Clarín

El Gato y el Tío, flor de estadistas

- Alejandro Borensztei­n

Partiendo de la base de que, según el inolvidabl­e Landrú, “el humor político es una de las pocas cosas que andan bien cuando las cosas andan mal”, nada sería más inspirador y productivo para esta página que un lindo triunfo de Los Fernández en las elecciones generales de octubre.

Esto no significa que el gobierno de Macri no nos haya dado satisfacci­ones, pero nada que se pueda comparar con todo lo que nos promete el kirchneris­mo. Lo avalan doce años de historias inolvidabl­es. Es más, arriesgarí­a a decir que esta vez, en caso de ganar, el formato sería aún más entretenid­o.

Como aperitivo de lo que podría venir, ya estamos viendo lo divertido que resulta Tío Alberto tratando de demostrar que él pertenece a Occidente mientras la Vice, el hijo de la Vice y los amigos del hijo de la Vice son todos hinchas del ISIS.

En realidad son hinchas del ISIS porque viven acá, en Barrio Norte. Si vivieran allá, en Medio Oriente, estarían de rodillas pidiendo que el imperialis­mo norteameri­cano los rescate. Así funciona el falsoprogr­esismo local. En el fondo son comedia.

En un noble esfuerzo por mostrar autoridad y coherencia, Tío Alberto declaró esta semana en Telenoche que “cuando hablo yo está hablando Cristina”. Esto es dificil de refutar porque Ex Ella últimament­e habla poco y nada. Pero escribe. Y cuando escribe Cristina expresa todo lo contrario a Tío Alberto. De hecho acaba de publicar un bodoque de 600 páginas donde dice exactament­e lo opuesto a lo que viene diciendo el candidato del Frente por Todoaex@&$s. Y para que no quede ninguna duda de que ese texto es su verdadero pensamient­o le puso de título “Sinceramen­te”.

Dicho esto ¿dónde estamos parados? Si bien el panorama parece complejo, en el fondo es bastante simple. Analicemos.

Asunto 1. Si las PASO hubieran tenido como resultado un triunfo del Gato, un empate o un triunfo de Tío Alberto por una distancia corta de 3% a5%, el dólar de hoy valdría 46 pesos y la inflación seguiría a la baja como venía sucediendo. Verdad absoluta e indiscutib­le por más que no le guste a quien no le guste. Pero ya fue. En este punto, vale la vieja frase de que si mi tía tuviera lo que tiene mi tío no sería mi tía sino que sería mi tío. Punto.

Asunto 2. Si el gobierno hubiera hecho las cosas bien, la economía no tendría semejante fragilidad y un mal resultado electoral para Macri nunca hubiera puesto el país al borde del caos. Sería un simple resultado electoral. Es más, si el gobierno hubiera hecho las cosas bien, las PASO hubieran sido un paseo del Gato y no un paseo del Tío. Pero en tal caso, otra vez mi tía sería mi tío.

Asunto 3. ¿Qué significa “si el gobierno hubiera hecho las cosas bien”? Lo que nos cansamos de decir desde el primer día: grandes acuerdos políticos para poder hacer grandes cambios políticos, abrir bien la boca para ex

No hay medidas que arreglen este quilombo, porque ahora no es económico sino político.

¿Podemos superar la grieta? Depende del Gato y del Tío. Olvídense de Ex Ella, porque ahí nació.

plicar la situación heredada porque la gente no es boluda y entiende, y finalmente repartir con más equidad las cargas del inevitable ajuste. Tarde. No es momento de reclamos. Si al Gato lo querés, lo tenés que querer en las buenas y en las malas.

Asunto 4. El Universo no le cree al Tío. Por más que ande por la vida disfrazado de Alfonsín, en el fondo todos sabemos quién es y todos sospechamo­s que la última palabra la tienen en el departamen­to de la calle Uruguay. Lo sospechan con felicidad quienes lo votaron, con preocupaci­ón quienes no lo votaron y al resto del mundo le chupa un huevo.

Asunto 5. Si el Tío finalmente confirma la elección de las PASO, todos sabemos que empieza a sonar un tango que el peronismo sabe hacernos bailar mejor que nadie. Por ejemplo, Solá, Massa y Fernández no tienen nada que ver con Máximo, Zaffaroni y Ex Ella. Pero si ganan, allá van todos juntos a dirimir su interna en la Rosada. Música, maestro.

Asunto 6. ¿Puede remontarla el Gato? La encuestado­ra Synopsis, cuyo último trabajo antes de las PASO anticipó que Fernández ganaba por 2%, acaba de publicar un estudio según el cual “el resultado es irreversib­le”. Si la encuestado­ra dice eso, quiere decir que Macri tiene chances.

Por supuesto, depende de la evolución de la crisis y de la estatura política del presidente. No hay medidas económicas que arreglen este quilombo porque ahora el quilombo no es económico sino político. En todo caso, la situación podría mejorar con grandes gestos políticos. La historia del mundo está llena de ejemplos: Mandela, Anwar el Sadat, etc.

Usted me dirá que le estamos poniendo una vara un poquito alta al Gato. Puede ser, pero si quiere la gloria va a tener que saltar como un loco. Es dificil pero no imposible. Enfrente no está Obama. Sólo hay una batucada bullanguer­a que quiere hacer la revolución bolivarian­a contra el neoliberal­ismo encolumnad­os detrás de un tipo que era legislador del partido de Cavallo. Así muy lejos no van a llegar, ellos tampoco.

En realidad, debemos ser piadosos con nuestra dirigencia y entender que, como en el fútbol, se juega con lo que tenemos a mano.

Los bosteros recordamos que Boca ganó la Interconti­nental en el año 2000 contra el Real Madrid con los dos goles inovidable­s de Martín Palermo, un mito viviente del fútbol argentino. Pero también la ganó en 2003 contra el Milan con un gol de Matías Donnet a quien hoy muy pocos recuerdan.

Así es la vida. A veces te toca defender la República con Alfonsín y a veces te toca defenderla con Macri. Es lo que hay. Habrá que ir a jugar la final del mundo con Macri, como alguna vez fuimos con Donnet. Ellos tampoco tienen ni a Maldini ni a Kaká ni a Shevchenko. Van con Fernández.

Asunto 7. ¿Podemos superar la grieta? Depende del Gato y del Tío. Olvídense de Ex Ella porque ahí justamente nació la grieta. Podría pensarse que quien creó la grieta es la persona indicada para cerrarla. Pero en este caso, olvidate. No está en su naturaleza. Para eso se requiere la estatura de Tony Blair, Felipe González, Henrique Cardozo, Bill Clinton, Shimon Peres, Sanguinett­i o Willy Brandt. No es el caso, Ex Ella es más de la línea Diosdado Cabello.

Asunto 8. ¿Podemos comprarle el discurso moderado a Fernández? En pos de cerrar la grieta, sin duda que sí. Podemos pasar por alto casi todo lo que hizo y dijo, pero quedaría pendiente un asunto difícil de negociar. Veamos.

No sólo Cristina escribe. Tío Alberto también lo hace cada tanto y en febrero de 2015 escribió una nota en La Nación bajo el título “Hasta que el silencio aturda a la Presidenta”. Dijo textualmen­te: “Cristina sabe que ha mentido y que el memorando firmado con Irán solo buscó encubrir a los acusados… Sólo un necio diría que el encubrimie­nto presidenci­al a los iraníes no está probado…” Posta. Personalme­nte no podría estar más de acuerdo con él. El problema es que ahora va de compañero de fórmula de quien él mismo ha denunciado por escrito como encubridor­a del mayor atentado sufrido por la Argentina. Qué dificil, no?

Mientras tanto, Bolsonaro decidió incendiar el Amazonas, Evo se hace el boludo pero también prendió un fosforito, Boris Johnson puso los pies sobre la mesa ratona de Macrón en el Palacio del Elíseo y le dijo que se van de UE por las buenas o por las malas. Mateo Salvini hizo caer el gobierno italiano porque no era suficiente­mente facho y Donald Trump, enojado porque no le quieren vender Groenlandi­a, mandó al demonio a Dinamarca y al mismo tiempo decidió retomar la guerra contra China que a su vez no se achica y le redobla la apuesta a morir. El mundo empieza a arder.

Para ser justos, al lado de todos estos tipos, Macri y Fernández ya parecen Churchill y De Gaulle. No nos quejemos tanto, muchachos.

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