Claves de una batalla geopolítica que da nacimiento a un “G-2”
Potencias. EE.UU. y China regulan la economía mundial. El choque que dispararon ya golpea su propio desarrollo.
La cumbre sino-norteamericana tiene una importancia geopolítica crucial y para la economía mundial. La génesis de este conflicto explica el enorme desafío que significa.
• Durante la campaña electoral que lo llevó a la presidencia en 2016, Donald Trump prometió colocar a “America first”, o sea, los intereses de EE.UU. primero. En ese contexto dijo que reduciría el déficit comercial con todos los países y protegería las inversiones y empleos locales. En medio de su política proteccionista, también atacó a la inmigración.
• El déficit comercial de EE.UU. con China alcanzó en 2017 unos US$ 372.000 millones, algo que Trump ha considerado inadmisible. Ordenó en septiembre aranceles de 10% sobre US$ 200.000 millones en productos chinos. Esa ofensiva disparó un gue- rra que ha comenzado a afectar a la economía mundial. China reaccionó con tarifas sobre US$ 60.000 millones de productos norteamericanos.
• Trump amplificó la ofensiva con la aplicación de aranceles a autos, discos duros o componentes de aviones chinos, para compensar lo que considera el “robo” de propiedad intelectual y de tecnologías por parte de la República Popular. Washington acusa a Beijing de haberse apropiado de patentes de tecnología de punta ya sea a través de las obligaciones a las empresas estadounidenses para operar en el mercado chino o simplemente mediante el robo.
• China reaccionó de inmediato y señaló que estaba “obligada a tomar las contra medidas necesarias para defender los intereses fundamentales del país y de su población”. Aplicó aranceles por el mismo valor sobre productos agrícolas norteamericanos como soja, pescado, carne de cer- do, de ternera y productos lácteos. China apuntó al electorado de Trump, en áreas rurales. Asimismo aumentará los aranceles a los automóviles. En total, suman más de US$ 310.000 millones en aranceles.
• Los economistas creen que este conflicto puede derivar en una guerra comercial sin control con efectos en los mercados, como la incertidumbre o la escalada del conflicto. Ya ha habido protestas de corporaciones industriales en EE.UU. por los aranceles que encarecen el acero y el aluminio.
• Algunos economistas creen que el crecimiento global podría reducirse hasta 0,5% en el período 2019-20. El propio FMI pronostica una caída de un punto en la economía china el año próximo (de 6,2% a 5%) y una reducción equivalente en la de EE.UU.
• Además de la reducción del déficit estadounidense, Trump busca frenar la supremacía tecnológica china. En realidad ese parece haber sido siempre el foco principal porque el norteamericano ha rechazado propuestas chinas para achicar los déficit. EE.UU. ha denunciado que la República Popular busca reorientar su economía hacia productos industriales y tecnológicos de alto valor agregado, dentro de la estrategia de la agenda “Made in China 2025”. En Occidente se sostiene que en unos años, Beijing puede liderar en campos de robótica, inteligencia artificial y descubrimientos científicos . Para Washington ello implica una amenaza para su seguridad.
• Los efectos en la economía de esta guerra, sin embargo, presionan a una revisión. China se ha mostrado proclive a reducir los efectos de la polémica agenda 2025 y aliviar el rojo comercial, además de abrir su economía y ampliar la protección de patentes, satisfaciendo demandas de EE.UU.. Esas política que también sirve a Beijing le permitiría a Washington ir a una tregua sin costos políticos. Así, la cumbre de este sábado aparece como el nacimiento concreto de un G-2 realmente ejecutivo en el marco de un G20 limitado. ■