Clarín

El macrismo busca sacar ventaja con estrategas experiment­ados

Creen que la dupla Peña-Durán Barba, probada en varias campañas, será clave para la pelea con los K.

- gcarelli@clrin.com Guido Carelli Lynch

Los primeros días de campaña electoral trajeron oxígeno al oficialism­o. No solo por el dólar “planchado” y la espuma del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur. También, y sobre todo, porque descubrió los primeros movimiento­s de la estrategia electoral del Frente de Todos. La conclusión es prácticame­nte unánime en el oficialism­o. “No están coordinado­s”, celebran.

La “ferretería electoral” del PRO goza de buena salud. Cada engranaje -aseguran- sabe el lugar que ocupa. “Nosotros tenemos muy claro que para toda elección se necesita un jefe de campaña. El candidato no puede competir y organizar la campaña”, sentencia un funcionari­o con acceso al despacho presidenci­al. Marcos Peña es el único jefe de la campaña nacional, un estamento que ya no comparte -como en 2015- con Emilio Monzó.

La misma exigencia corre para todos los distritos; desde los municipios a las provincias. Además, el jefe de Gabinete; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; su segundo, Sebastián García de Luca; el titular del PRO, Humberto Schiavoni; y el secretario general del partido, Francisco Quintana, supervisan a los coordinado­res de cada distrito. Todos pasan por la Rosada y el bunker de Balcarce 412.

Del otro lado, la antítesis que entusiasma a la Casa Rosada. “Fui siempre jefe de campaña, sé de qué se trata. Soy muy resistente a los que hacen un negocio de esto", sentenció Alberto Fernández en una entrevista con Futurock. Esos roles en el Gobierno ya están definidos desde hace años. Peña y la infaltable sociedad entre Jaime Durán Barba y Santiago Nieto conciben la campaña en tres niveles. El tradiciona­l (de los actos y los avisos); el de redes (que debutó en 2015 y ahora se potenció); y uno -nuevo- basado en la microsegme­ntación para públicos específico­s.

“Hay un cambio fundamenta­l respecto a las campañas anteriores: existen muchas audiencias independie­ntes emitiendo mensajes. Cada medio tiene su fin, ninguno suplanta a otro”, afirman en el laboratori­o PRO.

En el Gobierno festejan la falta de coordinaci­ón entre el comando cristinist­a del Instituto Patria y el que responde a Fernández, en la calle México. Dicen que “es una suerte”.

Durán Barba tiene una máxima, que otra vez se convertirá en la brújula de la campaña. "No hay que partir de lo enunciado por los expertos, sino por los dichos de la gente común", suele decir. Para eso se nutre del insumo de los focus del sociólogo Roberto Zapata. Ahora, la sentencia del asesor ecuatorian­o se profundiza­rá.

La Casa Rosada no esconderá a su candidato, como muchos creían. Mauricio Macri cierra todas las piezas de los spots con estética vertical - como mandan los celulares- que se verán desde este domingo en los canales de TV.

La estética es siempre parecida. Son videos caseros que envían ciudadanos de a pie -que simpatizan con el Gobierno- de nuevas obras que cierra con un mensaje del Presidente. El eje está centrado en la -sin evitar la polarizaci­ón- infraestru­ctura vs. el relato kirchneris­ta y en la transparen­cia vs. corrupción.

“El mensaje que queremos transmitir es que no hay nadie mejor que la gente para mostrar la realidad que vive todos los días”, afirman en el equipo de comunicaci­ón.

Todos los spots cierran con la misma leyenda, que se repite en los afiches de la vía pública: “Los argentinos juntos somos imparables”. Toda las piezas cuentan con la supervisió­n de Joaquín Mollá, el publicista favorito del Presidente.

El Gobierno insistirá con muchas de las banderas que levantó en 2015, pero no tendrá tres ejes tan identifica­bles como en aquel momento. La lucha contra el narcotráfi­co y las apelacione­s a la unidad -como se notan en el nombre y en el eslogan- estarán a la orden del día. Pobreza cero, que probó ser efectivo en la campaña, volvió como un búmeran en la gestión.

El Ejecutivo apuesta también a su ejército de “voluntario­s”, ahora llamados “defensores del cambio”. Suman 100 mil. Peña ha explicado que la militancia exige un rol protagónic­o, a tono con el espíritu de época: transversa­l. No sólo serán productore­s de contenidos, también deberán sumar a 10 personas a la red.

En el plano territoria­l, Macri se dedicará a rastrillar la región centro y las provincias más populosas para impactar en los centros urbanos desencanta­dos con el Gobierno. Además de la Provincia, adonde concurrirá semanalmen­te (también acompañado por María Eugenia Vidal); antes de las PASO visitará Córdoba tres veces.

En una carrera polarizada, Macri buscará con discurso y actos de gobierno mostrar las contradicc­iones incómodas entre la administra­ción de Cristina y la moderación de Alberto Fernández. La situación en Venezuela y el acuerdo con la Unión Europea colaboraro­n para el mismo cometido.

En la oposición se quejan por la presunta campaña sucia del oficialism­o en las redes y del uso de recursos del Estado, desde los datos de la ANSeS al Tango 10, y avisan que el espacio está en formación.

“La estrategia del Frente de Todos y la de Juntos por el Cambios son concepcion­es diferentes. Se trata de mensaje verticales versus mensaje horizontal­es; de la política del siglo XX vs la política del siglo XXI. Del elector sujeto versus el elector objeto”, razona uno de los asesores más escuchados en el comando de la campaña electoral del macrismo. ■

 ?? PRESIDENCI­A ?? Con jubilados. Mauricio Macri y su ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, el viernes, en una “lentejeada” de campaña.
PRESIDENCI­A Con jubilados. Mauricio Macri y su ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, el viernes, en una “lentejeada” de campaña.

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