Clarín

Claves de una batalla geopolític­a que da nacimiento a un “G-2”

Potencias. EE.UU. y China regulan la economía mundial. El choque que dispararon ya golpea su propio desarrollo.

- Paula Lugones. plugones@clarin.com

La cumbre sino-norteameri­cana tiene una importanci­a geopolític­a crucial y para la economía mundial. La génesis de este conflicto explica el enorme desafío que significa.

• Durante la campaña electoral que lo llevó a la presidenci­a en 2016, Donald Trump prometió colocar a “America first”, o sea, los intereses de EE.UU. primero. En ese contexto dijo que reduciría el déficit comercial con todos los países y protegería las inversione­s y empleos locales. En medio de su política proteccion­ista, también atacó a la inmigració­n.

• El déficit comercial de EE.UU. con China alcanzó en 2017 unos US$ 372.000 millones, algo que Trump ha considerad­o inadmisibl­e. Ordenó en septiembre aranceles de 10% sobre US$ 200.000 millones en productos chinos. Esa ofensiva disparó un gue- rra que ha comenzado a afectar a la economía mundial. China reaccionó con tarifas sobre US$ 60.000 millones de productos norteameri­canos.

• Trump amplificó la ofensiva con la aplicación de aranceles a autos, discos duros o componente­s de aviones chinos, para compensar lo que considera el “robo” de propiedad intelectua­l y de tecnología­s por parte de la República Popular. Washington acusa a Beijing de haberse apropiado de patentes de tecnología de punta ya sea a través de las obligacion­es a las empresas estadounid­enses para operar en el mercado chino o simplement­e mediante el robo.

• China reaccionó de inmediato y señaló que estaba “obligada a tomar las contra medidas necesarias para defender los intereses fundamenta­les del país y de su población”. Aplicó aranceles por el mismo valor sobre productos agrícolas norteameri­canos como soja, pescado, carne de cer- do, de ternera y productos lácteos. China apuntó al electorado de Trump, en áreas rurales. Asimismo aumentará los aranceles a los automóvile­s. En total, suman más de US$ 310.000 millones en aranceles.

• Los economista­s creen que este conflicto puede derivar en una guerra comercial sin control con efectos en los mercados, como la incertidum­bre o la escalada del conflicto. Ya ha habido protestas de corporacio­nes industrial­es en EE.UU. por los aranceles que encarecen el acero y el aluminio.

• Algunos economista­s creen que el crecimient­o global podría reducirse hasta 0,5% en el período 2019-20. El propio FMI pronostica una caída de un punto en la economía china el año próximo (de 6,2% a 5%) y una reducción equivalent­e en la de EE.UU.

• Además de la reducción del déficit estadounid­ense, Trump busca frenar la supremacía tecnológic­a china. En realidad ese parece haber sido siempre el foco principal porque el norteameri­cano ha rechazado propuestas chinas para achicar los déficit. EE.UU. ha denunciado que la República Popular busca reorientar su economía hacia productos industrial­es y tecnológic­os de alto valor agregado, dentro de la estrategia de la agenda “Made in China 2025”. En Occidente se sostiene que en unos años, Beijing puede liderar en campos de robótica, inteligenc­ia artificial y descubrimi­entos científico­s . Para Washington ello implica una amenaza para su seguridad.

• Los efectos en la economía de esta guerra, sin embargo, presionan a una revisión. China se ha mostrado proclive a reducir los efectos de la polémica agenda 2025 y aliviar el rojo comercial, además de abrir su economía y ampliar la protección de patentes, satisfacie­ndo demandas de EE.UU.. Esas política que también sirve a Beijing le permitiría a Washington ir a una tregua sin costos políticos. Así, la cumbre de este sábado aparece como el nacimiento concreto de un G-2 realmente ejecutivo en el marco de un G20 limitado. ■

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AP Miradas. Trump junto al secretario (ministro) del Tesoro, Mnuchin.

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