Cayó el gobierno en Italia con fuertes cruces entre Salvini y sus ex aliados
Giuseppe Conte dimitió ante el presidente, que ahora decidirá quién puede formar gobierno. “No respetás las reglas”, le reprochó a su ex aliado en un duro discurso.
El vicepremier y hombre fuerte Matteo Salvini, líder de la Liga, forzó esa caída. Quiere una convocatoria a elecciones, confiado en ganar y quedarse con el poder. Pero hay resistencia, sobre todo de sus recientes aliados de 5 Estrellas, que lo criticaron duramente.
El primer ministro Giuseppe Conte presentó anoche su dimisión durante una conversación de casi media hora con el presidente, Sergio Mattarella, en un punto culminante de la crisis política que agobia al país. El jefe de Estado iniciará hoy y mañana las consultas con los partidos políticos con representación parlamentaria. Mattarella debe detectar si existe la posibilidad de dar vida a un nuevo gobierno. En primer lugar hay un candidato, que es el mismo Conte, quien ayer fustigó con extrema dureza a su ex aliado, el ministro de Interior Matteo Salvini, en un discurso cargado de reproches ante el Senado.
Si las cosas no están claras, el presidente puede hacer un segundo “giro” de consultas, antes de anunciar una decisión. Mattarella ha dicho que no está dispuesto a apoyar proyectos de gobierno raquíticos, en cuyo caso preferiría disolver el Parlamento y llamar a elecciones con una primera fecha probable, el 27 de octubre.
Si existe la posibilidad de formar una mayoría en el Parlamento, la alternativa más optimista es la de un Ejecutivo “de Legislatura”, capaz de sobrevivir los cuatro años que restan a la actual administración. En este caso se baraja una alianza entre el Movimiento 5 Estrellas, los socios “traicionados” por el líder populista Matteo Salvini, y el Partido Democrático, de oposición de centro izquierda, más otras fuerzas menores y una nutrida patrulla de legisladores tránsfugas que temen perder sus bancas y votarán para mantener en vida al actual Parlamento. Por último, la alternativa de un gobierno de más corta duración que podría durar algunos meses y hasta un año.
Conte había anunciado su renuncia en el debate en el Senado en una arenga contra el “irresponsable” Salvini, quien permaneció sentado a su lado en la bancada del gobierno. Hizo una larga lista de acusaciones contra el ultraderechista, quien el 8 de este mes anunció desde una playa veraniega que su partido, la Liga, quitaba la confianza al gobierno y precipitó una crisis para forzar el llamado a elecciones anticipadas.
“No tenés cultura de las reglas”; “Has perseguido intereses personales”; “Nunca aclaraste que pasó con los rusos” (Salvini está acusado de recibir financiación de Moscú). Y más todavía: “Me preocupa tu concepción del poder”. También, repudió a Salvini por “el uso inconsciente de los símbolos religiosos”. Bajo el bombardeo, desde su banca, Salvini respondió haciendo movimientos con las manos o diciendo que no con la cabeza, mientras en el aula del Senado se desataba una batahola. “Aquí se acaba el gobierno”, dijo Conte. Afirmó que el gesto de Salvini fue “particularmente grave” porque interrumpió la acción de un gobierno que “en un año ha producido muchos resultados”.
Conte acusó a Salvini de haber creado esta crisis en un momento delicado “con las instituciones europeas, cuando estamos en tratativas con la Comisión Ejecutiva, a la que Italia se presenta inevitablemente debilitada”. Y añadió sobre el líder derechista: “El ministro del Interior demostró seguir intereses personales y de partido”. Salvini lidera los sondeos que pronostican que, si hubiera elecciones, obtendría una victoria aplastante y volvería al gobierno como primer ministro. Incluso ha pedido “poderes especiales al pueblo”, como hizo Benito Mussolini en 1922, dando comienzo a la dictadura del fascismo.
“Los comportamientos de las últimas semanas del ministro del Interior revelan escasa sensibilidad institucional y una grave carencia de cultura constitucional”, dijo Conte en su discurso. “Promoviendo esta crisis de gobierno, Matteo, has asumido una gran responsabilidad frente al país. Has pedido plenos poderes y has invocado las plazas (el apoyo popular). Tu concepción me preocupa. Las cuestiones institucionales se regulan en el Parlamento”, continuó. Salvini se presenta con frecuencia en sus actos políticos mostrando rosarios, símbolos de Cristo y la Virgen María. El premier dijo que nunca le agradó esta relación de los eslóganes políticos y símbolos religiosos, considerándolos “episodios de inconsciencia religiosa” que arriesgan ofender el sentimiento de los creyentes y oscurecer el principio de laicidad “que es un rasgo fundamental del Estado moderno”.
Salvini abandonó su banca en el área de gobierno para responder al premier Conte y ocupó su asiento de senador. “No tengo miedo”, comenzó; y lo repitió varias veces. “Volvería a hacer todo lo que hice, soy un hombre libre y no tengo miedo del juicio de los italianos”. Atacó entonces a su ex aliados del 5 Estrellas de negociar una potencial alianza con el partido Democrático. Ambos partidos, más otras fuerzas menores, tienen mayoría para un nuevo gobierno. Salvini reivindicó haber convocado a las organizaciones sociales en el ministerio del Interior. “Lo hice -dijo- porque no los escuchaba ninguno”. ■