ente posible. Esa es nuestra tarea. Entonces la única persona que puede presionarl­o es él mismo”, remarcó el ganador de seis Roland Garros y cinco Wimbledon que a los 27 años decidió retirarse.

Es Borg, justamente, el que intenta guiarlo en un camino que puede tener más allanado que sus rivales - desde 2019 tiene como patrocinad­ores a Fila y Babolat-, pero que le representa­rá también varios dolores de cabeza y comparacio­nes odiosas. ■

 ?? CHALLENGER DE BERGAMO ?? Hijo ‘e tigre. Leo Borg pega su revés a dos manos, al igual que su padre legendario.
CHALLENGER DE BERGAMO Hijo ‘e tigre. Leo Borg pega su revés a dos manos, al igual que su padre legendario.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina