Clarín

Amores de oficina: las empresas son más abiertas a las relaciones entre los empleados

El CEO de McDonald’s fue despedido por salir con una mujer de la firma y se reabrió el debate. Expertos indican que es “inútil” prohibir estos vínculos. La ley argentina no lo hace.

- Emilia Vexler evexler@clarin.com

No te enamorarás (demasiado) de quien tienes adelante o al costado de tu computador­a.

En un mundo de after office de lunes a jueves, chats internos como Slack para facilitar el trabajo y stories de Instagram que son un bombardeo de fueguitos dentro de los mismos equipos , ¿cuál es el Nuevo Testamento de los vínculos in the office? ¿Se puede tener una relación en el trabajo libre de drama?

McDonald’s perdió el martes 4.000 millones de dólares en valor de marca tras el despido de su CEO por haber tenido una relación consentida - no de noviazgo- con una empleada de esa cadena de comidas rápidas.

“Esto fue un error”, dijo Steve Easterbroo­k (58) en el último mail que envió a su staff . No se refería a la decisión que tomó la junta directiva. Hablaba de haber tenido la relación. “Dados los valores de la compañía, estoy de acuerdo con que es hora de irme”, siguió.

Según los expertos que analizaron desde Wall Street el “escándalo sexual” de McDonald’s, la caída del 3,1% de las acciones se debe a que las políticas de amor de oficina son percibidas ahora como un derecho adquirido por los empleados. Y las que aún lo tienen como prohibició­n en sus mandamient­os, no serían bien vistas. Eso, igual, sucede en Argentina.

Recursos Humanos -o People, o Comunidad, como llaman ahora a ese área- ya asimiló que sus empleados tienen sexo (o amor) entre sí. O que no pueden hacer nada para evitarlo. Algunas, si se da, hasta hacen que la situación sea más cómoda.

Casi tres de cada diez hombres prefieren encarar en un boliche antes que en la oficina, mientras que en las mujeres se da una situación inversa: casi cuatro de cada diez eligen el trabajo para acercarse a alguien que no conocen y les atrae físicament­e. El dato surge de una encuesta sobre vínculos que realizó la Universida­d Abierta Interameri­cana (UAI) con 600 casos, mitad mujeres, mitad hombres, en la zona metropolit­ana de Buenos Aires entre el 20 y el 23 de septiembre.

Como dijeron desde Happn a Clarín, los 2,9 millones de usuarios de Argentina que buscan conocer gente desde esa app se conectan más un lunes al mediodía -pico en horario laboral- que un viernes o sábado a la noche. El 70% son hombres y el 30% mujeres. La mayoría tiene 30 años o más y los crushes de oficina se dan más en Buenos Aires, Córdoba, y Rosario.

Thiago Camara, 33, experto en finanzas corporativ­as, conoció en enero de 2018 a Sonia De Sales-Lisboa, de 30, cuando ella recién había llegado a WeWork, contratada por una empresa de energías renovables. Él trabajaba ahí desde octubre de 2017. Fue en el piso 18 de la Torre Bellini en el Microcentr­o.

“Veo un bulldog francés en el pasillo haciendo quilombo y cuando me acerco, entra en la oficina de Sonia. La pobre medio agobiada porque su perro no se quedaba quieto. Yo feliz por el momento gracioso y preguntánd­ome de dónde era el acento de la chica. Luego de pasar el carnaval en Brasil y de vuelta al trabajo, la conozco un poco mejor y descubro por fin de dónde es el acento. Española, de origen gallego”, cuenta a Clarín.

Después de eso, dice, que “es la historia que todos en el trabajo conocen”, a los tres meses estaban viviendo juntos. “Ahora también compartimo­s responsabi­lidades paterno-maternales por Coco”, el perro de la anécdota. En agosto de 2020 se van a casar en Galicia, España.

El dato de la oficina petfriendl­y no es menor. WeWork, líder en la creación de espacios de trabajo colaborati­vo, desde la arquitectu­ra de sus edificios, las capacitaci­ones constantes, la cerveza gratis y el after office dentro de la office (hasta los lunes), busca cambiar la manera en que la gente se siente en el trabajo. “Queremos que el ocio y el trabajo vayan de la mano para lograr un relacionam­iento integral y una mejor calidad de vida”, comentan. Entre los members de todos sus edificios, hay muchas más relaciones. No todas son historias destacadas. Como en Instagram.

“En las compañías tiende a ser aceptado que existan vínculos amorosos o sexuales y tienen políticas al respecto. Condiciona­ndo que no afecte la relación laboral, que es algo bastante ‘lógico’ como pedido, aunque no necesariam­ente fácil de llevar a la práctica. Si bien hace una década esto era diferente, las empresas parecen haber asimilado que es muy difícil y algo inútil intentar prohibir o regular la dimensión sentimenta­l o emocional de sus empleados”, explica Mara Schmitman, CEO de Schmitan HR.

Esto, como una tendencia. “Todavía quedan algunas empresas que, basadas en prejuicios, lo consideran inapropiad­o o una relación fundada en el poder: para conseguir un ascenso. En casos extremos, algunas empresas incurren en una práctica muy repudiable que es buscar una excusa para despedir a uno de ellos”, agrega esta experta en Gestión Estratégic­a de los Recursos Humanos.

El código de ética. Easterbroo­k, de 52 años, comenzó su carrera en McDonald’s en 1993 y, con la camisa a rayas, fue gerente de uno de esos locales en Londres. Poco después, manejaba toda la división de McDonald’s del Reino Unido. A partir de marzo de 2015, el precio de las acciones de la compañía se duplicaron. Fue justo a partir de que asumiera como CEO, su ahora

Está el derecho de que no se metan en nuestra vida privada. Y, por otro lado, evitar que haya situacione­s de acoso sexual”.

Romina Lozano Abogada

La cotidianei­dad laboral hace que la atracción sea más sencilla. La charla tiene un plus porque la otra persona entiende tu mundo”.

Elsa Wolfberg Asociación de Psiquiatra­s

ex cargo. ¿Lo hubiesen echado igual si la relación hubiese sido amorosa más que sexual? La pregunta parte de un misterio: quién es la mujer con la que se vinculó. Su identidad fue reservada. Pero no. Lo único legal es el contrato. McDonald’s no “perdonó” que su CEO haya tenido sexo con una empleada que estaba muy por debajo de su jerarquía.

“Easterbroo­k violó la política de la compañía y demostró falta de criterio al haber mantenido una reciente relación consensuad­a con una empleada”, expresó la junta directiva en un único comunicado. McDonald’s, con 38.000 locales a nivel mundial, tiene una regla tan estricta como el tiempo que debe pasar una hamburgues­a sobre la plancha: los gerentes o gerentas no deben salir con subordinad­os directos o indirectos.

En Argentina, la Ley de Contrato de Trabajo no prohíbe las relaciones sentimenta­les en este ámbito. ¿Puede una compañía hacerlo?

“En el derecho argentino no existe la posibilida­d de que una empresa me prohíba mantener una relación sentimenta­l con un compañero o jefe. Una cláusula que lo prohíba es inconstitu­cional y nula, además de discrimina­toria. Pero ahora bien: ningún derecho es absoluto. Por un lado, está el derecho que tenemos todos de que el Estado o la empresa en la que trabajamos no se meta en nuestra vida privada y, por otro, el derecho de

las empresas de evitar, por ejemplo, situacione­s de acoso sexual”, explica Romina Lozano, abogada y directora editorial de la biblioteca jurídica online elDial.com. Aquí entra en juego una disciplina muy nueva en el derecho: el compliance, un conjunto de procedimie­ntos y buenas prácticas

adoptados por las organizaci­ones para identifica­r y clasificar riesgos.

“Es muy difícil trasladar un caso del derecho extranjero al nuestro, pero pienso que el puesto de CEO lleva un combo de responsabi­lidades y compromiso­s éticos que no tienen el resto de los empleados . ¿Se lo puede despedir de una multinacio­nal por mantener una relación amorosa en el trabajo? Es probable que haya firmado un Código de Ética donde se le indiquen cuáles son los comportami­entos esperados, pues de alguna manera es la imagen de la empresa y, si lo incumplió, está bien despedido

porque sabía de antemano qué cosas podía hacer y qué no”, analiza.

Lozano remarca que el riesgo que vislumbran las organizaci­ones es el acoso sexual. Y confirma, tras una búsqueda exhaustiva en la base de datos del Poder Judicial que “no hay registro de juicios laborales por el despido de una pareja o uno de los dos por haber tenido una relación”.

El trabajo erotiza. Ajena a las cuestiones legales, Elsa Wolfberg, presidenta honoraria del Capítulo de Psi

quiatría Preventiva de la Asociación de Psiquiatra­s Argentinos (Apsa), explica por qué el trabajo es un ámbito propicio para el sexo y/o el amor: “La cotidianei­dad laboral hace más sen

cilla la atracción. Hay un cierto conocimien­to ‘extra’ que el que se puede dar en un bar. La charla tiene un plus porque esa otra persona ‘entiende tu mundo’. Te podés quejar de lo mismo y quizás alguien externo no lo perciba de la misma manera”.

“La angustia a veces erotiza. Hay climas de trabajo propicios para la atracción. Tensiones como despidos, que no se cobra lo que se debe o algún jefe maltratado­r, hacen que las personas se acerquen mucho más, como consuelo. Se crean alianzas desde lo erótico. Es un refugio también de lo que puedan estar viviendo en sus parejas fuera del trabajo”, agrega Wolfberg.

¿El “crecimient­o del interés sexual entre compañeros” es el resultado del amor de app, que puede no escalar más porque la foto de un perfil no alcanzó para garantizar la química? “Hay cada vez más gente ‘sola’, que no sabe cómo encontrars­e. Desde Tinder hasta el gimnasio, se establecen ‘ vínculos light’. El trabajo puede transforma­rse nuevamente en el lugar de encuentro. Facilita relaciones ‘compinches’, que pueden llevar al amor. Si no, histerique­os, miradas, risitas cómplices, algo habitual entre colegas ”, apunta Laura Orsi, médica psicoanali­sta de la Asociación Psicoanalí­tica Argentina (APA)

Los amores serán líquidos, pero requieren algo más seguro. Para algunos.

Si bien no hay una relación de causa y efecto, quienes están más abiertos a tener una relación en el trabajo, considera Wolfberg, “puede que sea porque, como es un terreno conoci

do, les da más seguridad a quienes no tienen tanta. Buscan una figura de apoyo mutuo”.

Ahí entra en juego la atracción, que no sabe de qué lado del molinete está la otra persona. Son vínculos. No hay recibos. No hay indemnizac­ión.

“En la atracción influyen muchos factores. La admiración, la empatía, la necesidad de cuidar al otro o de que te cuiden. Todo eso es más fácil de ‘detectar’ en el otro si lo ves resolviend­o o no cosas nueve horas por día. Por el contrario, hay personas muy ‘plantadas’ (en el sentido de la autoestima) que se enamoran de su coequiper”, sostiene Wolfberg.

Así como hay climas que llevan al encuentro, las parejas en el trabajo también producen una “perturba

ción ambiental”. Así llama la psiquiatra a “cierta incomodida­d de los compañeros, que se ven obligados a omitir comentario­s”.

El sucesor del británico será Chris Kempczinsk­i, alguien a quien Easterbroo­k había contratado.

Kempczinsk­i, de 51 años, fue nombrado como el nuevo director ejecutivo de la compañía con efecto inmediato y pasó a formar parte también de la junta directiva.

A diferencia de su antecesor, nunca trabajó dando vuelta las hamburgues­as sobre la plancha. En su perfil de Instagram, justo después de su nombre, aclara que está “casado con Heather”, con quien tiene dos hijos. En la página de McDonald’s, donde se lo presentó al mundo, no se hace mención a su estado civil.

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Steve Easterbroo­k. El ex CEO de McDonald’s, de 58 años.
 ?? G. RODRÍGUEZ ADAMI ?? Nuevos modelos. Una compañía con sede en la Ciudad de Buenos Aires, donde buscan que “ocio y trabajo vayan de la mano”.
G. RODRÍGUEZ ADAMI Nuevos modelos. Una compañía con sede en la Ciudad de Buenos Aires, donde buscan que “ocio y trabajo vayan de la mano”.
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Al altar. Sofía y Thiago se conocieron en un coworking del Microcentr­o porteño y en agosto se van a casar. La foto es de un viaje a Bariloche.

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