“La guerra comercial entre China y EE.UU. es una disputa de largo plazo”
La experta japonesa analiza el rol cada vez más influyente de Beijing en el mundo.
Desde hace tiempo que el ascenso irrefrenable de China está en el centro de cualquier intento por pensar el orden geopolítico del siglo XXI. Desde su organización política y económica hasta su alianza con Corea del Norte y su Iniciativa de la Franja y la Ruta, todas las dimensiones que atraviesan a Beijing son analizadas en busca de pistas sobre cómo tratar al gigante asiático.
La doctora Shino Watanabe es especialista en política exterior y económica de China. Doctorada en Asuntos Exteriores por la Universidad de Virginia, Estados Unidos, realizó estudios en la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Beijing, China, y actualmente es docente de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad de Sophia, Tokio.
Invitada por la Embajada de Japón en la Argentina para disertar sobre la situación de la región Indo–Pacífico, y la relación entre China, Japón y Estados Unidos, Watanabe habló con Clarín sobre el ascenso de Xi Jinping y el posible desenlace de la guerra comercial con EE.UU.
-¿Cómo describe la política exterior de China? ¿Cómo se diferencia de períodos anteriores?
-El elemento más importante a destacar es su tendencia a la expansión, a diferencia de la contención que caracterizó a otras épocas. Previo al ascenso al poder de Xi Jinping, tenía una política exterior contenida y de perfil bajo, reservándose hasta que tuviera la confianza de encarar un papel más dominante. Con la llegada de Xi al gobierno en noviembre de 2012, China se vuelve mucho más segura y firme en su comportamiento en el escenario internacional. Un ejemplo representativo de esto es la Iniciativa de la Franja y la Ruta, uno de los proyectos más emblemáticos de la era Xi, que busca expandir la influencia china más allá de las fronteras del país. Es un cambio mayúsculo respecto al gobierno de Hu Jintao, presidente desde 2002 hasta 2012. Durante el gobierno de Hu Jintao, China buscó mantener un perfil bajo, no solo en el ámbito económico sino también en el campo de la seguridad.
-¿Beijing está buscando exportar una suerte de modelo chino al mundo, o sólo está defendiendo sus intereses?
- Creo que ambos objetivos están interrelacionados. Tanto Hu Jintao como su Primer Ministro Wen Jiabao se cuidaban mucho de que no pareciera que estaban intentando exportar un modelo chino. Pero Xi Jinping estaba más dispuesto a mostrar los logros de China y los beneficios de su modelo. No necesariamente los está “vendiendo”, pero si alguna nación del mundo quiere intentar aplicarlo, Beijing está dispuesto a asistirlo en esa tarea.
-¿Qué diferencia a Xi Jinping de sus predecesores más inmediatos?
-Xi Jinping quiere reestablecer la imagen de China como la del centro del mundo. El “sueño chino” es un concepto clave que impulsa. Busca mostrarse como un líder, y quiere demostrar que China puede contribuir a modificar el orden geopolítico actual. Busca tomar más iniciativas, y participar más de las discusiones mundiales. En ese sentido, es distinto de los presidentes que vinieron antes que él.
-¿China superará a Estados Unidos como la primera potencia global?
-Es una pregunta muy difícil de contestar. En este momento, no sé si los mismos chinos creen que pueden tomar ese rol de liderazgo global. No hay un consenso interno respecto a que tipo de líder China quisiera ser. Es un debate abierto dentro del país. Previo al gobierno de Trump, numerosos países estaban dispuestos a seguir el liderazgo de EE.UU., pero no estoy segura de cuántos países están dispuestos a seguir a Beijing. Por supuesto que toman el dinero chino de buena gana, por eso aceptan su influencia, pero no sé si realmente les atrae el modelo chino para aplicarlo.
-¿China ve a EE.UU. como un modelo a imitar o a vencer?
-Las dos cosas. Por un lado, observa a EE.UU. como un modelo al cual el país debería aspirar, y eventualmente superar. Al mismo tiempo, la sensación de rivalidad está presente.
-¿Cómo va a terminar la guerra comercial entre China y EE.UU.?
-Eventualmente, llegarán a algún acuerdo. Cómo se hará es más difícil de predecir. No es una fricción momentánea, sino una verdadera competencia de liderazgos de largo plazo. El gobierno de Trump es absolutamente impredecible, y hay que sumarle que se viene su campaña de reelección. Los acuerdos comerciales y la campaña son dos cosas distintas, pero en este caso pueden llegar a combinarse. Esto complica todo, y hace que sea más difícil ver dónde va a terminar. A ambos les interesa evitar una confrontación, pero será un acuerdo en donde los dos tendrán que resignar algo.
-¿Cómo cree que la consolidación de China como máxima potencia global afectará la configuración geopolítica del mundo?
-La influencia de China va a crecer fuertemente en términos económicos en tanto más y más países dependan del mercado y los recursos financieros chinos. Su influencia económica será considerable. En cuanto al ámbito militar, no sé si China va a ser un aliado ideal para otros países. En este momento su único aliado es Corea del Norte, pero no es una alianza que a Beijing le interese. De todas maneras, es muy difícil predecir cuándo China llegará al estatus global que tiene EE.UU..
-¿Cómo se sienten Japón y los otros países de la región respecto al ascenso de China?
- En términos militares, el crecimiento de China no le cae muy bien a Japón. Corea del Sur es un caso más ambiguo. Seúl y Beijing actualmente tienen una relación muy estable. El crecimiento económico es bienvenido, ya que ofrece un enorme mercado a los productos japoneses y coreanos.
- Los mandatarios anteriores a Xi Jinping habían permitido la implementación de algunas medidas liberales en el país, pero él parece haber puesto fin a eso. ¿Por qué?
- Por una cuestión simbólica. Es una persona un poco insegura, y hay que tener en cuenta que la autoridad absoluta del Partido Comunista empezaba a verse cuestionada dentro de China. Sintió que las protestas y la libertad de expresión podían desgastar al gobierno, y que para evitar eso era necesario imponer un control férreo sobre el sistema político. La censura es muy intensa, mucho más si se la compara con lo que sucedía con Hu Jintao. Su objetivo es proteger la legitimidad de su mando, y la del Partido, dado que hay muchísimos problemas internos que amenazan con minar esa autoridad. ■
“Xi Jinping quiere restablecer la imagen de China como la del centro del mundo. El ‘sueño chino’ es un concepto clave que impulsa”.