El testimonio de una diplomática complica más a la Casa Blanca
Los demócratas del Congreso de Estados Unidos publicaron la transcripción de las audiencias a puerta cerrada de altos funcionarios realizadas en el contexto de la investigación que busca destituir al presidente Donald Trump, cuya administración está trabajando para frenar el proceso.
Denunciando una “farsa”, e incluso un intento de “golpe” en palabras del presidente, la Casa Blanca se niega a cooperar con las investigaciones de la oposición.
En este contexto, cuatro altos funcionarios estadounidenses ignoraron el lunes su citación para testificar. Entre ellos John Eisenberg, abogado de la Casa Blanca, que eludió la convocatoria de tres comisiones de la Cámara de Representantes. Tampoco se presentaron Robert Blair, Michael Ellis y Brian McCormack.
Trump dijo este lunes que sentía que no hay razones para que los testigos respondan a las preguntas de los investigadores, en particular a las relacionadas con su cuestionada llamada a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en la que lo habría presionado para que investigara a su principal rival para las elecciones de 2020, el exvicepresidente demócrata Joe Biden .
“No hay ninguna razón para llamar a testigos para analizar mis palabras y su significado. Esta es otra de las farsas de los demócratas con las cuales he tenido que lidiar desde el día en que fui elegido”, justificó Trump. Los demócratas reafirman que detrás de estas ausencias existe un intento de “obstaculizar” el buen funcionamiento del Congreso y añaden que eso fortalece el caso de juicio político contra el presidente.
Los demócratas publicaron el primero de muchos testimonios reunidos desde el inicio, el 24 de septiembre, de un procedimiento de “impeachment” contra Trump: los de la ex embajadora en Kiev, Marie Yovanovitch, y de Michael McKinley, asesor del canciller Mike Pompeo hasta su renuncia a principios de octubre.
Esas audiencias demuestran “la perversión de la política exterior de Estados Unidos a través de un canal clandestino de comunicación paralela que buscaba promover los intereses personales y políticos del presidente”, expresaron en una nota los tres líderes demócratas en los comités de la Cámara de Representantes que lideran la investigación.
Por ejemplo, Yovanovitch, quien había instado a Ucrania a hacer más para combatir la corrupción y dijo que fue destituida en mayo por supuestas presiones de afines a Trump, estaba “alarmada” por la participación cada vez más profunda del abogado personal del presidente, Rudy Giuliani , en los asuntos ucranianos, y en particular por sus esfuerzos para que Kiev investigara a Biden.
En julio Trump habría demandado telefónicamente a Zelenski que investigara a Biden y a su hijo Hunter por negocios de éste último en una empresa de gas de Ucrania, aparentemente para dañar la imagen de su rival. Y para ello condicionó la ayuda militar de Washington aprobada para Kiev.
Durante esa misma llamada, Trump criticó a Yovanovitch, que entonces ya había sido reclamada de regreso a Washington, y dijo: “Le van a pasar cosas”. La diplomática sostuvo en su testimonio que se había sentido amenazada por esa frase.
Si bien Trump ha dicho que “realmente no la conozco”, el nombre de Yovanovitch apareció varias veces en la conversación, según un sumario de la llamada divulgado por la Casa Blanca.
Incluso señaló que su colega Zelenski “tampoco era fan de ella”, algo que se ratificó con una respuesta del ucraniano, que dijo estar “de acuerdo contigo al 100%” de que no era buena diplomática.
Según el testimonio de Yovanovitch, el Departamento de Estado la presionó para que alabara a Trump en Twitter y de esa manera pudiera mantener su puesto en Kiev. ■